¿Sin problema?

Sus hijos pequeños o adolescentes pueden ir a la escuela y regresar a casa. Sin problema.

Sus hijos van al antro y/o fiestas y/o carnes asadas con amigos los jueves, viernes y/o sábados. Regresan a casa a las dos o tres de la madrugada. Los ve por la mañana desvelados y/o crudos. Los regaña. Sin problema.

Va a misa dominical con su familia y después acude a la comida familiar con sus padres, hermanos y sobrinos. Regresa a casa con su familia por la noche. Sin problema.

Solo o acompañado camina para ejercitarse o pasear su perro por la noche en la plaza cercana a su casa. Sin problema.

Acude a restaurantes a comer con su pareja o a bares para divertirse. Sin problema.

Decide ir a la última función de cine por la noche con amigos y/o familia. La película termina a la medianoche y regresan a casa. Sin problema.

Es fanático del béisbol: acude al estadio a apoyar a los Algodoneros de Torreón o Saraperos de Saltillo o Acereros de Monclova. Es fiel seguidor del Santos Laguna. Y asiste al TSM. En ambos casos, toma sus cervezas, come palomitas y/o nachos y/o hot dogs; grita hasta perder la voz, le menta la madre al ampáyer o al árbitro –si es necesario– y al terminar el partido, regresa a su casa enojado o contento. Sin problema.

Viaja de una ciudad a otra dentro de Coahuila. Llega a su destino y regresa a casa. Sin problema.

¿Estamos conscientes que en Coahuila de 2014 a la fecha vivimos sin problema?

¿Sabemos apreciar la certeza de saber que el destino de nuestras vidas y de nuestro patrimonio nos pertenece y que nadie ajeno a nosotros puede decidir sobre ellos?

¿Valoramos que nuestros espacios privados y públicos sean nuestros para disfrutarlos sin preocupación?

¿Agradecemos la certidumbre de saber que nuestros bien amados y nosotros, podemos cada día, salir de nuestra casa para regresar sanos y salvos a ella?

Repensemos esa seguridad y apoyemos sin cortapisas el esfuerzo titánico del Gobierno estatal por asegurarla. No podemos dejar solo al gobernador Miguel Riquelme. Por el bien de todos.