Todavía el COVID no nos deja

Opinión
/ 2 enero 2025

Hace seis meses, el periódico norteamericano The New York Times publicó un artículo titulado “The Youngest Pandemic Children Are Now in School, and Struggling” (Los niños más jóvenes de la pandemia ahora están en la escuela y están luchando), donde la mayoría de los maestros ha observado un gran rezago madurativa en su desarrollo motor y de lenguaje, no son capaces de quedarse sentados y poner atención por más de 5 minutos y no son capaces de tomar adecuadamente con sus dedos un lápiz para escribir.

Como todos sabemos, el COVID-19 tuvo un gran impacto en nuestra sociedad y a todas las edades. La pandemia causó una gran crisis social y económica en la mayoría de los países del mundo como cierres de escuelas, interacciones sociales limitadas y dificultades financieras. Particularmente en nuestros hijos afectó significativamente su desarrollo cognitivo y socioemocional, con una notable disminución en sus puntuaciones de desarrollo madurativo.

TE PUEDE INTERESAR: Entrevista laboral: Por qué a los recién graduados se les dificulta obtener un trabajo

En otro estudio publicado en febrero del 2023 titulado “Early Correlates of School Readiness Before and During the COVID-19 Pandemic Linking Health and School” (Correlaciones tempranas de la preparación escolar antes y durante la pandemia COVID-19 relacionado con la salud y la escuela) encontrando un mayor déficit madurativo en los niños que entraban al jardín de niños que en años anteriores como incapacidades en control de impulsos, regulación emocional, pobreza en su vocabulario, torpeza motora gruesa y fina y déficit en habilidades de independencia.

Los resultados indican que entre el 8 y el 15 por ciento de los niños experimentó una pérdida del desarrollo durante la pandemia, y que los niños varones estuvieron en riesgo significativamente mayor. Además, la educación materna influyó en los resultados del desarrollo, lo que sugiere que los niveles más altos de educación se asociaron con mejores puntuaciones de desarrollo para los niños.

Esto nos lleva a poner atención en primer lugar que los niños varones tienen un mayor riesgo de trastornos del neurodesarrollo, incluidos el autismo y los problemas del lenguaje, lo que sugiere una vulnerabilidad general en su desarrollo en comparación con las niñas. Esto también destaca la importancia de mejorar la prestación de servicios y las evaluaciones tempranas del desarrollo durante las visitas de atención pediátrica, especialmente en momentos de adversidad, para asegurar que los niños en riesgo, incluidos los varones, estén conectados a servicios de intervención y tratamiento.

Otro de los factores importantes es la presencia y participación de la crianza materna en los hijos. Los niños que mostraron mejor desarrollo en sus capacidades durante la pandemia se relacionó con un buen ambiente familiar, especialmente una crianza positiva de la mamá.

Muchos estudios en los Estados Unidos han reportado pérdidas de aprendizaje en lectura y matemáticas de antes a después de la pandemia entre niños en edad escolar. Podemos concluir que no podemos bajar las manos en nuestro trabajo en la crianza y educación de nuestros hijos. Sabemos que ya pasaron tres años de la pandemia, sin embargo, hay una gran cantidad de estudios que demuestran que todavía existe un gran rezago cognitivo, emocional y académico en niños y adolescentes. Y según varios expertos todavía el efecto durará otros tres años más. Debemos tomar conciencia que la recuperación no será automática, sino que necesita de padres y maestros trabajar en forma conjunta para recuperar el terreno perdido. Desafortunadamente, para evitar conflictos y roces entre familia y escuela, han adoptado inflar las calificaciones y mostrar un rendimiento escolar falso entre los estudiantes. Evitemos este espejismo por el bien de ellos o se enfrentarán a grandes frustraciones cuando lleguen a la universidad o los centros de trabajo.

COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM