Víspera del voto por México
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No se trata de votar por un candidato, no es el caso de votar por un partido, no se trata de solo tachar siglas, nombres, colores mostrando lo que se prefiere. El verdadero voto es por México.
Votar por México es superar ideologías, simpatías puramente emotivas, intereses personales, tradiciones adictivas, superar influencias alienantes. No dejarse conducir por fanatismos o miedos, ni traer fantasmas inventados para asustarse con ellos; es detectar qué es lo que puede hacer la unidad, la concertación, la reconciliación, la inclusión de todos, tendiendo puentes y derribando muros. Escudriñar hasta encontrar dónde hay mayor posibilidad de respeto a la dignidad humana, al derecho de todos a los bienes básicos, con una prosperidad compartida.
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Identificar lo que lleva al gozo pleno de la libertad responsable que cancela imposiciones, limitaciones, controles robóticos, exigencias abusivas e injustas.
Votar por México es votar por lo que pueda lograr el bien posible y, como ciudadano, dar el mandato de procurar el bien común a quien se quiera apoyar en sus aciertos y denunciar y ayudar a corregir en sus desaciertos.
El votante ha de elegir la mejor versión de sí mismo para no buscar complicidades contaminadas sino el mejor desarrollo integral y universal de la comunidad nacional.
Votar por México es contemplar el escudo nacional y no permitir que sea la serpiente la que envenene al águila sino que todo lo que vuela pueda vencer a todo lo que se arrastra.
NO ES PERDER O GANAR
El sufragio es una gran referéndum, un gran plebiscito. Se da la oportunidad de que cada elector pueda expresar su decisión.
Su voto será sumado a todos los similares. La suma indica si hay mayoría. El mayor número se tomará como opción con más apoyo comunitario. Eso no excluye ni minimiza ni menosprecia las voces de minorías. No quedan derrotadas como nocivas sino presentes en actitud complementaria.
Se privilegiará lo mayoritario, no como ganancia excluyente sino como propuesta complementable.
En la democracia pueden, los que son más, elegir lo peor. Pueden, los que son minoría, proponer lo mejor; pero siempre se preguntará: ¿lo mejor a juicio de quienes? En la historia lo que más pesa es ver lo que resultó, lo que acertó, lo que funcionó, lo que dio buenos resultados y eso, aceptado, va sumando opciones hasta hacer mayoría.
MADUREZ CÍVICA Y POLÍTICA
Las democracias imperfectas se van perfeccionando con la madurez cívica y política de quienes las van experimentando.
La manera de manejar las diferencias se va mejorando, desde la enemistad, el odio y la descalificación hasta el debate argumentado que va encontrando verdades compartidas que logran sabios acuerdos de complementación y progreso compartido.
RESPETO A LA LIBERTAD
Ella sabe que él no va a votar como votará ella. Siempre que han platicado queda claro que no piensan igual ni deciden lo mismo.
Van juntos a la misma casilla. Quedan trazos distintos en la boleta de votación. Depositan sus votos y vuelven a su domicilio haciendo comentarios sobre lo que se comprará para la comida dominical.
No discuten ni comentan lo que ambos respetan. No hablan de todo lo distinto. Eso no los hace ser separados, opositores o agresores sino capaces de convivir y aceptarse, no solo por sus semejanzas sino por la complementación de sus diferencias.