¿Y si nos quitamos las máscaras y relajamos el cuerpo? Seguramente descubriremos quienes realmente somos

“La tensión es quien crees que debes ser. La relajación es quien eres.” ¡Qué joya de frase me encontré! Y qué verdad tan complicada encierra. Justo el padre de la terapia psico-corporal, Wilhelm Reich, descubrió esto. Se vuelve una verdad física y también emocional y espiritual.

Al nacer y al ir formando los mecanismos de defensa que definirán nuestra estructura de carácter, vamos bloqueando el libre flujo de energía en el cuerpo. Formamos tensiones. He escuchado también decir que parte de nuestro trabajo de vida es ir recordando la cara de quienes éramos antes de nacer. Si no hubiéramos tenido que formar mecanismos de defensa (cosa que es inevitable), seríamos seres libres, relajados, sin bloqueos. Resulta, sin embargo, que así crecemos y así nos hemos formado.

Wilhelm Reich descubrió, al observar a sus pacientes, que todos respiraban de manera distinta. A algunas personas se les atoraba la respiración en el diafragma, a algunos no les llegaba la respiración a inflar abdomen o pecho. Empezó a mapear este fenómeno y vio que los patrones de respiración pertenecían a ciertos tipos de personalidad. La personalidad es el conjunto de mecanismos de defensa con las que nos revestimos para defendernos en el mundo. ¡Ah! Las tensiones que forman nuestra manera de respirar y nuestra estructura de carácter, tienen que ver con quienes creemos que debemos ser. Tienen que ver con las historias que nos hemos contado para poder quedar bien en el mundo. Son conclusiones que llegan a ser nuestras verdades, desde el sistema de creencias que hemos construido.

Si trabajamos para relajar los bloqueos del cuerpo, poco a poco llegaremos a descubrir quienes realmente somos, liberándonos de las máscaras que portamos. Así vamos encontrando esa relajación que nos muestra esos seres que realmente somos. Es un trabajo muy difícil. No estamos acostumbrados a ser honestos ni con nosotros mismos, y realmente pensamos que si somos honestos seremos rechazados. Les garantizo que no es así. ¿Te animas?