Conmemorando el 50 aniversario luctuoso de Julio Torri, el saltillense de las narraciones breves
COMPARTIR
TEMAS
El escritor y docente fue uno de los pioneros en el género del microrrelato en México y esta semana se cumplió el 50 aniversario de su muerte
Las redes sociales han estimulado un auge por la literatura breve. Contenidos a unos cuantos caracteres, sus usuarios narran ficciones y realidades con el mínimo de recursos y muchos escritores han optado por este mismo esquema, aunque en México un saltillense se adelantó a tal fenómeno.
Nacido el 27 de junio de 1889 en la capital coahuilense, Julio Torri es considerado uno de los precursores del microrrelato en el país, con una obra narrativa en la que buscó siempre la eficacia en su ejecución, y en el marco de su 50 aniversario luctuoso, el pasado 11 de mayo, recordamos a esta figura.
En entrevista con VANGUARDIA el también escritor saltillense, radicado en la Ciudad de México, Armando Alanís, quien a su vez desarrolla la ficción breve, recordó cómo conoció la obra de este autor y la manera en que ha ganado notoriedad a través de los años.
Como un artista de culto —muy apreciado pero solo por unos pocos— Julio Torri llegó a manos de Alanís cuando tenia 20 años, en los 70’s y 80’s, cuando “solo se hablaba de la figura de Manuel Acuña, pero de pronto surge Julio Torri, que solo unos cuantos lo conocían”.
“Yo tenía unos 20 años cuando lo conocí, gracias a un amigo de Torreón que me lo citó y que me dijo de memoria uno de sus microrrelatos y ya yo en Saltillo busqué la obra de Torri”, agregó, “en ese tiempo estaban las Lecturas Mexicanas, una serie de libros publicados por el Fondo de Cultura Económica y ahí encontré Fusilamientos de Julio Torri, que incluye de hecho su libro Ensayos y Poemas, que inaugura el género de la minificción en nuestros país”.
Uno de los investigadores que estudió a profundidad la obra del saltillense fue el francés Serge Zaitzeff —quien participó en algunas ediciones de la Feria del Libro en la ciudad, según contó Alanís—. En un artículo para la revista francesa bilingüe América en 1997 escribe que el escritor “repudia todo lo que puede frenar el poder de la imaginación, es decir, la lógica, el desarrollo, las explicaciones, los puentes. Con toda claridad afirma que ‘El horror de las explicaciones y amplificaciones me parece la más preciosa de las virtudes literarias’”, creencia que suele aplicarse en los talleres literarios donde se suele sugerir la constante depuración de un texto hasta sus versión más concisa.
Alanís reconoce que el género de la microficción ha tenido gran impulso en años recientes, aunque sigue primordialmente ubicado en el ámbito independiente, con muy pocas publicaciones a cargo de editoriales comerciales “aunque cada vez se leen más minificciones en el país. Hay mucha gente que está escribiendo minificción en México y desde luego las redes sociales han salido para impulsar este tipo de brevedades”, expresó.
La importancia de la figura de Julio Torri también ha sido reconocida por las instituciones de todos los niveles gubernamentales del país, con algunas publicaciones y ejemplos de homenajes como la librería que lleva su nombre en el Centro Cultural Universitario de la UNAM, donde fue docente, así como el Premio Nacional de Cuento Breve organizado por el Fondo Editorial Tierra Adentro y la Secretaría de Cultura de Coahuila, dependencia que a su vez organiza año con año el Festival Internacional de las Artes Julio Torri.
A pesar de esto último su 50 aniversario luctuoso pasó desapercibido y ni a nivel estatal ni municipal se realizó alguna actividad para conmemorarlo, situación que Alanís considera “triste que se hable poco de una figura tan relevante de la minificción en México”.
“Ojalá lea más gente a Julio Torri, que se acerquen a su obra”, concluyó el escritor, “también recomiendo mucho la lectura de las cartas con Alfonso Reyes, las pueden encontrar en el libro Obra Completa de Julio Torri que pueden conseguir en el Fondo de Cultura Económica”.
De funerales
Julio Torri
Hoy asistí al entierro de un amigo mío. Me divertí poco, pues el panegirista estuvo muy torpe. Hasta parecía emocionado. Es inquietante el rumbo que lleva la oratoria fúnebre. En nuestros días se adereza un panegírico con lugares comunes sobre la muerte y ¡cosa increíble y absurda! con alabanzas para el difunto. El orador es casi siempre el mejor amigo del muerto, es decir, un sujeto compungido y tembloroso que nos mueve a risa con sus expresiones sinceras y sus afec- tos incomprensibles. Lo menos importante en un funeral es el pobre hombre que va en el ataúd. Y mientras las gentes no acepten estas ideas, continuaremos yendo a los entierros con tan pocas probabilidades de divertirnos como a un teatro.
¿Quién fue Julio Torri?
› Fue un escritor, maestro y abogado mexicano, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.
› Fue, con José Vasconcelos como Secretario de Educación Pública, jefe del Departamento de Bibliotecas y director del Departamento Editorial.
› Su predilección por la brevedad en sus textos lo llevó a crear cuentos es historias muy cortas, por lo que se le considera precursor de la minificción en México.
› Publicó en vida los libros “Ensayos y poemas”, “De fusilamientos” y otros textos, con unas cuantas publicaciones más póstumas.
› Nació el 27 de junio de 1989 en Saltillo, Coahuila y falleció el 11 de mayo de 1970 en la Ciudad de México.