El arte irreverente de Boris Lurie se exhibe en Museo Nacional de las Culturas del Mundo en CDMX
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La libertad y lo irreverente en la obra del ruso-estadounidense Boris Lurie se exhibe en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, ubicado en el centro histórico de la Ciudad de México.
El artista ruso-estadounidense Lurie (Leningrado, 1924-Nueva York, 2008) fue uno de los fundadores del movimiento “No!art”, que se opuso a la desmedida mercantilización de la pintura estadounidense, siendo esta una postura que el artista llevó al extremo; nunca vendió sus obras.
Desde esta semana y hasta mayo de 2023, el público podrá admirar en el museo capitalino acogerá la exposición “No Complaciente”, que es un compendio de pinturas y esculturas que realizan un viaje por la atropellada vida y obra del creador.
“La irreverencia es parte de su personalidad, quizás es uno de los artistas más francos que ha existido”, aseguró Reynier Valdez, el curador de la exposición, quien precisó que buena parte de esa libertad la obtuvo gracias a la estabilidad económica que le proporcionaron los negocios de su padre.
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La vida de Lurie iniciño en una familia con un origen judío de Leningrado, hoy San Petersburgo, que decidió emigrar a Riga, Letonia huyendo de la hostilidad del leninismo hacia los hebreos.
Estando allí se vieron en medio de la invasión nazi en 1941 que derivó en el asesinato de las mujeres de su familia. Él entró por primera vez en un campo de concentración a los 16 años.
“Los sobrevivientes del Holocausto tienen el peso de la culpa por haber sobrevivido. Y eso atraviesa su obra”, indicó Valdez.
Después junto con su padre se trasladaron a Nueva York, en donde comenzó su carrera artística marcada por sus heridas y la mirada crítica hacia la sociedad que lo acogió.
Tanto el trauma del Holocausto, así como su relación con las figuras femeninas, su origen judío y el rechazo al consumismo son los temas que dominan una muestra de cerca de 100 piezas.
En opinión de Valdez, las figuras femeninas que retrató Lurie, muchas veces en grupos de tres y con formas abstractas, seguramente son un homenaje a su madre, hermana y abuela asesinadas.
La siguiente etapa de Boris Lurie estuvo acentuada por la creación de su movimiento artístico, con el propósito de oponerse al consumismo estadounidense y al “Pop Art” que encabezaban artistas como Andy Warhol.
“En 1959 crea ‘No!art’, que se opone al mercado del arte, a las galerías, a cómo se construyen las obras. Sobre todo a la obra complaciente”, puntualizó Valdez.
Que la obra de Lurie haya podido ser expuesta en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo es producto de una casualidad, sin embargo el curador de la muestra considera que el lugar y el artista estaban destinados a encontrarse.
Después de una exposición sobre fenómenos migratorios que fue comisionada por un experto en artistas perseguidos y judíos, éste quedó encantado con el museo y la variedad de obras y temáticas que acoge.
“Pensó que a él (Lurie) le habría gustado, y así fue como se empezó a negociar”, aseveró Valdez.
Así también, enfatizó sobre la relación que existe entre las “víctimas no nombradas” que retrata Lurie y “un México con miles de desaparecidos, con Ayotzinapa y otros tantos eventos nefastos”.
Con información de la Agencia EFE.