La era de la zozobra, Ai Weiwei en la UNAM
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A través de su obra, tragedias de China y México que producen dolor y pesar
Zozobra. Es el sentimiento que une a las dos piezas que el artista visual chino Ai Weiwei (1957) exhibirá en México, bajo el título de Restablecer memorias. Aflicción, angustia, desamparo, tristeza, dolor, pesar, como lo indican los sinónimos de esta palabra, por la destrucción del patrimonio cultural de China y por la violencia perpetrada contra los 43 normalistas desaparecidos en Ayotzinapa en 2014.
El Salón ancestral de la familia Wang (2015) y Retratos de LEGO. Caso Ayotzinapa (2019) son las instalaciones que retan al espectador a adentrarse en ellas, a cruzar el umbral marcado por las 18 columnas de madera que integran la primera y a desentrañar los rostros y leer la información que tapiza dos muros para entender la segunda.
El Salón evoca un templo de la dinastía Ming que registra la destrucción de un patrimonio de 400 años de antigüedad, bajo la violencia de la revolución china; y Retratos de LEGO… hurga en el vacío que dejó en la sociedad mexicana la desaparición de los estudiantes de una normal en Iguala.
Con esta exposición del creador conceptual, que se abre al público este sábado a las 10:00 horas y permanecerá en exhibición hasta el 6 de octubre, el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) de la UNAM festejará su primera década.
La muestra “une la desolación que deja la destrucción de nuestras reliquias culturales, nuestro pasado, y la violencia bárbara perpetrada contra los jóvenes, nuestro futuro”, reza la cédula introductoria a la sala, que destaca “la unidad de lucha que involucra a ciudadanos de todas las latitudes cuando se compromete su memoria”.
El montaje de estas obras fue posible gracias a la colaboración de 40 estudiantes de Arquitectura y Diseño, quienes acudieron puntualmente durante 20 días para confeccionar el templo de madera y armar los retratos con piezas LEGO.
El miércoles, el activista nacido en Pekín convivió con estos jóvenes, recorrió con ellos la muestra y les agradeció el compromiso. “Ha sido una experiencia inolvidable. Entendí la dimensión social que tiene la arquitectura, lo importante que ha sido en la historia. Conocerlo ha sido lo máximo”, dijo Javier, quien no quiso dar su apellido.
Contentos porque al artista que comenzó su formación en la Academia Cinematográfica de Pekín le gustó cómo quedaron las piezas, los alumnos intercambiaron las vivencias que los marcaron. “Memoricé los rostros de los estudiantes desaparecidos y me impacté porque pensé que esto nos puede pasar a cualquiera de nosotros”, dijo Rosa María.
Curada por Cuauhtémoc Medina, con Virginia Roy, Restablecer memorias parece atentar contra la paciencia del espectador, quien debe, en la réplica del templo, buscar los detalles en las alturas, y en los retratos, leer, escuchar y procesar demasiada información dolorosa.