¿Así o más perdidos en el espacio?
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Algunas mentes brillantes y también algunos productores ambiciosos han aprovechado el éxito de la nostalgia al revivir –o en su caso, nunca dejar morir– historias famosas en el pasado. Sobre todo, cuando se trata de ciencia ficción. La continua explotación de marcas como “Star Wars” y “Star Trek” ha generado oro para las compañías productoras, mientras que deja contentos a millones de fanáticos alrededor del mundo.
Así que no me sorprende que, siguiendo la fórmula, ahora tengamos de vuelta una serie familiar que, si bien no ha generado tanto culto como “Star Trek”, sí tenía una muy buena reputación ante el público y una comunidad generosa de fans.
“Lost in Space” (¿la recuerdan? En México se transmitió como “Perdidos en el Espacio”) fue una serie antecesora de las aventuras de Kirk y Spock. La original se estrenó en 1965 y permaneció tres temporadas al aire. Trataba sobre la familia Robinson y el mayor West, que debían sobrevivir en el espacio después de que su nave, el Júpiter 2, que buscaba una nueva opción de vida para los terrícolas en Alfa Centauri, fuera desviada de su trayectoria original por una acción del saboteador doctor Smith.
Aunque han salido otros proyectos que dan continuidad al espíritu de “Lost in Space”, nada tan grande como lo que ahora ha realizado Netflix con las ideas de Irwin Allen. La nueva adaptación de esta historia recién se estrenó en el sitio de streaming, y aunque las críticas han sido variadas, cuenta por el momento con toda la popularidad.
¿Qué sucede con la renovada “Lost in Space”? Primero, que es una serie que se toma mucho más en serio que la original… lo que podría no ser un punto a favor. Mientras que la versión de los 60 era una cosa extravagante, cómica y locochona (que le generó un culto kitsch), la nueva “Lost in Space” se apega a lo que exigen las narrativas audiovisuales contemporáneas. Lógico, se notan los avances tecnológicos y esto la convierte en una historia, digamos, “convencional”, sobre el espacio.
En cuanto a la narrativa, también se ha modernizado. En esta ocasión, la trama de la familia Robinson, en lugar de ser toda positividad, se acerca más a los conflictos de la era. Es una familia disfuncional que, gracias al incidente que los deja varados en el espacio, le hace cara también a los lazos accidentados entre ellos. Hay un robot destructor que termina haciendo un vínculo con el hijo pequeño de la familia, por supuesto. Y la villana, interpretada por la grandiosa Parker Posey, que viene a suplir a la figura del doctor Smith, es de lo mejor de la serie.
En cuanto a las tramas de cada capítulo, están bien planteadas, pero tampoco son espectaculares. Es una serie de aventuras familiares con buenos efectos especiales, sin los giros de ciencia ficción creativos de “Star Trek: Discovery” ni la magia de mi serie favorita de todos los tiempos sobre el espacio: “Battlestar Galactica”. En fin, una serie para pasar buenos ratos y nada más.