Para Alejandro González Iñárritu ‘Bardo` es la liberación de la voz
Silverio Gama es un periodista y documentalista renombrado a ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos, padre de familia y mexicano emigrado. O eso piensa que es en “Bardo”, la nueva película de Alejandro González Iñárritu.
No pasa mucho tiempo antes de que la realidad de “Bardo” se empiece a comportar de manera extraña, surrealista, como un archivo corrompido por un virus. “Bardo” recuerda a “Birdman”, otro de los filmes de González Iñárritu, con un hombre cuyo éxito es sólo la envoltura deslumbrante del caos. Pero en este caso atravesado por ese desierto que casi se podía tocar en la instalación virtual del cineasta “Carne y Arena”.
“Creo que no puedes explicar ‘Bardo’ sin ‘Birdman’ y sin ‘Carne y Arena’”, dijo González Iñárritu en una entrevista reciente en la 20ª edición del Festival Internacional de Cine de Morelia, cuyo filme fue presentado en la gala inaugural. “‘Birdman’ comenzó esta observación de la conciencia o de cómo estas voces empiezan a tener una nueva vida. ‘Carne’ era más como un experimento físico”.
“Creo que ‘Bardo’ es la combinación de esas inspiraciones, pero espero que sea de una forma evolucionada, en una forma que sea la liberación de esa voz, simplemente rendirse para básicamente dejar ser la incertidumbre y no dejar ser lo que somos, sino aquello en lo que nos estamos convirtiendo... dejar las viejas ideas sólidas que pretendemos ser”.
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Tras su estreno en el Festival de Cine de Venecia, “Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades” (“Bardo: False Chronicle of a Handful of Truths”) debuta este fin de semana en cines de México. El 4 de noviembre llegará a cines de Estados Unidos, España y Argentina para finalmente ser estrenada en Netflix el 16 de diciembre.
“Bardo” marca el regreso de González Iñárritu a México como realizador tras dos décadas de trabajo en Hollywood en las que ha cosechado cinco Premios de la Academia por filmes como “Birdman or (The Unexpected Virtue of Ignorance)” (“Birdman o (La inesperada virtud de la ignorancia)”) y “The Revenant” (“El renacido”), así como “Carne y Arena”.
En “Bardo”, Silverio es interpretado por el actor mexicano Daniel Giménez Cacho, quien colabora por primera vez con González Iñárritu. Silverio se encuentra en México a días de recibir un importante premio de periodismo en Estados Unidos. En una fiesta organizada por sus colegas mexicanos tiene una visión de su padre en un baño en la que adopta el tamaño de un niño, aunque con su cuerpo de adulto, como la pintura “Diego y Yo” de Frida Kahlo.
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“Yo no diría que tengo algunas similitudes con Silverio, diría que Silverio soy yo... muy pronto, al comienzo del rodaje se convirtió en un asunto personal”, dijo Giménez Cacho. “No construí o diseñé un personaje, era yo, yo, yo todo el tiempo, así que estaba realmente libre”.
El actor de filmes como “La mala educación”, “Zama” y “Profundo carmesí”, reconoció a Silverio por hacerlo más consciente de quién es él.
“Por ejemplo, mi padre, de quien me había olvidado completamente, él falleció hace unos 11 o 12 años, y desde entonces no había pensado en él, y cuando estábamos filmando la escena en el baño con mi padre de pronto llegó... y desde entonces hemos estado hablando más a menudo”, señaló.
Silverio vive en un matrimonio de larga duración con Lucía (Griselda Siciliani). Sus hijos, Camila (Ximena Lamadrid) y Lorenzo (Íker Solano) son jóvenes que no tienen miedo de criticarlo, cuestionarlo y hacerle ver otra realidad. Camila, por ejemplo, lo sorprende al decirle que está pensando en irse a vivir a México.
“Empiezas a... tener estas conexiones realmente valientes y hermosas y yo quería tener eso específicamente con Silverio en el personaje de Camila”, dijo Lamadrid. “Puedes llegar a través de la honestidad y de la paciencia. Silverio va con Camila y empieza a escucharla y es un momento hermoso... trae muchas verdades”.
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Lorenzo es más duro con su padre, tiene una explosión de adolescente al hacerle ver que su manera de abordar temas como la pobreza en sus documentales puede ser más bien un acto egoísta.
“Cuestiona su existencia, sus decisiones, no lo reta para empezar una pelea, viene desde una parte inocente del personaje en la que quiere tener una respuesta para todo lo que lo rodea”, dijo Solano.
Lucía es la mediadora entre Silverio y sus hijos y de Silverio con el mundo exterior. En algún momento le advierte que tenga cuidado de no convertirse en eso que la gente piensa que es él. Silverio y Lucía todavía mantienen la llama de su relación encendida a pesar de enfrentar la pérdida de un hijo que en la película se niega a salir del vientre de su madre.
“Me gusta mucho como está contado el rol de la mujer en esta película”, señaló Siciliani. “Como una mujer que abrazó ese dolor y lo lleva consigo, pero a su vez puede ser divertida y sexy y puede decirle a su compañero las cosas más amorosas y también ponerle los puntos, decirle las verdades que por ahí nadie le dice”.
En una reunión de trabajo Silverio se entrevista con el embajador de Estados Unidos (Jay O. Sanders) en el Castillo de Chapultepec, un sitio histórico de la Ciudad de México y antiguo colegio militar, donde vivió el emperador Maximiliano de Habsburgo y presidentes mexicanos como Porfirio Díaz, hasta 1938, cuando fue convertido en museo. Durante su charla aparecen los Niños Héroes, jóvenes cadetes que combatieron al ejército estadunidense durante la intervención estadounidense en México, iniciada en 1846.
“La mayoría de los estadounidenses, mis hijos que estudian en Estados Unidos, a ellos nuca les cuentan esa historia”, dijo G. Iñárritu sobre la guerra entre ambos países tras la que México perdió más de la mitad de su territorio. “Y creo que es importante porque eso ayudaría a los estadounidenses a comprender muchas cosas de una manera muy saludable, no para señalar, sino como una parte importante de la historia. Y lo más importante que quería hacer en ‘Bardo’ es reír de ello porque el humor es algo muy serio, sin humor no puedes sobrevivir tu vida o la historia. El humor es algo que nos ayuda a entender más sin ser amargos, el humor, creo, reconstruye la verdad de una manera más profunda”.
Por Berenice Bautista The Associated Press.