De Star Wars a Moscú: Ewan McGregor estrena nueva serie en Paramount+
‘A gentleman in Moscow’ es lo nuevo de este polifacético actor, quien habló en exclusiva con VMÁS sobre lo que implicó la grabación de esta serie atravesada por la huelga de guionistas y actores
Irreconocible detrás de un tupido bigote y peinado teñido de negro, Ewan McGregor busca el equivalente del Oscar de la TV con la postulación como Mejor Actor por la serie ‘A Gentleman in Moscow’ de Paramount+ y Showtime. Y aunque recién en Septiembre sabremos si finalmente gana (o pierde), el mejor premio fue poder entrevistarlo personalmente.
¿En qué parte del mundo filmaron una serie que parece filmada realmente en Moscú? “La serie la filmamos en Manchester donde armamos el vestíbulo del hotel ruso, con el bar, el restaurante y el balcón. Era todo un hermoso estudio donde a un costado había un corredor con algunas habitaciones que se volvieron importantes para la historia. Pero las escenas de las escaleras y el ático donde mi personaje tiene que vivir, las filmamos en Liverpool, también hubo otgras escenas en el norte de Inglaterra, con viejo s corredores y escaleras que quedaban también hermosas para filmar”.
La ficción de ‘Un Caballero en Moscú’ también tiene algo de realidad cuando el personaje de Ewan McGregor se enamora de una actriz, porque esa misma actriz, es justamente la verdadera esposa Mary Elizabeth Winstead, con quién él ya había trabajado antes en la tercera temporada de la serie Fargo donde otra ficción los había enamorado (también en la realidad). Esta vez, en ‘Un Caballero en Moscú’, ella interpreta a una actriz famosa de la época llamada Anna Urbanoba, que a partir del segundo episodio lo invita a cenar y termina seduciéndolo, para seguir la relación que hoy conservan también detrás de cámaras.
¿Es cierto que a pesar de ser marido y mujer, para la filmación de las escenas más íntimas tuvieron en el estudio un coordinador de intimidad, como una de las reglas que se impuso en Hollywood después del movimiento #Metoo? “Sí, me parece perfecto. Era la primera experiencia para mi esposa y aunque le haya parecido irónico por tener que trabajar con el esposo, aunque no parezca necesario, desde otro punto de vista está muy bien porque te muestra cómo se ve el futuro. Fue una buena forma de coordinarlo todo, para asegurar que todos estaban cómodos sabiendo que hay alguien a quien recurrir si una persona se siente incómoda. Va mucho más allá que nuestra relación, para que todos los involucrados se sientan cómodos”.
¿En tu caso ya habías trabajado antes con otros coordinadores de las escenas íntimas del cine? “Sí, sí, sí, vengo trabajando con coordinadores de intimidad desde hace años. Es un rol muy importante que protege a los actores jóvenes, a los maduros, a cualquier actor. Es una forma de protegerlos y darles el poder que se merecen quienes tengan que mostrarse desnudos o simular alguna actividad sexual. Les da un poder de control absoluto en ese sentido. Podrás imaginarte una situación donde una actriz joven que recién empieza su carrera y a lo mejor tenga que trabajar con un director, hombre, mucho más maduro o legendario, donde le resultaría difícil negarse a decir “No me siento cómodo haciendo eso”. Hoy ni siquiera tiene que decírselo a él, se lo puede decir a alguien que tiene el trabajo de traducir la información. Y de esa forma, tanto ella como él, están protegidos.Y la gente tampoco termina trabajando en algo que después puedan llegar a arrepentirse o sientan que fueron abusadas o usadas. Y en nuestro caso incluso, se trata de nuestro cuerpo, todos queremos sentirnos seguros de mostrar las partes del cuerpo que ayuden a la historia y nada más. Es bueno tener alguien con quien hablar esos temas técnicos. Y son siempre personas muy dispuestas a hablar, sin vergüenza, donde una mujer pueda decir que tampoco le preocupas si muestra su cuerpo. Y es así como seguirá siendo, siempre. Creo que es una persona muy importante en el proceso de una filmación”.
¿Cómo productor de la serie, tuviste que convencer a tu esposa Mary Elizabeth Winstead para que te acompañe o fue un paso natural? “Yo me fui enamorando primero del proyecto y cuando surgió el personaje de ella le empecé a comentar, para que leyera el libro y vea si le interesaba tanto como a mí”.
¿Al trabajar juntos como matrimonio, tenían alguna regla de no hablar de trabajo en casa, por ejemplo? “No tenemos ninguna regla en ese sentido, es igual como cualquier otro trabajo. Hablamos entre nosotros sobre lo que nos pasó durante el día o lo que pensamos. Y tuvimos suerte que en este caso tampoco había algún tema estresante. Fue una bendición en ese sentido. Todo salió muy bien con la producción y a lo mejor hablamos sobre otros actores y lo fácil que fue todo. Lo volveríamos a hacer, seguro”.
En la novela original, el personaje de la actriz Anna que interpreta tu esposa tiene un rol misterioso y menos importante que la serie “Aunque en el libro es muy misteriosa, igual es también importante para marcar la diferencia, como termina al final de la serie. En el libro no hay tantos detalles de ella y eso generó también mucha más libertad para ir por un lugar diferente, mostrando también lo que pasa por su mente, sus vulnerabilidades o complejidades que pudimos explorar con la serie”.
¿Hablamos de la posibilidad de un premio Emmy por el gran cambio físico del bigote que parece esconderlo detrás del personaje de ‘Un Caballero en Moscú? “Es un tema que da para hablar bastante (Risas). Hay realmente un movimiento cultural entre los hombres con cabello facial, con todo tipo de consejos y productos que se venden en internet. Yo incluso llegué a tener una especie de peine de bolsillo especial para darle la curva perfecta a mi bigote. El único problema para mi es que no tengo el cabello de color oscuro y mi bigote crece demasiado rubio. Y no es algo que tampoco se pueda teñir tan fácil porque no se sabe como puede reaccionar la piel o tampoco hay garantía que no terminara viéndome como Groucho Marx. Por eso, al principio solo tenía mi cabello más oscuro y me dejaba el bigote rubio. Pero después llegó la huelga de actores cuando nos faltaba filmar el final. Y la dejé crecer... me dejé crecer una barba enorme durante la huelga que resultó muy útil para el final de la serie, valió la pena”.
¿Cuánto tiempo conservaste ese look? “Ah, no, me lo afeite a los tres minutos que terminamos el rodaje. Habíamos empezado en Octubre del 2022, filmamos todo el año 2023 y después con la huelga volvimos a filmar al final del año. Así que fue bastante tiempo, literalmente hasta que terminamos el rodaje. Teníamos una escena afuera del edificio donde pretendimos que nevaba, terminamos, todos gritaron de alegría por el gran final, me subí al auto y no veía la hora de afeitarme”.
La historia de ‘Un Caballero en Moscú’ parece verdad, para quienes no conocen la novela best seller original de Amor Towles. Ambientada en la época inmediatamente después de la revolución rusa, que terminó con la dinastía Romanov y el imperialismo para fundar el comunismo, Ewan McGregor incluso se parece más físicamente a Stalin que a Obi Wan Kenobi de Star Wars. Y en los tiempos en que ser aristócrata sonaba a condena de muerte, él interpreta un Conde destinado a vivir el resto de su vida en el ático de un lujoso hotel... sin ningún lujo personal y sin poder salir del hotel, para evitar que lo maten.
¿Qué es lo que más te gustó del personaje de ‘Un Caballero en Moscú’ como para filmar una serie de streaming en vez de una superproducción de cine? “Muy de vez en cuando surge un personaje que se siente que lo conoces a medida que lees sobre él, en un libro. Es lo que me pasó esta vez. Desde el primer momento que leí la novela (Un Caballero en Moscú), supe que yo iba a interpretarlo. Es algo que genera también una relación muy especial, algo extra cuando leo algo así. Pero no sé, me enamoré de este rol, lo imaginé muy claramente en mi mente y es una persona que también aprecio, como si lo conociera toda la vida”.
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¿No se sintió ninguna presión por las posibles comparaciones de aquellos que leyeron la novela y a lo mejor tienen otra expectativa de la historia o tu personaje? “Para nada, nunca lo pensé. Es algo que tampoco analicé hasta que terminamos y empecé a conocer gente que le había gustado el libro original. Tampoco es muy útil generar ese estilo de presión. No ayuda. La adaptación del libro era buena y yo solo tenía que interpretarlo. Estaba todo muy claro en el nuevo guion y será por eso que tampoco sentí ninguna presión, al menos hasta el final”.
¿Dejaron que el novelista opine sobre los cambios entre la novela y la serie? “El es increíble como colaborador. Confío totalmente en nosotros y todos los cambios que se hicieron fueron solo eventos, como el cambio de edad, porque es una serie de TV. Las preguntas de él solo tuvieron que ver sobre nosotros, los actores y el proceso de actuación, por ser un mundo diferente que le interesó. Por la forma en que escribe, te das cuenta que le interesa la gente de todos los estilos de vida”.
¿Más allá de la ficción, tampoco analizaste en algún momento lo que significaría perder todo lo material y quedarte sin nada, en aquella época de horror del comunismo de Lenin y Stalin? “Es algo interesante pensar en algo así porque la Rusia que mi personaje conocía desaparece por completo al principio de la serie. Y vemos como es que él tiene que dejar lo material que hasta entonces pensaba que era importante, además de proteger también a la gente que él ama. Fue algo muy complejo y también interesante para analizar y resolver, pero al final resultó muy encantador”.
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