Falleció George A. Romero, el creador del cine de zombis

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/ 16 julio 2017

El director de 'La noche de los muertos vivientes' (1968) fallece en Los Ángeles a los 77 años víctima de un cáncer de pulmón

En los años sesenta, un grupo de cineastas dinamitó las convenciones del cine de terror, aprovechando el cambio social en cuanto a la violencia y al obscenidad permitida. Algunos lo hicieron desde dentro de Hollywood, como Roman Polanksi, Brian de Palma o William Friedkin. Otros crearon sus productos desde fuera de las majors, pero atrajeron al público de igual manera: por esa rendija comercial se colaron John Carpenter, Wes Craven, Tobe Hooper, David Cronenberg y George A. Romero, que falleció ayer domingo en Los Ángeles a los 77 años. Romero es para los aficionados el creador del moderno cine de zombis gracias a su precursora La noche de los muertos vivientes, rodada en blanco y negro con poco más de 100.000 euros en 1968. Según su socio Peter Grunwald, Romero falleció por culpa de un cáncer de pulmón, que le ha devorado de manera muy agresiva, en compañía de su esposa Suzanne Desrocher Romero y su hija Tina Romero, mientras escuchaba la banda sonora de la película El hombre tranquilo.

Hooper, Carpenter y Romero demostraron que para asustar a la audiencia no había que contar con grandes presupuestos. Romero era un apasionado del cine desde crío, en su Bronx natal. Nacido en una familia de clase media descendiente de cubanos y lituanos, George Andrew Romero ya rodaba de crío películas en 8 milímetros, aunque en aquel momento el terror no entraba en su afición. Tras graduarse en 1960 en la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburgh, se dedicó a filmar cortometrajes y programas de televisión, Junto a sus amigos John Russo y Russell Streiner monta una productora para rodar anuncios, hasta que harto, el trío decide dar un salto a lo grande y producir en Pittsburgh una película de terror, inspirada en una de las mejores novelas del siglo XX, Soy leyenda, de Richard Matheson.

No se complicaron la vida gracias a una historia muy sencilla, en blanco y negro, con un pueblo invadido por zombis caníbales. En La noche de los muertos vivientes hay sangre, como imponía el creador del cine gore Herschel Gordon Lewis, pero también acción y un claro mensaje político a través de un héroe afroamericano que morirá asesinado por error por un policía. La película se estrenó en unos pocos autocines y pronto prendió la mecha en sus seguidores: Craven la vio en una sala de Times Square, Carpenter en Los Ángeles y Dario Argento, que entonces trabaja como crítico de cine, en Roma. Los tres se dieron cuenta de todo el trasfondo que escondía aquel filme, en el que por cierto nunca se mencionaba la palabra zombi. Para Cahiers du cinéma lo prodigioso se escondía en su grito de guerra político sobre el racismo en EU. En esa película se constituyen las reglas del mito zombi: si te muerden te infectan, si no les disparas en la cabeza no caen eliminados y vuelven a la vida.

Durante los años setenta, Romero y sus amigos siguieron estrenando películas de parecido contenido (también rodaron un filme de vampiros), aunque no repitieron su éxito hasta Zombi: el regreso de los muertos vivientes (1978), que tras haber costado poco más de un millón de euros, recaudó más de 40 millones por todo el mundo.

Nunca dejó de trabajar, aunque a veces solo pudiera escribir guiones de películas -no dirigirlas- o de cómics. En 2005 dirigió la cuarta película de la saga, La tierra de los muertos vivientes, y como acabó insatisfecho con el resultado dirigió la quinta parte dos años después, El diario de los muertos, saltándose la cronología de la saga. Su último trabajo como director fue La resistencia de los muertos de 2009, y su último crédito como escritor se ve como creador de los personajes de Day of the Dead de Héctor Hernández Vicens, pendiente de estreno.

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