No es lo mismo ‘huele a traste que atrás te huele’, y tampoco es igual sentir soledad a necesitar acompañamiento

¿Cuál es la diferencia? Yo no estoy sola en el mundo, pocas personas realmente lo están, pero sí paso mucho tiempo a solas
Aprendí algo en mi terapia esta semana. Me preguntó mi terapeuta, después de decirle yo que a veces me calaba la soledad, si era la soledad lo que padecía, o la falta de acompañamiento. Mi mente dio varias vueltas sobre sí misma, y sabiendo que no tengo ninguna intención de vivir con alguien más, concluí que lo que necesito es acompañamiento. Sí, se lo dije a mi hija cuando vino a ayudarme con el pino en tiempos de pinos, “Sí quiero ponerlo, pero no quiero ponerlo sola.” ¡Ajá! Un pequeño satori, epifanía para occidentales como yo.
¿Cuál es la diferencia? Yo no estoy sola en el mundo, pocas personas realmente lo están, pero sí paso mucho tiempo a solas. Me enfrento a tareas que no son cosas que no puedo hacer sola pero que, acompañadas de alguna amistad o hijo o nieto, con vino, pizza, o grilled cheese, se hacen más ágiles, menos tediosas. Se acompañan de plática y a veces hasta de paseos nocturnos porque alguien pidió pizza en MM de Lomas en vez de MM Los Ángeles. Sí, fuí yo... Esos paseos, y las tareas en sí, son grandes oportunidades de platicar y de conocer mejor a alguien, y dejarnos conocer nosotros también.
Muchas personas vivimos solas. Eso no significa padecer soledad. Tengo una terapeuta bien chingona, y sabe que no era soledad lo que pasaba. Anoche me acosté no muy tarde pero sí exhausta y satisfecha. De las cosas que llenaban unos cuatro módulos de repisas, no queda ni la mitad, y en la fogata de mi cumpleaños pediré a quienes me acompañan que me ayuden a quemar la acumulación de papeles y cuadernos y cajas y tantas cosas que en algún momento guardé y ya no tienen sentido. Son días de rituales. Algunas cosas haré sola. Para otras cosas pediré acompañamiento.
Es muy importante ubicar lo que nos mueve y no interpretar desde los clichés y los lugares comunes. Nos diagnosticamos con miedo, con déficit de atención. Determinamos lenguajes del amor, traumas, todo para explicar y justificar cosas que otros parecen no entender de nosotros. Vayamos a terapia para entender nosotros mismos, ¿sí?