Pero por encima de todo, Léger fue un artista profundamente convencido de la importancia de la función social del arte, pensaba que el arte tenía que mejorar la vida de las personas, colaboró en proyectos en el ámbito de trabajo, y del ocio, donde la máquina, el movimiento, la bici, la danza, el circo, y después el cine, son objetos de su mirada.