Arte americano invade al Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

Artes
/ 7 enero 2022

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza terminó el 2020 de homenajes al barón Heinrich Thyssen con una exposición de arte americano.

La pinacoteca cierra el año del centenario de Hans Heinrich con una exposición temática que reúne 140 piezas de arte americano procedentes de la colección permanente, de la colección Carmen Cervera, la baronesa Thyssen, y otros préstamos de la familia.

La del barón Thyssen es una de las colecciones de arte americano más completas reunidas en un museo europeo y esto se nota en la gran cantidad de obras, de fechas y temáticas que abarca.

$!Un visitante observa la obra Cabinas Telefonicas, de Richard Estes (1967) de la exposición Arte americano en la colección Thyssen. EFE/Victor Lerena

La colección del museo ha estado 25 años muy estática y ésta es una ocasión para removerla. Otras pinacotecas van por ese camino de colecciones que no sean estáticas, esto es un ensayo y cuando terminemos, veremos”, indica Paloma Alarcó quien, junto a Alba Campo, son las dos comisarias de la muestra.

La exposición tiene como objetivo “revisar la colección de arte americano con una mirada transversal, a través de categorías como la historia, la política, la ciencia, el medioambiente o la cultura material, para facilitar un conocimiento más profundo y las complejidades del arte americano”, indica Alarcó. Se podrá ver hasta finales de junio de 2022.

$!“Muchacha cosiendo a máquina” de Edward Hopper (1921). EFE/Museo Thyssen-Bornemisza

AÑADIR SIGNIFICADO A LAS OBRAS

En el museo prevalece la contemplación de las obras, pero queremos añadir significado”, puntualiza la comisaria.

En este caso, la naturaleza es uno de los campos, con una reinterpretación más fuerte, orientada al mediombiente. “Muchos de los paisajistas pueden considerarse grandes pioneros del sentimiento de preservación de naturaleza”, añadió la comisaria.

“Nos hemos puesto al día”, reconoce el director artístico del museo, Guillermo Solana, quien ha adelantado que es “un intento de reinstalar y de ver de manera distinta muchas obras que ya estaban a la vista del público en la colección permanente pero ‘no estaban asimiladas´”.

$!“Mañana” de George Inness (1878). EFE/Museo Thyssen-Bornemisza

Por ejemplo, una de las novedades es un Rothko, representante de la abstracción americana del siglo XX, “muy pesimista y oscuro”, que cuelga frente a uno de los bancos para que la gente se pueda sentar. Rodeándolo de otras obras de paisajistas americanos del siglo XIX, como Edwin Church, el resultado es una suerte de “sala de mirada lenta” para el observador.

Obras de artistas tan variados como Hopper, De Koonig o Thomas Cole muestran el giro que pretende el Thyssen, con el apoyo de la Terra Foundation for American Art, a una de las colecciones más importantes en suelo europeo de artistas americanos de las últimas dos décadas.

Damos un giro de la agrupación estilística y cronológica a la temática, priorizando el contenido”, destaca Alarcó.

El barón Thyssen adquirió una obra de Jackson Pollock en 1963 y, a partir de ahí, dio comienzo una serie de compras que terminaron por reunir una colección nunca antes vista en suelo europeo.

$!Imagen de una obra de Charles Burchfield. EFE/Museo Thyssen-Bornemisza

El barón empieza a coleccionar arte americano muy pronto y de manera masiva con la peculiaridad de que su interés fue, de lo más contemporáneo a lo más antiguo. Se adentró en `terra´ incógnita y fue un pionero en la rehabilitación de la pintura americana en Europa”, explica Guillermo Solana, director artístico de la pinacoteca.

Cuando su padre fallece, en 1947, Hans Heinrich continúa con la tradición familiar de coleccionar arte antiguo hasta que, en 1961, inicia su pequeña revolución estética personal al comprar su primera obra de Nolde, dos años después adquiere su primer Pollock y “a finales de los años 60 entra en la pintura americana del siglo XX”, dice Solana.

Arte americano en la colección Thyssen’ está organizada en cuatro secciones temáticas: Naturaleza, Cruce de culturas, Espacio urbano y Cultura material, que se dividen a su vez en varios apartados, estableciendo diálogos entre cuadros de diversas épocas y autores, combinando el arte de los siglos XIX y XX.

$!“Vidrio ahumado” de James Rosenquist (1962). EFE/Museo Thyssen-Bornemisza

LA NATURALEZA EN EL GERMEN DE LA HISTORIA

La exposición arranca con la naturaleza, un tema muy representado en el arte americano, bajo la idea de estar “en el germen de la creación de la nación americana y que continúa presente”, afirma Paloma Alarcó.

Tras la independencia en 1776 los artistas tomaron conciencia de la grandeza de la Tierra. “Se ve que se asienta el espíritu americano. Hubo muchos artistas europeos que se lanzaron a pintarlo. Ahora hay interpretaciones políticas, filosóficas y medioambientales. Fueron pioneros del sentimiento de preservación de la naturaleza”, incide la comisaria.

En el apartado `América sublime´ analiza la naturaleza como fuente de espiritualidad y orgullo a través de artistas como Thomas Cole, Frederic Church, Georges Innes, Ossorio, De Kooning o Georgia O’Keeffe, que recuperaron la idea del pasado místico del paisaje.

Sobre el impacto del ser humano sobre la naturaleza trata otro espacio donde vemos “escenas de pesca y de caza y otras en las que se muestra la lucha del ser humano con la naturaleza. Trata de mostrar que, desde la conciencia medioambiental y el espíritu científico, se avanza el discurso preservacionista en Estados Unidos”, incide Solana.

$!Un visitante observa la obra Mujer en el Baño, de Roy Liechtenstein (1963) de la exposición Arte americano en la colección Thyssen. EFE/ Victor Lerena

CRUCE DE CULTURAS, ESPACIO URBANO Y CULTURA MATERIAL

La segunda sección se centra en el cruce de culturas y transmite “cómo se ha escrito la historia de la nación”. Desde mediados del XVIII hasta el XX, muchas obras ensalzan la presencia euroamericana frente a la indígena y afroamericana.

Los cuadros de Church, Bierstadt o Heade son paisajes realizados fruto de las expediciones comerciales. Pero se muestra también “cómo se forja una cultura de culturas, con pinturas en las que se observan comunidades diferentes como esclavos, clase obrera, asiáticos o afroamericanos, desde la alianza hasta el conflicto”, indica la comisaria Alarcó.

El tercer capítulo, `Espacio urbano´, se convierte en un retrato de la cultura moderna norteamericana. La población afroamericana se traslada a las ciudades del norte y, junto al éxodo de europeos hacia América, las urbes se convierten en espacios de encuentro de diversas culturas.

En paralelo a la revolución industrial, a los habitantes de las ciudades les empieza a interesar el ocio y, poco a poco, se observa cómo la gente busca parques para huir del ruido, como se ve en las obras de Childe Hassam o John Sloan, según indican los responsables de la muestra.

Después, la música se convierte en inspiración y fruto de ese cruce cultural. El jazz se populariza por encima del resto de expresiones musicales.

El recorrido lo cierra `Cultura material´, centrada en los artefactos y bienes de consumo humanos, imágenes bien conocidas por todos de Tom Wesselmann o Roy Lichtenstein.

Nota: Se puede seguir la exposición “online” en la página

$!“Número 11” de Jackson Pollock (1950). EFE/Museo Thyssen-Bornemisza

DESTACADOS:

+ La exposición `Arte americano en la colección Thyssen´, es el resultado de un proyecto de investigación financiado por la Terra Foundation for American Art, para profundizar y reinterpretar la colección de arte estadounidense que el barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza (1921-2002) reunió a lo largo de su vida.

+ La muestra forma parte de los actos de celebración del centenario de su nacimiento y que comenzó con una muestra de expresionismo alemán a principios de este mismo año.

+ Fruto de ese coleccionismo, el museo posee una extensa selección de pintura americana, en especial de los siglos XIX y XX, que se ha convertido en punto de referencia esencial para su conocimiento en el contexto europeo.

Por Amalia González Manjavacas EFE/Reportajes

COMENTARIOS

Selección de los editores