Airbnb ofrece nuevas excursiones enfocadas en animales
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Los animales domesticados o de granja, tales como caballos y camellos, no pueden llevar a más de una persona al lomo ni cargar más del 20 por ciento de su peso corporal.
Por: Elaine Glusac
Experiencias Airbnb, la rama de actividades de la plataforma de alojamientos compartidos, les ofrece a los viajeros muchas opciones en Lima, Perú. Pueden aprender a andar por toda la capital en una bicicleta de bambú (32 dólares); preparar ceviche en la casa de un lugareño (62 dólares); y pasar 90 minutos con Otto, el bulldog que anda en patineta y que rompió el récord del túnel humano más largo que ha atravesado un perro patinador (imagina una fila de participantes parados con las piernas separadas, creando un pasadizo para el canino sobre ruedas).
En los tres años que han transcurrido desde que Airbnb dio a conocer su sección de experiencias, ha descubierto que algunas de las más populares son las relacionadas con animales. El 10 de octubre, la empresa presentará “Experiencias con animales de Airbnb”, una categoría ampliada e independiente, muy similar a sus categorías ya existentes de “Comida y bebida” y “Deportes y naturaleza”. La nueva división de animales tendrá un enfoque ético.
“Nos dimos cuenta de que la gente quiere volver a conectar con los animales”, dijo Mikel Freemon, director de la sección de animales de Experiencias Airbnb. “Queríamos satisfacer ese deseo de manera responsable”.
El anuncio llega en un momento de escrutinio intensificado en torno a las organizaciones que ofrecen experiencias con animales y vida silvestre en destinos turísticos; el 9 de octubre, TripAdvisor anunció que detendría su práctica de vender boletos para eventos o atracciones que criaran o compraran delfines, ballenas y otros mamíferos marinos. En efecto, hay una inquietud cada vez mayor en todo el mundo en cuanto al nivel de regulación de los zoológicos, las reservas de fauna salvaje y otros refugios para animales, en particular en los países en vías de desarrollo, que quizá atraen a los turistas a situaciones en las que los animales son abusados para su entretenimiento, o algo peor.
Para ampliar esta división —aproximadamente la mitad de sus más de mil Experiencias con animales, disponibles en 58 países, serán nuevas al momento del lanzamiento— la empresa trabajó con la Sociedad Mundial para la Protección de los Animales, una organización sin fines de lucro dedicada al bienestar animal, con el fin de crear una política para el trato ético de los animales. Los propietarios de los animales, conocidos como “anfitriones”, deben cumplir con la política para poder aparecer en la plataforma.
La política de Airbnb prohíbe el contacto directo con los animales salvajes, es decir, acariciarlos, alimentarlos o montarlos, con algunas excepciones para las investigaciones de conservación a cargo de organizaciones sin fines de lucro. Los animales domesticados o de granja, tales como caballos y camellos, no pueden llevar a más de una persona al lomo ni cargar más del 20 por ciento de su peso corporal. Las reglas prohíben las interacciones con elefantes, que incluyen montarlos, bañarlos o alimentarlos, así como cualquier experiencia relacionada con mamíferos marinos que estén cautivos.
“En vez de nadar con delfines en cautiverio, puedes acompañar a un investigador y estudiar a los delfines silvestres”, explicó Freemon.
La Sociedad Mundial para la Protección de los Animales no se beneficiará financieramente de las reservaciones en Experiencias con animales, pero expresó su gratitud por colaborar con una entidad de la escala y visibilidad de Airbnb, cuyas experiencias de diferentes categorías han crecido de las 500 que había en 2016, cuando se integró esta división, hasta casi 40.000 en la actualidad.
“El hecho de que un líder en el sector de viajes como Airbnb se comprometa a hacer del bienestar animal una de sus prioridades principales no solo ayudará a educar a los viajeros sobre la importancia del turismo sin crueldad hacia los animales, sino que también les ofrecerá oportunidades de experimentar la vida silvestre en sus hábitats naturales mientras viajan”, escribió en un correo electrónico Alesia Soltanpanah, directora ejecutiva de la Sociedad Mundial para la Protección de los Animales.
Airbnb no es la única empresa cuyas actividades con animales están cobrando popularidad. Hace cinco años, Intrepid Travel prohibió los paseos en elefante dentro de sus viajes a nivel mundial, incluso en el Sureste Asiático donde eran muy populares, debido a la investigación de la Sociedad Mundial para la Protección de los Animales acerca del abuso de los elefantes utilizados para fines turísticos. El año pasado, la empresa reportó un crecimiento récord del doce por ciento en sus recorridos de vida silvestre entre los viajeros estadounidenses. Este grado de popularidad ha inspirado a la empresa a añadir diez nuevos recorridos enfocados en vida silvestre para 2020, entre ellos viajes a un centro de recuperación de orangutanes en Borneo y a un santuario de elefantes en Laos, sin la opción de montarlos.
Animal Experience International, con sede en Ontario, que ofrece oportunidades para trabajar con monos y loros rescatados en Guatemala o rehabilitar a canguros en Australia, afirmó que sus recorridos han tenido éxito con familias y turistas que viajan en años sabáticos. La empresa visita a las organizaciones animales con las que colabora a fin de evaluarlas en términos de prácticas éticas. En noviembre, lanzará una nueva expedición grupal de diez días a Nepal para hacer trabajo voluntario con grupos de rescate de perros durante el Kuku Tihar, el día en que los nepalíes hindúes bendicen a los caninos (2495 dólares canadienses, o unos 1880 dólares).
“Cuando los clientes saben que realmente hemos ido a estos lugares, les ayuda a confiar en que sí van a ayudar a los animales”, comentó Nora Livingstone, directora general de Animal Experience International.
Por supuesto que la ética en torno al turismo con animales no se limita a las visitas guiadas de paga. El verano pasado, en Escocia, el Hebridean Whale and Dolphin Trust, una organización benéfica para la conservación marina, inauguró el Sendero de la Ballena de las islas Hébridas, que identifica estaciones terrestres donde los viajeros pueden avistar mamíferos marinos desde la costa como alternativa a interactuar con ellos en el agua.
La sección ampliada de Experiencias con animales de Airbnb varía desde 90 minutos con Otto, el perro en patineta, hasta safaris de varios días con conservacionistas. Hay expediciones en Brooklyn, Nueva York, para ver loros silvestres, paseos en el Reino Unido con ponis miniatura y fiestas de té con ovejas “traviesas” en Escocia, famosas por robarse los pastelitos conocidos como “crumpets” y mordisquear los suéteres.
El precio de las experiencias con animales empieza en diez dólares y puede llegar hasta 500 dólares o más por safaris más extensos. El promedio es de unos 50 dólares.
Muchas de sus nuevas experiencias animales involucran a expertos en animales, como veterinarios, granjeros, naturalistas e investigadores. En Chernóbil, los viajeros pueden participar en un programa para conocer a los descendientes silvestres de los perros abandonados en la década de los ochenta, cuando los habitantes ucranianos huyeron tras la explosión del reactor nuclear. Los turistas pueden ayudar a bañar a los perros, que se ha dicho que están fuera de peligro de ser contaminados, y enseñarlos a socializar, junto con un grupo que trabaja para promover su adopción.
“Queremos que los visitantes conozcan a los animales a través de los ojos de la gente que vive y trabaja con ellos”, mencionó Freemon. “Ellos traducen el sentir de estos animales para que otros puedan verlos y conocerlos a través de sus ojos”.