¡Asombros!, así se cura una herida con una planta tropical el orangután Rakus
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Rakus, un orangután se trató una herida usando de una planta tropical, siendo este el ejemplo más reciente de cómo algunos animales tratan de sanar sus propios padecimientos con remedios hallados en la naturaleza
WASHINGTON- En un artículo publicado en la revista Scientific Reports escrito por Gayathri Vaidyanathan titulado “‘Orangutan, heal thyself’: First wild animal seen using medicinal plant”, el autor detalla que un grupo de científicos observaron cómo el orangután macho adulto arrancaba y masticaba una planta medicinal que es comúnmente usada por la gente en todo el sureste asiático para tratar el dolor y la inflamación.
“Por lo tanto, el tratamiento médico de heridas puede haber surgido en un ancestro común compartido por humanos y orangutanes”, precisa el Instituto Max Planck de Comportamiento Animal, y agrega que no obstante es posible observar “comportamientos de enfermedad y evitación con regularidad en los animales”, así como la automedicación a través de la ingestión “de partes específicas de plantas está muy extendida en los animales”, Sin embargo, esto sucede con baja frecuencia.
Hasta ahora se tiene conocimiento “que los parientes más cercanos de los humanos, los grandes simios, ingieren plantas específicas para tratar la infección por parásitos y se frotan la piel con material vegetal para tratar los dolores musculares”, explica el instituto en un artículo publicado en su portal titulado “Evidence for medical wound treatment in a wild animal”, prosigue detallando que “recientemente se observó a un grupo de chimpancés en Gabón aplicando insectos a las heridas. Sin embargo, aún se desconoce la eficacia de este comportamiento. Hasta el momento no está documentado el tratamiento de heridas con una sustancia biológicamente activa”.
Este orangután de Sumatra pasmó a los científicos cuando lo vieron como se estaba tratando una herida abierta en su mejilla con un apósito hecho de una planta medicinal. Es es el primer registro científico de un animal salvaje curándose una herida haciendo uso de una planta con propiedades medicinales, explica Vaidyanathan. Los hallazgos de los científicos fueron publicados en Scientific Reports.
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En opinión de Caroline Schuppli, primatóloga del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal en Konstanz, Alemania, y coautora del estudio, “esto demuestra que los orangutanes y los humanos comparten conocimientos. Dado que viven en el mismo hábitat, diría que es bastante obvio, pero sigue siendo intrigante comprobarlo”.
RAKUS
Este estudio, que fue liderado por Caroline Schuppli e Isabelle Laumer, se realizó en el sitio de investigación Suaq Balimbing en Indonesia, siendo esta una área protegida de selva tropical que alberga aproximadamente 150 orangutanes de Sumatra que se encuentran peligro crítico.
”Durante las observaciones diarias de los orangutanes, notamos que un macho llamado Rakus había sufrido una herida en la cara, probablemente durante una pelea con un macho vecino”, explica Isabelle Laumer (MPI-AB), primera autora del estudio.
En 2009, el equipo de Schuppli estaba llevando acabo observando orangutanes de Sumatra, cuando un macho joven se mudó al bosque. Este orangután no contaba con las grandes almohadillas para las mejillas de un macho maduro, conocidas como bridas, y se piensa que posiblemente tendría alrededor de 20 años, explica Schuppli. Decidieron nombarlo Rakus, o “codicioso” en indonesio, tras comerse todas las flores de un arbusto de gardenia de una sola vez.
En 2021, precisa Vaidyanathan, Rakus registró un crecimiento acelerado convirtiéndose en un macho maduro con bridas.
Los investigadores observaron a Rakus cuando este se estaba peleando con otros machos con el propósito de establecer su dominio y, en junio de 2022, un asistente de campo se dio cuenta que el orangután presentaba una herida abierta en su cara, posiblemente hecha por los caninos de otro macho, afirma Schuppli.
ASÍ SE CURA RAKUS SU HERIDA
Tres días después de sufrir la lesión, Rakus arrancó de manera selectiva hojas de una liana llamada Akar Kuning (Fibraurea tinctoria), tras hacerlo las masticó para después aplicar de forma reiterada el jugo resultante sobre su herida en la cara durante varios minutos. Como último paso, cubrió de forma completa su herida con las hojas masticadas, explica Instituto Max Planck de Comportamiento Animal.
“Esta y otras especies de lianas relacionadas que se pueden encontrar en los bosques tropicales del sudeste asiático son conocidas por sus efectos analgésicos y antipiréticos y se utilizan en la medicina tradicional para tratar diversas enfermedades, como la malaria. Los análisis de compuestos químicos vegetales muestran la presencia de furanoditerpenoides y alcaloides de protoberberina, que se sabe que tienen actividades antibacterianas, antiinflamatorias, antifúngicas, antioxidantes y otras actividades biológicas relevantes para la cicatrización de heridas”, dijo Laumer.
El grupo de investigación no logrado observar a ningún otro orangután en el parque nacional automedicarse usando akar kuning en 21 años, indica Vaidyanathan, y continúa explicando que “esto podría deberse a que los orangutanes salvajes de la región rara vez resultan heridos. O tal vez Rakus sea el único que conoce este tratamiento, que podría ser un comportamiento que adoptó antes de mudarse a la zona”.
Las observaciones llevadas a cabo en los días siguientes no “mostraron ningún signo de infección de la herida y después de cinco días la herida ya estaba cerrada”, señala el Instituto de Alemania.
“Curiosamente, Rakus también descansó más de lo habitual cuando fue herido. El sueño afecta positivamente a la cicatrización de heridas, ya que durante el sueño aumentan la liberación de la hormona del crecimiento, la síntesis de proteínas y la división celular”, detalla Laumer.
Para Michael Huffman, que estudia la automedicación animal en el Instituto de Medicina Tropical de la Universidad de Nagasaki en Japón ”Es el primer estudio que demuestra científicamente que un animal utiliza una planta con propiedades medicinales aplicables a las heridas, las aplica sobre las heridas y las trata constantemente durante un período de tiempo”.
Así mismo, prosigue Huffman, la automedicación se puede observar en otras muchas especies, y da como ejemplo, los gansos de las nieves canadienses quienes tragan hojas enteras con el propósito de tratarse una infección provocada por las tenias. Además añade Hoffman, se podido observar que los chimpancés (Pan troglodytes) en Gabón suelen frotan insectos cerca de sus heridas.
En el caso del orangután, detalla Laumer “el comportamiento de Rakus parecía ser intencional ya que trató selectivamente su herida facial en el reborde derecho, y ninguna otra parte del cuerpo, con el jugo de la planta. El comportamiento también se repitió varias veces, no sólo con el jugo de la planta sino también más tarde con material vegetal más sólido hasta que la herida estuvo completamente cubierta. Todo el proceso llevó una cantidad de tiempo considerable“.
Schuppli considera que ”es posible que el tratamiento de heridas con Fibraurea tinctoria por parte de los orangutanes en Suaq surja de una innovación individual”, y continúa detallando que “los orangutanes del lugar rara vez comen la planta. Sin embargo, los individuos pueden tocar accidentalmente sus heridas mientras se alimentan de esta planta y, por lo tanto, aplicar involuntariamente el jugo de la planta a sus heridas. Como la Fibraurea tinctoria tiene potentes efectos analgésicos, los individuos pueden sentir una liberación inmediata del dolor, lo que les hace repetir el comportamiento varias veces”.
Debido a que este comportamiento no se ha observado anteriormente, precisa el Instituto Max Planck de Comportamiento Animal, cabe la posibilidad de el tratamiento de heridas con Fibraurea tinctoria “haya estado ausente hasta ahora en el repertorio de comportamiento de la población de orangutanes Suaq”. Ya que como todos los machos adultos en esta zona, Rakus no nació en Suaq y se no se sabe cual es su origen.
”Los machos de orangután se dispersan desde su área natal durante o después de la pubertad a través de largas distancias para establecer un nuevo territorio en otra área o moverse entre los territorios de otros”, expresa Schuppli y prosigue diciendo que ”por lo tanto, es posible que el comportamiento lo muestren más individuos de su población natal fuera del área de investigación de Suaq”.
Este comportamiento, apunta el Instituto Max Planck de Comportamiento Animal, “posiblemente innovador presenta el primer informe sobre el tratamiento activo de heridas con una sustancia biológicamente activa en una especie de grandes simios y proporciona nuevos conocimientos sobre la existencia de la automedicación en nuestros parientes más cercanos y sobre los orígenes evolutivos de la medicación para heridas en general”.
”El tratamiento de las heridas humanas probablemente se mencionó por primera vez en un manuscrito médico que data del año 2200 a. C., que incluía limpiar, enyesar y vendar las heridas con determinadas sustancias para el cuidado de las heridas”, afirma Schuppli y concluye explicando que “dado que las formas de tratamiento activo de heridas no son sólo humanas, sino que también se pueden encontrar en los grandes simios africanos y asiáticos, es posible que exista un mecanismo subyacente común para el reconocimiento y la aplicación de sustancias con propiedades médicas o funcionales a las heridas y que nuestro último ancestro común ya mostró formas similares de comportamiento ungüento”.
Con información de la revista Scientific Reports y Max Planck Institute for Behavior Encouragement.