¿En qué pensamos cuando nos vamos a dormir y cómo nos afecta?
Hay veces que cuando estamos acostados en cama, tratando de conciliar el sueño, comenzamos a tener una serie de raudos pensamientos, es en ese momento que nos damos cuenta de que nuestro cerebro está ocupado haciendo planes para el día siguiente
Melinda Jackson, profesor asociado del Instituto Turner para la Salud Cerebral y Mental en Facultad de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Monash y Hailey Meaklim, psicóloga e investigadora del sueño en la Universidad de Melbourne, nos explican cómo nos afecta a cada uno de nosotros en su artículo “What do people think about when they go to sleep?”, el hecho de que justo cuando nos vamos a dejar abrazar por Morfeo para irnos a dormir comenzamos a planear lo que vamos a hacer al día siguiente o intentamos resolver un asunto pendiente.
Es justo en ese momento en nos preguntamos, “¿dónde está mi certificado de nacimiento?”, si necesitamos ese documento para realizar un trámite al siguiente día.
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Jackson y Meaklim, señalan que usuarios de las redes sociales han compartido videos en los cuales se dan consejos sobre cómo conciliar el sueño de forma más rápida, rememorando “escenarios falsos”, por ejemplo, “una historia romántica en la que tú eres el personaje principal”.
LA FORMA EN LA PENSAMOS EN LA CAMA NOS AFECTA EL CÖMO VAMOS A DORMIR
Los autores del artículo precisan que “las personas que duermen bien y las que duermen mal tienen diferentes tipos de pensamientos antes de acostarse”.
En este sentido, agregan Jackson y Meaklim, que las personas que consiguen dormir bien expresan que “experimentan principalmente imágenes sensoriales visuales mientras se quedan dormidos: ven personas y objetos, y tienen experiencias similares a las de un sueño”.
Además, indican los autores, que cabe la posibilidad de que “tengan pensamientos menos ordenados y experiencias más alucinatorias, como imaginar que estás participando en eventos del mundo real”.
Además, sus pensamientos antes de dormir comúnmente son “menos visuales y más centrados en la planificación y la resolución de problemas”, según los autores, y añaden que habitualmente son “más desagradables y menos aleatorios que los de las personas que duermen bien”.
Así también, están más predispuestas a “estresarse por el sueño cuando intentan dormir, lo que genera un círculo vicioso; Hacer esfuerzo para dormir en realidad te despierta más”, explican los autores; asimismo, “suelen informar que se preocupan, planifican o piensan en cosas importantes a la hora de dormir, o que se centran en problemas o ruidos del entorno y tienen una preocupación general por no dormir”, añaden Jackson y Meaklim.
“Desafortunadamente, toda esta actividad mental previa al sueño puede evitar que te quedes dormido”, concluyen.
ESTRÉS VERSUS SUEÑO
Melinda Jackson y Hailey Meaklim hacen mención de en su artículo del estudio “Effects of Cognitive Arousal and Physiological Arousal on Sleep Perception” en el que los autores descubrieron que las personas que suelen dormir bien pueden tener problemas de sueño si están estresadas por alguna situación a la hora de acostarse.
Los autores refieren que para estos problemas a la hora de querer conciliar el sueño hay varias técnicas de las que podemos hacer uso para “cambiar el estilo y el contenido de tus pensamientos antes de dormir”. Estas ayudarán a reducir “la excitación cognitiva nocturna o a sustituir los pensamientos no deseados por otros más placenteros”. A estas técnicas se les conoce como “reenfoque cognitivo”.
¿QUÉ ES Y CÓMO NOS AYUDA EL REENFOQUE COGNITIVO?
El reenfoque cognitivo es un método creado por el investigador de psicología estadounidense Les Gellis, en el que se busca “distraerse con pensamientos agradables antes de acostarse”.
Para llevar a cabo esta técnica, débenos elegir “una tarea cognitiva atractiva con suficiente alcance y amplitud para mantener su interés y atención, sin provocar excitación emocional o física. Entonces, nada demasiado aterrador, emocionante o estresante”, dicen los autores; y nos dan dos ejemplos, “si te gusta la decoración de interiores, podrías imaginarte rediseñando una habitación de tu casa o si eres fanático del fútbol, puedes reproducir mentalmente un pasaje del juego o imaginar un plan de juego”.
Los autores puntualizan que “el reenfoque cognitivo no es una solución milagrosa, pero puede ayudar”.
Por último, Melinda Jackson y Hailey Meaklim, autores del artículo, dan tres consejos que nos pueden ayudar:
1. Nos sugieren que mantengamos “una rutina constante a la hora de acostarse, para que su cerebro pueda relajarse”
2. Otra sugerencia es que anotemos nuestras preocupaciones durante el día, con el propósito de “no pensar en ellas antes de acostarse”.
3. La última recomendación que nos hacen es que tengamos una “mentalidad más compasiva” con nosotros mismos mismo; es decir, “¡no te castigues a la hora de dormir por tus defectos imaginados!”.
Con información de The Conversation.