Cambio climático y coronavirus, reacciones ante la crisis
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Desde que el cambio climático empezó mostrar evidencias de las graves consecuencias sociales, ambientales y económicas que ya se están viviendo en todo el planeta, mucho se ha intentado en cuanto a políticas de reducción de las emisiones de CO2, poco se ha logrado convencer para cambiar.
Desde 1992 se adoptó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, cinco años después, a través del Protocolo de Kyoto los gobiernos acordaron incorporar medidas más enérgicas y vinculantes jurídicamente. Luego en el Acuerdo de París se establecieron medidas para la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero a través de la mitigación, adaptación y resiliencia de los ecosistemas, que ha sido ratificado solo por el 55 por ciento de los países firmantes. Bajar la intensidad implica un altísimo costo económico para las empresas y el cambio climático y la degradación ambiental no se percibe social y políticamente como una verdadera prioridad, por eso no se actúa con gran contundencia.
Año con año se trabaja para convencer a los países y al sector industrial que necesitamos bajar la intensidad, buscar estrategias para adoptar nuevas tecnologías y formas de producción más limpia que permitan reducir el consumo de energía derivada de combustibles fósiles como el petróleo, gas y carbón y con ello mitigar los graves impactos del cambio climático.
Nada lo había logrado de manera tan determinante, hasta ahora que la crisis del cornovirus ha obligado a pararlo casi todo y se han reducido las emisiones de CO2 casi 25 por ciento, lo que ninguna política de concientización, mitigación o adaptación haya logrado antes.
En días anteriores, La Agencia Espacial Europea compartió los datos obtenidos por el satélite Copernicus Sentinel-5P que monitorea contaminantes atomosféricos, demostró que hay una significativa disminución de los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), un gas nocivo emitido por automóviles e instalaciones industriales, en el norte de Italia, uno de los epicentros del brote de coronavirus. Tan sólo en China, uno de los países más contaminantes, desde que comenzó el brote de coronavirus y la cuarentena, el uso de carbón y petróleo crudo ha caído en torno al 25 por ciento en comparación con el mismo período en 2019, el equivalente al 6 por ciento de las emisiones mundiales durante el mismo período y las concentraciones de dióxido de nitrógeno han disminuido en un 40 por ciento.
Lamentablemente estas reducciones son consecuencia del paro obligado por la cuarentena del coronavirus, pero definitivamente necesitamos hacer conciencia y darle mayor dimensión a la problemática ambiental y de cambio climático para que un día no tengamos que parar así de golpe porque ya no queda más que hacer.
Necesitamos cambiar el rumbo y actuar con mayor fuerza y presión, el cambio climático también es un problema prioritario que necesita atención. Sociedad, empresas, gobierno, academia debemos hacer sinergia y buscar soluciones para prevenir y no lamentar catastróficos impactos del cambio climático.
Reconexión Natural
Gabriela De Valle