¿Cómo sé si mi bebé está listo? Mitos sobre la alimentación complementaria desmentidos por el pediatra Marcelo Valdés
Pasar de una etapa a otra en el desarrollo de los bebés generará dudas y estrés; por ello, el pediatra Marcelo Valdés te explica cómo empezar la alimentación complementaria de manera segura.
Existen múltiples mitos y dudas alrededor de la alimentación complementaria: ¿cómo implementarla correctamente?, ¿cómo sé si mi bebé está listo?, ¿con qué tipo de comida se puede comenzar? El pediatra Marcelo Valdés respondió algunas de las preguntas más comunes de los papás que están por adentrarse en ella.
UNA NUEVA DIETA
La alimentación complementaria (o ablactación) es la introducción de comida distinta a la leche materna o la fórmula láctea o no láctea. La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda iniciarla a los seis meses, solo en casos muy específicos podría ser antes.
A partir de esta edad, se agregan sólidos a la dieta mientras se continúa con la lactancia materna hasta los 12 o 24 meses, según la situación del niño. Pero, ¿cómo sé si mi hijo o hija está listo para dar ese paso?
La AAP aconseja a los papás hacerse varias preguntas:
¿Es capaz de sentarse en una periquera o una silla de alimentación con un buen control de cabeza? ¿Abre su boca cuando ve comida? ¿Puede pasar alimentos al ponerlos en una cuchara y después en su boca? ¿Los traga sin complicaciones? ¿Es lo suficientemente grande para iniciar con sólidos?
Ofrecer una dieta saludable y variada proveerá múltiples beneficios: recibirán los nutrientes esenciales para un correcto crecimiento, los huesos y músculos se desarrollarán fuertes y sanos y se evitarán problemas de desnutrición, que conllevan otras patologías. Desde el aspecto psicológico, los menores se sentirán más integrados al resto de la familia al convivir durante los horarios de comida.
ALIMENTOS: LOS SÍ Y LOS NO
Con cuál o cuáles empezar depende de la decisión de los papás en conjunto con su pediatra. Eso sí, incluyan en su dieta todo tipo de alimento suave, sin ninguna restricción, en papilla o puré, y asegúrense de que no falten aquellos ricos en hierro y zinc.
Introduzcan uno nuevo cada tres o cinco días, estando al pendiente de cualquier reacción, hasta alcanzar una amplia variedad: frutas, verduras, carnes, pescado, huevos, cereales, además de leche materna o fórmula.
La forma de servirlos varía según la edad. Al principio se recomienda el método tradicional o papillas, aunque actualmente hay otros como BLW y BLISS. Siempre deben ofrecerse en un lugar seguro, en presencia de un adulto y excluyendo las comidas duras o que podrían provocar atragantamiento, como manzana o pera crudas, uvas, cacahuates, almendras, nueces o carne en trozo.
Si durante la etapa inicial el niño rechaza un alimento, no se le debe obligar a comerlo, pues pudiera no estar listo aún. Después, se recomienda insistir un poco más. Se estima que solo el 5 por ciento de los padres lo hace; el 95 por ciento cede tras el quinto intento y asumen que nunca les gustará.
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BLW: UNA ALTERNATIVA
El BLW es una técnica en la cual el bebé come usando sus propias manos o dedos (índice y pulgar), autodefiniendo la cantidad a consumir con base en lo ofertado por el adulto.
Entre sus beneficios, reconocidos principalmente por las mamás que utilizan este método, destacan la integración del niño a las comidas familiares, y que presentan una mayor autonomía y menor selectividad alimentaria.
“Por otra parte, la mayoría de pediatras, a pesar de reconocer las ventajas, solemos mostrarnos un poco más resistentes a recomendar el método, preocupados por el posible déficit de consumo de energía y algunos nutrientes, el riesgo de asfixia y el retraso en el crecimiento. Sin embargo, tanto los riesgos como beneficios siguen en profunda investigación con varios estudios”, expresó el doctor Valdés.
El BLISS, una modificación del BLW, se enfoca en evitar sus tres grandes preocupaciones: prevenir el riesgo de asfixia, los bajos niveles de hierro y el bajo consumo de energía, que llevaría a un retraso en el crecimiento. Si bien algunos artículos mencionan que este método podría implementarse para todos en un futuro, no hay nada definido aún.
NO HAGAS CASO A LOS MITOS
Algunos de los más comunes son:
Comenzar primero con vegetales en lugar de frutas, por la preferencia posterior a lo dulce. Sin embargo, no hay evidencia de que hacerlo en ese orden evite que no le gusten las verduras.Dar cereal en el biberón para que el bebé duerma mejor u ofrecer jugo en vez de leche luego de comer sólidos.Retrasar la introducción de posibles alérgenos para evitar alergias. En realidad, se recomienda darlos desde los seis meses de vida.No incluir huevo en el plato hasta pasado el año de edad. Antes se recomendaba por el riesgo de alergias, pero actualmente no hay contraindicaciones.
¿Qué le aconsejarías a los papás?
Disfruten mucho de esta etapa, infórmense muy bien sobre los diferentes métodos que existen actualmente de alimentación y platiquen con su pediatra.
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¡CONÓCELO!
Marcelo Valdés Garza
Tiene 20 años de experiencia como pediatra. Estudió medicina en la Universidad de Monterrey (UDEM) y la especialidad de Pediatría en el Tecnológico de Monterrey, con rotaciones en el Texas Children’s Hospital de Houston, Texas, como parte de su entrenamiento.
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