Saltillo: Bajo el escrutinio de promotores culturales el patronato del Teatro de la Ciudad ‘Fernando Soler’

En lo que considera puede ser el inicio de la privatización de la cultura en Coahuila, promotores culturales de la entidad cuestionaron la decisión del Gobierno del Estado de ceder al Patronato de Arte y Cultura, A. C., el manejo del Teatro de la Ciudad “Fernando Soler”.

Esto es “cuestionable, aceptable o no, sin decir agua va; haiga sido como haiga sido, la idea ya está en práctica. ¿Y qué va resultar de ella? Habrá que ver”, expresó al respecto el actor y activista Gustavo García Torres.

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El histrión estimó inaceptable que la administración pública estatal se haya desentendido de la promoción del arte escénico y, además, le haya confiado el manejo de dicho centro cultural a una agrupación ciudadana, cuyo perfil no es el más indicado para asumir tal responsabilidad.

Agregó que tampoco es aceptable el argumento de que la autoridad estatal no puede hacerse cargo de esta tarea por falta de dinero, cuando el problema consiste en una mala aplicación de los recursos, ya que el presupuesto de este año aumentó en más de 15 millones de pesos, pero fueron canalizados a la nómina.

“De hecho, esa ha sido la constante desde hace por lo menos 14 años: más dinero para la ya de por sí abultada burocracia cultural, así como para los funcionarios, pero no para la infraestructura, ni para mantenimiento de teatros y otros espacios; ni para la promoción cultural, ni para la creación artística”, señaló García Torres.

Finalmente, “la decisión está tomada por el Gobierno... No se consultó al Congreso, tampoco al Consejo Ciudadano de Cultura de Coahuila, cuya opinión debería haberse considerado, conforme a lo que se mandata en el artículo 135 de la Ley de Desarrollo Cultural del Estado de Coahuila y en el artículo 48 del Reglamento respectivo”.

Explicó que en estos se establece que el Consejo “es el órgano de carácter ciudadano que con voz y voto coadyuva con el Ejecutivo del Estado en la rectoría de la política pública en materia cultural, el cual funge como un espacio de vinculación, deliberación, colaboración y corresponsabilidad entre la autoridad y la sociedad, en especial con la comunidad artística”.

Si bien “es bueno que la filantropía y el mecenazgo cultural aporten recursos económicos y contribuyan desinteresadamente al impulso de las artes..., lo malo sería que la IP colabore en la promoción de la cultura y el arte utilizando los bienes públicos y pidiendo coperacha para practicar su altruismo o, en vox populi, para saludar con sombrero ajeno”, refirió.

“Para esas gracias, un comité integrado por los propios artistas y promotores culturales podría desarrollar un proyecto exitoso que garantice el respeto al derecho ciudadano a la cultura y elimine las restricciones impuestas a los artistas locales en el uso de espacios públicos”, externó el entrevistado.

“Esto ya se ha hecho y se sigue haciendo, particularmente en Saltillo y Torreón, donde hay actualmente proyectos liderados por artistas independientes con probada capacidad de gestión”, destacó.

“Malo será si se continúa, como parece, con el plan de desmantelamiento de la infraestructura cultural del Coahuila, iniciado por Rubén Moreira y continuado por Miguel Riquelme”, temió el actor saltillense.

‘RODOLFO ARIZPE SADA NO ES EJEMPLO DE ÉXITO EMPRESARIAL’

Por su parte, el promotor cultural coahuilense Jesús Gerardo Segura Medina, desconfió del hecho de que el Teatro “Fernando Soler” esté en manos de una organización ciudadana que “nada tiene que hacer frente a otras personas y organizaciones más afines al fomento de la cultura”.

“En Saltillo tenemos ejemplos de trabajo empresarial teatral con resultados positivos, como es precisamente el caso de Gustavo García, quien, al frente de la asociación de teatristas, durante años mantuvo con taquilla funciones permanentes en el Teatro del Seguro Social”, indicó.

Destacó también a José Palacios, exdirector del Instituto Municipal de Cultura de Saltillo (IMCS), quien también mantuvo en funcionamiento el Teatro Garnica, sólo con el producto de la taquilla.

Igualmente, citó a Rosy Bermea, quien ha hecho de Casa Tiyahui una empresa cultural floreciente, al igual que, Mabel Garza, la cual le sabe bien a la gestión de fondos, lo que le ha permitido mantener en pie por años Casa Besana, tal como ocurre con el Foro Amapola, de Dona Wisman, que también es un buen ejemplo”.

Después de estas experiencias, ¿por qué darle el Teatro de la Ciudad a Rodolfo “Popo” Arizpe Sada, que no es un ejemplo de éxito empresarial cultural?, cuestionó.

Observó que, debido al desinterés oficial, Coahuila se encuentra en el peor momento de la burocracia cultural... los actuales responsables de la promoción cultural institucional han descendido a niveles impensables.

Por lo demás, “editan libros que no se distribuyen, administran una librería en pleno bulevar Carranza, que no vende ni un libro, y se niega a abrirse a la producción editorial coahuilense, que editan cientos de títulos al año, asimismo, ofrecen en tómbola al Teatro de la Ciudad al mejor postor”, refutó.