¿Cuánto rubor es demasiado rubor?
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Cada vez utilizaba más productos, hasta que alguien le dijo que quizá estaba utilizando demasiados
Por: Madison Malone Kircher
Jennie Suk, de 27 años, se ha aficionado a llevar rubor en los últimos meses, inspirada por los videos de influentes y famosas de TikTok, como la cantante Sabrina Carpenter, cuyas mejillas lozanas y sonrosadas se han convertido en su carta de presentación.
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Con su arsenal personal de unos 25 coloretes, Suk dice que le gusta experimentar con capas de diferentes cremas y polvos para lograr un brillo rosado.
“Hace un par de años, probablemente solo tenía uno o dos coloretes y rara vez los usaba”, contó Suk, que vive en Houston y trabaja en redes sociales para una empresa de servicios veterinarios. “Ahora no puedo salir de casa sin ponerme rubor”.
Cada vez utilizaba más productos, hasta que alguien le dijo que quizá estaba utilizando demasiados. En las redes sociales, a esta aflicción —no ser capaz de decir, empíricamente, cuánto rubor es demasiado rubor— de broma la llaman “ceguera del rubor”.
“La primera vez que me di cuenta de que tenía ceguera del rubor fue cuando entré en casa de mi hermana y me dijo: ‘¿Te hiciste un tratamiento facial? Porque tienes la cara muy roja’”, recordó.
El hecho de que les digan que tienen ceguera del rubor hace que mujeres como Suk se replanteen la cantidad de producto que llevan. (Es una derivación de otra tendencia de TikTok, la ceguera de cejas, en la que las usuarias publican fotografías autocríticas de sus antiguos estilos de cejas).
Atrás quedaron los coloretes en polvo que uno asociaba con su madre o su abuela. La popularidad de los rubores se ha disparado en los últimos años, en parte gracias a nuevas fórmulas líquidas más cremosas, como las de Rare Beauty, la marca de maquillaje fundada por Selena Gómez. El año pasado, Rare Beauty vendió 3,1 millones de unidades de su colorete líquido.
Laney Crowell, consejera delegada de la marca de belleza Saie, dijo a The New York Times en un correo electrónico que su empresa vende un colorete cada 30 segundos. “En las redes sociales, el rubor es sin duda el nuevo accesorio”, añadió Crowell.
Fue un colorete de Rare Beauty el que hizo que Celine Blumenthal, estudiante de tercer año en la Universidad Yeshiva de Nueva York, se diera cuenta de que quizá estaba exagerando.
En una entrevista telefónica, recordó que su madre le hizo un comentario sobre el tono tan brillante: “Me dijo: ‘Te lo digo ahora mismo, después te vas a dar cuenta de que ese color naranja no te sienta nada bien. Queda mal’”. Blumenthal cambió el producto por otro tono.
En TikTok, Blumenthal publicó varias fotos de sus anteriores ‘looks’ con mejillas rosas y se identificó como “víctima de la ceguera del rubor”.
Toni Bravo, creadora de contenidos de belleza en Los Ángeles, atribuyó el aumento de la popularidad del rubor a un cambio cultural que ha dejado de “tenerle miedo al color”. Además, dijo que el hecho de que el rubor se haya convertido en una tendencia de belleza generalizada también podría hacer que se sintiera más accesible.
“La gente que tenía miedo de usar rubor o de aprender a usarlo se está dando cuenta de que hay muchos tipos diferentes de coloretes, tonos, acabados y texturas”, comentó Bravo, de 24 años. “Hay para todos los gustos”.
Pero como ocurre con todo lo que depende de la percepción humana, la ceguera del rubor es muy subjetiva, añadió Bravo.
En un video reciente, Bravo respondió a un comentario que la acusaba de llevar demasiado rubor aplicándose aún más.
“Creo que es cuestión de gustos”, afirmó. “Creo que algunas personas simplemente no están acostumbradas a los coloretes brillantes o atrevidos, sobre todo en un tono de piel más profundo”.
Bravo no es la única que ignora lo que dicen las masas del internet sobre su maquillaje. Rachel Carlisle, de 27 años, ha conseguido un pequeño número de seguidores en TikTok publicando videos en los que aplica su maquillaje paso a paso, incluyendo una copiosa cantidad de rubor como capa base bajo el resto de sus productos. Carlisle, que vive en Biloxi, Misisipi, y trabaja en una consultoría de atención sanitaria, comentó que le gustaba el efecto cálido y bronceado de este estilo de colorete.
Los usuarios que comentan a menudo la acusan de trolear en las redes, pero Carlisle dice que sus intenciones eran serias.
“Cuando la gente empezó a hacerse contorneado facial en casa, todo el mundo se burlaba. Parecía una locura”, dijo Carlisle. “Pero mírenlo ahora. Siento que va a ser así también”.