Culto a las Brujas
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El paganismo fue derrotado por la Iglesia, pero no ha sido vencido. ¿Quiere una prueba de ello? Se la daremos enseguida: este 31 de octubre, adultos, adolescentes y niños, se organizarán para burlarse de la muerte y de los poderes ocultos
Por: OMNIA
Atrás han quedado los tiempos en que los antiguos habitantes de Irlanda daban gracias a los espíritus por las cosechas logradas durante el año. Lo celebraban la última noche de octubre ‘víspera del día consagrado a todas las almas’, llamada por ellos ‘all hallowever’ o simplemente hallowever, una expresión que más tarde derivó en Halloween, un juego infantil con una connotación pagana que todavía sigue vigente.
Gracias a una potente mercadotecnia, esta celebración ha sobrevivido a los siglos, y se ha convertido en una festividad de alcance mundial, incluso en países de larga tradición cristiana, como México, que ha desarrollado su propio formato para recordar el Día de Todas las Almas o Día de los Fieles Difuntos.
Nada detiene a la muerte
La Iglesia ha tratado de frenar la expansión de esta muestra de paganismo al advertir que Halloween “no es una fiesta inocente”, sino que “tiene un trasfondo de ocultismo, y sobre todo de anticristianismo”.
Una fiesta en la que los jóvenes y niños se disfrazan de brujas, hechiceras vampiros, fantasmas, cadáveres y esqueletos, en un intento de evocar las lejanas imágenes del medioevo.
Pero el punto es que el ritual no ha muerto, por el
contrario, goza de excelente salud y se fortalece con los tiempos. Incluso ha surgido en versiones tan sofisticadas como la de Harry Potter.
Pero, ¿por qué se recurre a esas imágenes? Porque el humano siempre ha creído que existen poderes en la dimensión sobrenatural, ya sea que esos poderes vengan del bien (Dios) o del mal (Satanás).
Los orígenes
Los investigadores coinciden en afirmar que los orígenes del culto a la muerte se remontan a los tiempos prehistóricos, cuando la Naturaleza dominaba al hombre y éste le rendía pleitesía a los poderes de la noche y a los aquelarres.
Alrededor de aquellos cultos primigenios se contraponían dos grandes misterios: el de la Vida y el de la Muerte.
El miedo a la Muerte generó la necesidad de un dios dominante, tenebroso y masculino. Una figura como el Lug de los celtas o como el Satanás de los cristianos.
Y ese miedo también generó la necesidad de diosas de la Vida, como la Afrodita de los griegos y la Ma de los frigios.
Y contrario a lo que se cree, el culto a las diosas no desapareció cuando las primeras civilizaciones adoptaron los poderosos dioses monoteístas, como por ejemplo Atón y Jehová.
El poder de las brujas prevaleció inlcuso en América: en Cuba por ejemplo, es común que la brujería tenga como aliada a la religión. De hecho, en Cuba a la brujería la llaman ‘santería’.
Muerte en la hoguera
En Europa, la muerte en la hoguera era el castigo que esperaba a los paganos que renegaban de los conceptos religiosos establecidos por la Iglesia.
Fue así como la brujería se convirtió en chivo expiatorio para culparla de cualquier cosa, incluso de las epidemias. El resultado fue la llamada ‘cacería de brujas’, en las que se enjuiciaron y condenaron a muerte, por lo regular injustamente, a muchas personas indefensas (vale decir, a muchas mujeres).
En Europa, en la segunda mitad del siglo 13, la recién instituida Inquisición Papal comenzó a ocuparse de los cargos de hechicería. Y fue en Toulouse, Francia, donde en 1275 se dio el primer caso conocido de una bruja llevada a la hoguera. Una mujer acusada de haber dado a luz un monstruo, resultado de su relación carnal con un ‘espíritu maligno’.
Pero el caso más famoso de muerte en la hoguera, por hechicería, fue el de Juana de Arco, ahora convertida en santa.
No obstante esas lecturas, el punto es que este 31 de octubre celebraremos la ‘Noche de Brujas’, como si se tratase de un juego inocente. Parecería que 2 mil años no han sido suficientes para erradicar el paganismo. (Selector de Vanguardia)
La Biblia condena la brujería
En ella se leen pasajes como los siguientes:
“A la hechicera no la dejarás con vida” (Éxodo 22:18). Esta frase fue la que motivó que muchos brujos y brujas terminaran quemados en la hoguera durante la Inquisición.
“No permitas que haya hechiceros ni pitonisos ni astrólogos, ni quien intente averiguar la verdad por medio de los difuntos”, se lee en Deuteronomio 18:11-12.
Levítico 20:27 dice: “El hombre o la mujer en que haya espíritu de nigromante o adivino, debe morir. Los lapidarán. Caerá su sangre sobre ellos”.
El Primer Mandamiento también condena la brujería. “Yo soy el Señor tu Dios… no tendrás dioses extraños delante de Mí”. (Ex.20:23).