‘Donde limpian’, el alfoz purificador
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Anahí González charló sobre la experiencia de conocer un sitio que enjuaga mental, profesional y culturalmente: el barrio de Lavapiés
En su intercambio a Madrid, Anahí encontró el barrio del Lavapiés y con él, se encontró a si misma. “Donde limpian” es a la vez una exposición fotográfica y una carta a este barrio en donde agradece todo lo que este hallazgo le ofreció.
González es una estudiante de Ciencias de la Comunicación en la Universidad del Valle de México, quien estuvo el año pasado en España para estudiar un periodo en la Universidad Europea de Madrid y fue durante la búsqueda de la estancia que la resguardaría durante ese tiempo que hizo el descubrimiento.
“La Universidad está a las afueras de Madrid pero yo quería vivir en el centro para tener toda la experiencia de la ciudad. Estaba buscando un lugar donde vivir con una amiga que conocí en una parada de autobús y llegamos al barrio casi de noche y a punto de comenzar a llover”, narró González mientras bebía una agua fresca en Casa Alameda, centro cultural que resguarda su muestra.
Para resguardarse, ambas se acomodaron en un café jazz donde pretendían hacer una búsqueda en internet mientras mejoraba el clima, pero la fotógrafa no pudo evitar notar el encanto del lugar en donde estaba.
Lavapiés es la siguiente parada luego del barrio Sol, el más turístico de España. Lavapiés se caracteriza por ser el sitio de la majería, la chulería y la manolería, es decir, el encierro místico del folclor español como lo podríamos conocer en La Verbena de la Paloma o la Revoltosa, diferenciándose de lo picaresco por tener una cultura de raíz más bien popular.
“Hay muchas leyendas de cómo nació el nombre de ese barrio, dicen que porque había una fuente en la plaza de Lavapiés donde las personas iban a limpiarse, que el barrio tiene forma de pie o que había un riachuelo donde las personas se lavaban los pies”, explicó la expositora.
Sin embargo, para su proyecto, ella toma aquel dicho que señala que los judíos se limpiaban las extremidades para entrar a la sinagoga, señalando cómo entrar al Lavapies es como entrar a un enjuague que te lava de todo lo que cargabas antes y sales limpio.“Antes de irme a Madrid fue un año en el que estuve trabajando mucho y pasaron demasiadas cosas, además era un viaje que desde hace mucho quería hacerlo pero no se podía, hasta que se me hizo y fue para mi como realmente encontrarme”, señaló González.
Junto a la muestra de 20 fotos, ella le escribe al barrio: “camino por tus calles y me siento plena, la Anahí que llegó hace meses es libre. Al final supe cuál era tu enseñanza y el por qué me llamabas, Lavapiés. Me enseñaste a confiar en mis instintos y más que nada a ser honesta conmigo misma”.
La historia de González con la fotografía comenzó a los 16 años cuando tomó un curso en la preparatoria que le cambió la forma de expresar e interpretar al mundo, aunque luego se decantó por las sesiones armadas, cosa que ya no era satisfactoria para ella como lo es ahora el cazar historias con la lente.
“Encontré el camino que quiero hacer ahora en la fotografía. Por ejemplo está la historia de un relojero, pasaba mucho por el rincón donde estaba su local y quería saber su historia, pero a veces te da miedo y no me decidía, pero cuando lo hice fue algo totalmente nuevo” señaló Anahí.
Su exposición puede apreciarse en la galería de Casa Alameda hasta el 26 de mayo, para después comenzar a circular por el mundo pues del 16 de junio al 14 de julio se expondrá en Madrid para luego viajar a París del 17 al 31 y julio, y finalmente volver a México del 16 de agosto al 17 de septiembre a San Pedro Garza García, Nuevo León.