¿El fin de la industria ‘fast fashion’?
La crisis del COVID-19 nos ha demostrado que, realizando algunos cambios en nuestra forma de vida y el consumismo de la sociedad, es posible hacer la diferencia. Por ello, tiendas como Zara, H&M, Forever 21, Bershka, entre muchas otras, ahora se enfrentan a un nuevo mercado y tendrán que revalorizar su funcionamiento
La industria de la moda es responsable de al menos el 8% de las emisiones de gas de efecto invernadero que provocan el cambio climático, y del 20% de la huella hídrica del planeta. De acuerdo con el Institution of Mechanical Engineers, el 35% de los microplásticos que contaminan nuestros océanos proceden de los textiles y las fibras sintéticas utilizadas para confeccionar nuestra ropa. No es ningún secreto que la popularización del ‘fast fashion’se ha convertido en un problema ambiental de gran magnirtud que amenaza al planeta. Este modelo de negocio que ahora siguen la mayoría de marcas del sector, basa su producción en incrementar el número de colecciones anuales para satisfacer las demandas del consumidor y así vender más.
Las tendencias que vemos en las pasarelas rápidamente llegan a las tiendas y a los armarios de los consumidores y, en poco tiempo, después del lanzamiento de una nueva colección, acaban en la basura. Con el ‘fast fashion’, el ciclo de vida útil de la ropa se reduce, sobre todo teniendo en cuenta que para abaratar el costo del producto, se utilizan fibras sintéticas mucho más sensibles al desgaste y mucho más contaminantes, además de que millones de personas trabajan elaborándolas en terribles condiciones. Pero la crisis del COVID-19 nos ha demostrado que, realizando algunos cambios en la forma de vida y el consumo de la sociedad, es posible hacer la diferencia.
Ahora, el ‘fast fashion’ se enfrenta a un nuevo mercado que ha reflexionado tras meses de confinamiento, y aunque poco a poco se reabren tiendas de ropa por todo el mundo, el impacto financiero del coronavirus es devastador para la industria, la cual debe reevaluar en profundidad su funcionamiento. Cerca del 40% de las empresas del sector esperan un impacto ‘peor’ sobre sus ingresos que el causado por la crisis de 2008, según un sondeo de Euromonitor International. Este gabinete de estudios de mercado prevé una caída de al menos 12% de las ventas mundiales de ropa y calzado para 2020.
Pero, ¿realmente se acerca el final del ‘fast fashion’? De acuerdo con los expertos, hay varios factores que nos están llevando a ese punto, el primero es el de la temporalidad, pues con tanto tiempo cerrado hay mucha mercancía sin vender.
”Las marcas se quedaron con enormes existencias y es difícil recuperar el ritmo cuando la moda depende de un calendario", explica Benjamin Simmenauer, profesor del Instituto de la Moda en París. La crisis ha perturbado toda la cadena de suministro mundial, obligando a algunas empresas a anular pedidos de sus proveedores asiáticos, al precio de enormes dificultades para sus trabajadores locales. Además, el apetito por la moda de los consumidores "se va a reducir netamente, por la fuerte reducción del nivel de ingresos" provocada por la crisis, estimó Marguerite Le Rolland, analista del gabinete Euromonitor.
El sectorahora tendrá que interrogarse qué es lo que quiere y necesita realmente el consumidor, ¿ropa barata o de calidad?.
LO QUE VIENE:
> Después de la cancelación de los eventos más importantes de moda del año, celebrados tradicionalmente en los meses de junio y julio, las grandes casas de diseño han empezado a reconsiderar avanzar hacia una industria más sostenible, que genere menos desperdicio de materiales y reduzca la contaminación por viajes y el derroche.
> A partir de ahora las colecciones se limitarán a dos al año, una nueva tendencia que augura el fin del ‘fast fashion’ y la saturación del mercado con ropa que no tardará más de un año en ser desechada, prometiendo de esta forma un ciclo de vida mucho más largo para nuestras prendas de ropa.
EL DATO
8% DE LAS EMISIONES de gas de efecto invernadero que provocan el cambio climático provienen del ‘fast fashion’.