Estas son las curiosas similitudes de la Semana Santa y el culto a Osiris

Vida
/ 15 abril 2025

¿Sabía qué hace 5,000 años la muerte y resurrección del dios Osiris eran conmemoradas, en el Antiguo Egipto, con procesiones que se asemejaban a las festividades religiosas y procesiones de la Semana Santa cristiana? Un egiptólogo explica poco conocidas semejanzas históricas

Osiris fue una de las divinidades más importantes del antiguo Egipto. Rey mítico de los dioses, en Él se plasman las virtudes del monarca justo y sabio”, explica Luis Manuel Gonzálvez, conservador del Museo Egipcio de Barcelona (MEB) de la Fundación Arqueológica Clos y comisario de la exposición sobre Osiris que hizo este museo situado en Cataluña (España).

A pesar de haber sido asesinado y descuartizado, gracias a su enorme poder, Osiris fue capaz de renacer para seguir reinando en el Más Allá como juez supremo para todos los que aspiraban al disfrute de una vida eterna”, señala el conservador del MEB .

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La muerte de Osiris es también la muerte de la tierra fértil de Egipto tras quedar sumergida bajo las aguas del Nilo, una tierra que acabará emergiendo para proporcionar el sustento a toda una civilización. Osiris es Unnefer, el “ser que permanece perfecto”, tras su victoria sobre el caos, el desorden y la muerte”, puntualiza Gonzálvez.

Uno de los pilares en los que se asienta la religión faraónica es el mito de Osiris, según el cual “en un tiempo mítico Osiris reinó sobre la tierra; enseñó a los seres humanos los fundamentos económicos y sociales de la vida civilizada, siendo admirado como soberano generoso y justo”, señala este especialista.

$!Uno de los momentos especiales de la Semana Santa de Tobarra, en Albacete (Castilla-La Mancha (España) es en la mañana del Domingo de Resurrección.

Su hermano Set, celoso del éxito de Osiris, decide acabar con él, encerrándolo en un sarcófago y arrojándolo al Nilo. Isis, esposa de Osiris, consigue recuperar el cuerpo sin vida de su marido y regresa a Egipto con él, pero Set se lo arrebata a Isis y descuartiza el cadáver en fragmentos que esparce por todo el país”, prosigue.

A pesar de ello, una abnegada y fiel Isis consigue reunir las diferentes partes (menos el falo, que fue engullido por un pez del río) con las que restituye el cuerpo de Osiris, ayudada por su hermana Neftis”, según continua la historia.

$!‘Fetiche de Abidos': relicario que alojaba en su interior la cabeza de Osiris, un símbolo osiriano utilizado en las procesiones en honor a la deidad egipcia.

Gonzálvez señala que “sobre esta primera ‘momia’ y con el poder de su magia, Isis concibió a Horus, que se convertiría posteriormente en vengador y sucesor de su padre. Osiris recobraría también su vida, pero una vida que se desarrollará a partir de entonces en el reino de los muertos (la Duat)”.

MUERTE Y RESURRECCIÓN EN MITO EGIPCIO

La historia de Osiris, que narra que el dios, tras morir, accede a una nueva vida, es ejemplo mítico de que existe una posibilidad de existencia tras la “vida terrenal” un aspecto de la mitología egipcia que también estaría presente en la religión cristiana miles de años después de la época del antiguo Egipto.

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En la presentación del libro ‘El Mito egipcio, una breve introducción’, de la egiptóloga británica Geraldine Pinch, especialista en la magia, religión y mitología en el Antiguo Egipto, se señala que “la muerte y resurrección del dios Osiris era celebrada con procesiones que se asemejan profundamente a las celebraciones religiosas de la Semana Santa”.

$!Osiris como gobernante del más allá, de pie rodeado de dos 'nebris'. Detalle de la tumba de Sennedjem.

Según el mito egipcio, “el cuerpo desmembrado de Osiris fue diseminado por todo Egipto, y en cada uno de los lugares donde según la tradición se depositó una parte del cuerpo del dios, se inició un culto a Osiris y se reverenció esa parte de su cuerpo”, explica a EFE, el egiptólogo Raúl López, director de Erasmus Ediciones y de la colección que incluye el libro de Pinch.

Para López, ese culto a distintas partes del cuerpo desmembrado constituye “los visos de un inicio del culto a las reliquias” un aspecto que más adelante también estaría y sigue presente en la religión cristiana.

Desmembrar a una persona, según las creencias egipcias, era privarle de la vida eterna. Por eso la momificación tenía como finalidad preservar el cuerpo, según se puede leer en El mito egipcio, el libro de Pinch” apunta.

Según el mito, Isis recuperó los pedazos de su marido; pidió a Anubis, el dios chacal, que realizara la primera momia con el cuerpo de Osiris; después se convirtió en un milano y agitando sus alas sobre el cuerpo del difunto logró insuflarle vida y ser fertilizada por su esposo, a pesar de que su falo se lo había comido un pez del río y hubo que reconstruirlo, explica López.

López explica que “de esa unión nació Horus, mientras que Osiris se convirtió en el rey del inframundo y el juez de las almas”, algo que este egiptólogo considera como “otro aspecto relacionado con el cristianismo”.

LAS PROCESIONES Y LOS RITOS EN HONOR A OSIRIS

Respecto de las procesiones en honor a la muerte y resurrección de Osiris, López señala que “durante el Primer Periodo Intermedio (c. 2190-2050 a.C.) y especialmente en el Reino Medio (c. 2050-1750 a.C.) la ciudad que había albergado la cabeza de Osiris, Abidos, se convirtió en el más importante centro de culto a esta divinidad”.

Explica que “cada año, en Abidos, se celebraban la muerte y la resurrección de Osiris”.

Los sacerdotes llevaban en andas la escultura del dios (como en las procesiones de Semana Santa) desde el templo a su supuesta tumba en el cementerio de Umm el-Qaab, donde se celebraban unos ritos que duraban varios días, tras lo cual se hacía una procesión de regreso, en la que se celebraba la resurrección de Osiris”, señala Raúl López.

Señala que “en la necrópolis real de Abidos en Umm el-Qaab habían sido enterrados los primeros faraones. Mil años después de esto, los egipcios creyeron que la tumba de Osiris era la del faraón Djer, y el lugar se convirtió en sagrado y centro de peregrinación”.

La escultura del dios salía del templo de Osiris coincidiendo con el Año Nuevo, que para los antiguos egipcios era el inicio de la crecida del Nilo (finales de junio, principios de julio)” apunta López.

Entonces, sobre una barca llevada en andas por los sacerdotes, se iniciaba una procesión hasta la supuesta tumba de Osiris donde se congregaban todos los creyentes”, prosigue.

Destaca que “esta procesión conmemoraba la muerte de Osiris, a semejanza del Jueves Santo. Una vez llegados a la tumba, el cuerpo del dios difunto era objeto de rituales mágicos de renovación que desconocemos”.

Días después, el cuerpo revivificado iniciaba su profesión de vuelta al templo a la vista de sus jubilosos creyentes, como en el Domingo de Resurrección”, señala.

Respecto de las semejanzas entre las procesiones en honor a Osiris y las celebraciones religiosas de la Semana Santa, López considera que aunque el “deseo de durar” es un aspecto trascendental de la cultura en el antiguo Egipto, ese mismo deseo es inherente al ser humano y a todas las civilizaciones.

Esta búsqueda de la eternidad ha hecho que muchos pueblos se fijen en la naturaleza en busca de respuestas, tales como los ciclos vegetales o astrales”, explica.

Esa esperanza en el eterno retorno de la vida es lo que se celebraba, tanto en el Antiguo Egipto, como en la actualidad en la Semana Santa cristiana”, según este especialista.

López también explica que “al final de la Antigüedad, el cristianismo adoptó formas religiosas orientales de manifestación pública de las que carecía”.

En el mundo romano, era muy popular el culto a la diosa egipcia Isis. Un culto sincrético que también contaba con populosas procesiones inspiradas en las que miles de años antes se hacían a Osiris”, apunta.

En fin, si como individuos, para comprendernos mejor hemos de mirar a nuestros padres; como sociedad, hemos de mirar al pasado para comprender quiénes somos y contextualizarnos”, concluye este egiptólogo.

DESTACADOS:

- “Osiris, una de las divinidades más importante del Antiguo Egipto, es el dios de los muertos, una deidad vinculada a los ciclos naturales y al renacer anual de la naturaleza, en el que los egipcios encontraron un signo que les permitía creer en una vida más allá de la muerte”, explica el egiptólogo Raúl López.

- La vida eterna después de la vida terrenal; la muerte y la resurrección; el esbozo de un culto a las reliquias; y la figura de un rey del inframundo y juez de las almas, presentes en el mito de Osiris, son algunos puntos en común con conceptos que después formarían parte del cristianismo, señala López.

- Cada año, en Abidos, se celebraban la muerte y resurrección de Osiris. Los sacerdotes llevaban en andas la escultura del dios, como en las procesiones de Semana Santa, desde el templo a su supuesta tumba en el cementerio, donde celebraban ritos que duraban días, tras lo cual había una procesión de regreso, apunta.

Por Ricardo Segura EFE-Reportajes.

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