‘Hay que vivir de tal manera que la muerte sea un accidente’: Vargas Llosa
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En su opinión, hay que tratar de mantenerse aceptando las "limitaciones" de la edad, pero mientras uno trabaja y tiene ilusiones "no hay que pensar en lo demás", indicó.
CIUDAD DE MÉXICO.- El escritor peruano y premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, mencionó en Buenos Aires que a sus recién cumplidos 80 años, lo importante es "seguir vivo hasta el final, no morirse en vida", y que lo interesante es hacerlo de tal manera "que la muerte sea un accidente".
"No hay espectáculo más triste que el de esas personas que se mueren en vida, que pierden las ilusiones y empiezan a esperar la muerte", detalló el literato durante la presentación de su última novela, "Cinco esquinas" en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
En su opinión, hay que tratar de mantenerse aceptando las "limitaciones" de la edad, pero mientras uno trabaja y tiene ilusiones "no hay que pensar en lo demás", indicó.
Al respecto, destacó que es interesante vivir de una forma que la muerte "sea un accidente", que caiga como algo "absolutamente inesperado" que viene a interrumpir una vida que estaba "en plena efervescencia".
Ante centenares de espectadores, incluida su conocida pareja, Isabel Preysler, así como su hijo Álvaro Vargas Llosa, y entrevistado por el escritor y periodista argentino Jorge Fernández Díaz, el autor habló de diversidad de temas, entre ellos se refirió al precandidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump.
"Es un señor que dice cosas que son completamente ridículas, absurdas. Ha llamado a los mexicanos violadores, piojosos... ha dicho cosas que no puede tener conciencia de que son disparates pero son disparates que toca en algunos bajos instintos de la gente y que explican su popularidad", subrayó.
A su juicio, esa "demagogia y esas payasadas" le han dado una popularidad que es "sumamente inquietante" y consideró que no cree que vaya a llegar nunca a la presidencia, pero que si así fuera, en Estados Unidos "hay muchas defensas y un presidente no puede convertirse en un caudillo", contrapesos al Poder Ejecutivo.
Del papa Francisco reiteró que es una "figura simpática" cuyos gestos "parecen muy buenos", pero que son "solo gestos", ya que "cambios reales no hay", debido "seguramente" a que la maquinaria de la iglesia es "muy difícil, muy lenta" y está "muy inmovilizada por actitudes muy conservadoras".
"Lo que impresiona en el que las cosas que dice son muy realistas. Lo que es extraño es que en la iglesia solo se diga ahora y no antes que los divorciados no son unos monstruos. Nosotros lo sabíamos hace mucho tiempo, ahora, que lo diga un papa ya es una cosa interesante", aseveró.
También criticó el populismo y la corrupción y defendió la economía de mercado, que si se aplica "honestamente" funciona y enriquece "enormemente" a los países y crea "mejores oportunidades para todos".
"No hay que engañarse: no hay otro modelo. Los otros modelos no traen prosperidad, ni mayor libertad. En muchos casos lo que traen es coerción, una falta de libertad que llega a crear verdaderos infiernos en la tierra", destacó.