Hoy se cumplen 79 años de la muerte de Horacio Quiroga, el genio del cuento
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En 1904 publicó el notable libro de relatos “El crimen de otro”, fuertemente influido por el estilo de Edgar Allan Poe.
Horacio Silvestre Quiroga Forteza (Salto, Uruguay, 31 de diciembre de 1878 – Buenos Aires, Argentina, 19 de febrero de 1937) fue cuentista, dramaturgo y poeta uruguayo. Se le conoce como el maestro del cuento latinoamericano, su prosa es vívida, naturalista y modernista. Por sus relatos fue comparado con el estadounidense Edgar Allan Poe.
Vivió en Uruguay hasta los 23 años, momento en el cual, luego de matar accidentalmente a su mejor amigo, decidió emigrar a Argentina, país donde vivió hasta su muerte.
Horacio Quiroga se casó dos veces, tuvo sus tres hijos.
Quiroga mostró una eterna pasión por el territorio de Misiones y su selva, ahí se asentó en dos ocaciones y cuyo entorno trasladó a la trama de muchos de sus escritos.
La vida de Quiroga estuvo marcada por la tragedia, los accidentes y los suicidios, culminó por decisión propia; bebió un vaso de cianuro en el Hospital de Clínicas de la ciudad de Buenos Aires a la edad de 58 años, después de que padecía cáncer de próstata.
Nació el 31 de diciembre de 1878 en la ciudad uruguaya de Salto, en el oeste del país. Fue el segundo hijo del matrimonio de Prudencio Quiroga y Pastora Forteza, quienes le dieron por nombre Horacio Silvestre Quiroga Forteza.
Hizo sus estudios en Montevideo, capital de Uruguay hasta terminar la secundaria. A esa temprana edad fundó la Sociedad de Ciclismo de Salto y viajó en bicicleta desde Salto hasta Paysandú (120 km).
En esta época pasó larguísimas horas en un taller de reparación de maquinarias y herramientas. Por influencia del hijo del dueño empezó a interesarse por la filosofía. Él autodefiniría más tarde como “franco y vehemente soldado del materialismo filosófico”.
Simultáneamente trabajaba, estudiaba y colaboraba con las publicaciones La Revista y La Reforma. Con el tiempo fue puliendo su estilo y haciéndose conocido. Escribió entre 1894 y 1897 su primer cuaderno de poesías, que contiene 22 poemas de distintos estilos, escritos.
Durante el carnaval de 1898, el joven poeta conoció a su primer amor, María Esther Jurkovski, que inspiraría dos de sus obras más importantes: Las sacrificadas (1920) y Una estación de amor.
En 1897 fundó la Revista de Salto. Después del suicidio de su padrastro, que presenció, Horacio decidió invertir la herencia recibida en un viaje a París. Resumió sus recuerdos de esta experiencia en Diario de viaje a París (1900).
Al volver a su país, Quiroga reunió a sus amigos Federico Ferrando, Alberto Brignole, Julio Jaureche, Fernández Saldaña, José Hasda y Asdrúbal Delgado, y fundó con ellos el “Consistorio del Gay Saber”, fue un laboratorio literario experimental donde todos ellos probarían nuevas formas de expresarse y preconizarían los objetivos modernistas de la generación del 900.
La alegría que producía por la aparición de su primer libro (Los arrecifes de coral, poemas, cuentos y prosa lírica, publicado en Buenos Aires en 1901, dedicado a Lugones) se vio opacada por las muertes de dos de sus hermanos, Prudencio y Pastora, que fueron víctimas de la fiebre tifoidea en el Chaco.
Inesperadamente, mientras inspeccionaba el arma, se le escapó un tiro que impactó en la boca de su amigo Federico Ferrando, matándolo instantáneamente. Quiroga fue detenido, sometido a interrogatorio y posteriormente trasladado a una cárcel correccional. Cuando se pudo comprobar la naturaleza accidental y desafortunada del homicidio, el escritor fue liberado tras cuatro días de reclusión.
Debido a la pena y la culpa por la muerte de su querido compañero llevaron a Quiroga a disolver el Consistorio y a abandonar Uruguay para pasar a la Argentina.
Quiroga el cuentista
En Argentina Quiroga abrazó la narración breve con pasión y energía. En 1904 publicó el notable libro de relatos “El crimen de otro”, fuertemente influido por el estilo de Edgar Allan Poe.
Durante dos años Quiroga trabajó en la realización de varios cuentos, muchos de ellos de terror rural, y otros fueron historias para niños pobladas de animales que hablan y piensan sin perder las características naturales de su especie. A esta época pertenecen la novela breve “Los perseguidos” (1905),
Como consecuencia de un viaje con Leopoldo Lugones por la selva misionera, hasta la frontera con Brasil, y su soberbio y horroroso El almohadón de pluma, publicado en la revista argentina Caras y Caretas en 1905, que llegó a publicar ocho cuentos de Quiroga al año. A poco de comenzar a publicar en ella, Quiroga se convirtió en un colaborador famoso y prestigioso, cuyos escritos eran buscados ávidamente por miles de lectores.
Tras el suicidio de su esposa, Quiroga se trasladó con sus hijos a Buenos Aires, ahí recibió un cargo de Secretario Contador en el Consulado General uruguayo en esa ciudad.
En 1991 escribió el libro de cuentos “El salvaje”. Su única obra teatral “Las Sacrificadas” se publicó en 1920 y se estrenó en 1921. Entre 1922 y 1924, Quiroga vio publicado su nuevo libro “El desierto”.
A principios de 1926 una importante editorial le dedicó un homenaje, del que participaron, entre otros, figuras literarias como Arturo Capdevila, Baldomero Fernández Moreno, Benito Lynch, Juana de Ibarbourou, Armando Donoso y Luis Franco.
Para 1927, Horacio había decidido criar y domesticar animales salvajes, mientras publicaba su nuevo libro de cuentos, quizá el mejor, “Los desterrados”.
A partir de 1932 Quiroga se radicó por última vez en Misiones, en lo que sería su retiro definitivo, con su segunda esposa y su tercera hija .
En 1935 se publicó “Más Allá”. En ese año Quiroga comenzó a experimentar molestos síntomas, aparentemente vinculados con una prostatitis u otra enfermedad prostática. Al intensificarse los dolores y dificultades para orinar, su esposa logró convencerlo de trasladarse a Posadas, ciudad en la cual los médicos le diagnosticaron hipertrofia de próstata.
Horacio viajó a Buenos Aires para que los médicos trataran sus padecimientos. Ya Iiternado en el Hospital de Clínicas de Buenos Aires a principios de 1937, una cirugía exploratoria reveló que sufría de un caso avanzado de cáncer de próstata, intratable e inoperable.
Por la tarde del 18 de febrero, una junta de médicos explicó al literato la gravedad de su estado. Algo más tarde, Quiroga pidió permiso para salir del hospital, lo que le fue concedido, y pudo así dar un largo paseo por la ciudad.
Quiroga se había enterado de que en los sótanos del hospital se encontraba encerrado un paciente con espantosas deformidades similares a las del célebre inglés Joseph Merrick (el “Hombre Elefante”). Compadecido, Quiroga exigió y logró que el paciente, llamado Vicente Batistess, fuera liberado de su encierro y se lo alojara en la misma habitación donde estaba internado el escritor.
Desesperado por los sufrimientos y comprendiendo que su vida había acabado, el soberbio Horacio Quiroga confió a Batistessa su decisión de anticiparía al cáncer y abreviaría su dolor, a lo que el otro se comprometió a ayudarlo. Esa misma madrugada (19 de febrero de 1937) y en presencia de su amigo, Horacio Quiroga bebió un vaso de cianuro que lo mató pocos minutos después.
Su cadáver fue velado en la Casa del Teatro de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE). Tiempo después, sus restos fueron repatriados a su país natal.
Uno de los deseos de Quiroga fue que cuando muriera su cuerpo fuera cremado y sus cenizas esparcidas en la selva misionera. Debido a que sus familiares y amigos añoraban su regreso a Salto, buscaron algo que fuera simbólico y por eso decidieron hacer la urna en algarrobo y así se lo pidieron al escultor ruso Stephan Erzia. Erzia que estuvo 24 horas trabajando en esta pieza que se encuentra en el Museo Casa Quiroga en Salto, Uruguay.
Quiroga y su obra
Cronología bibliográfica de publicaciones en vida del autor:
Diario de viaje a París (Testimonio y observaciones, Ed. Páginas de Espuma, Montevideo, 1900)
Los arrecifes de coral (Prosa y verso, El Siglo Ilustrado, Montevideo, 1901)
El crimen del otro (Cuentos, Ed. Emilio Spinelli, Buenos Aires, 1904)
Los perseguidos (Relato, Ed. Arnaldo Moen y Hno., Buenos Aires, 1905)
Historia de un amor turbio (Novela, Ed. Arnaldo Moen y Hno., Buenos Aires, 1908)
Cuentos de amor de locura y de muerte (Cuentos, Soc. Coop. Editorial Ltda., Buenos Aires, 1917)
Cuentos de la selva (Cuentos infantiles, Soc. Coop. Editorial Ltda., Buenos Aires, 1918)
El salvaje (Cuentos, Soc. Coop. Editorial Ltda., Buenos Aires, 1920)
Las sacrificadas (Cuentos escénicos en cuatro actos, Soc. Coop. Editorial Ltda., Buenos Aires, 1920)
Anaconda (Cuentos, Agencia Gral. de Librería y Publicaciones, Buenos Aires, 1921)
El desierto (Cuentos, Ed. Babel, Buenos Aires, 1924)
Los desterrados (Cuentos, Ed. Babel, Buenos Aires, 1926)
Pasado amor (Novela, Ed. Babel, Buenos Aires, 1929)
Suelo natal (Cuentos, Ed. Crespillo, Buenos Aires, 1931)
Más allá (Cuentos, Soc. Amigos del Libro Rioplatense, Buenos Aires - Montevideo, 1935)
Con Información de Wikipedia