Jan Fabre rinde un homenaje las mujeres más importantes de su vida
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En el marco del Museo de Bellas Artes de Bélgica y rodeado de obras del pintor barroco Jacques Jordaens, Fabre emplaza ocho bajorrelieves de mármol con el perfil de algunas de las mujeres más importantes de su vida.
El artista belga Jan Fabre rinde homenaje a algunas de las mujeres más importantes de su vida en una exposición abierta en Bruselas que recibe el título "My Queens", una muestra más de la "celebración al ser humano" del creador de la famosa obra teatral de 24 horas "Monte Olimpo”.
"Todo mi trabajo, mi arte visual, mis escritos, mis obras, son siempre una celebración al ser humano, su vulnerabilidad y su fuerza (...) no podemos ser tímidos porque somos seres humanos sexuales. El sexo es algo bello y hoy vivimos en una sociedad que cree que el sexo es algo negativo", señaló Fabre en una entrevista con Efe.
Se refiere el dramaturgo a una de sus más aplaudidas representaciones -Monte Olimpo-, una bacanal de 24 horas de duración en las que se incluían escenas explícitas de sexo, con masturbaciones, erecciones y "fisting" (que consiste en introducir el puño en el ano), entre otras prácticas.
"Pero no es todo sexo, a veces hay gente desnuda en mi escenario, pero ellos nacieron desnudos y el desnudo es un traje muy importante. En la tradición griega se hacían grandes celebraciones del cuerpo humano y la sexualidad. Y creo que se deberían hacer más", argumentó.
En el marco del Museo de Bellas Artes de Bélgica y rodeado de obras del pintor barroco Jacques Jordaens, Fabre (Amberes, 1958) emplaza ocho bajorrelieves de mármol con el perfil de algunas de las mujeres más importantes de su vida desde hace más de 30 años con nombres de reinas como su asistente María (de Hasselt), la actriz Els (de Brujas) o su amiga Bárbara (de Brujas).
Todas ellas -mujeres maduras caracterizadas con un cucurucho de papel sobre su cabeza en representación de esa celebración, una vez más- rodean a una escultura del mismo mármol blanco que los bajorrelieves, también con un sombrero de papel, que representa la imagen de una sonriente niña de 14 años bajo el título "Mi futura reina: Elisabeth de Bélgica”.
Ella es la hija de rey Felipe de Bélgica y la reina Matilde, quien será la "primera mujer reina de Bélgica de la Historia" -dice Fabre- una forma de "celebrar el poder y la fuerza de la mujer" como símbolo de su importancia en el presente y en el pasado, pero con la mirada puesta en el futuro.
Además de en Bruselas, Fabre muestra otra parte de su obra en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla (España), en la exposición "Estigmas", que reúne hasta el próximo 2 de septiembre una retrospectiva (1979-2017) con más de 800 "performances" del artista.
Entre ellas, algunas de sus primeras obras, como cuando todavía estudiaba en Amberes y decidió cambiar el nombre de su calle para poner "Aquí vive y trabaja Jan Fabre", como Vicent Van Gogh, o su "Performance del dinero" (1979) en la que recolectaba el dinero de las entradas, lo quemaba, y hacía dibujos con las cenizas.
Una imaginación desbordante que le debe Fabre a su familia y a la fusión de una madre "rica y católica" que le leía a Baudelaire, y un padre "pobre y comunista" que le llevaba a ver dibujos y pinturas de Rubens a los museos.
"Era un típico matrimonio belga, en el cual la imagen y el lenguaje iban juntos. Por ejemplo, por las tardes nos poníamos alrededor de la mesa y un día mi madre era Cleopatra y mi padre Marco Antonio, y al día siguiente mi madre era capturada por los indios y mi padre era un 'Cowboy'", recordaba Fabre entre risas.
A su país, Bélgica, le dedica la obra "Belgium Rules" -con la que visitará Barcelona (España) entre los días 20 y 21 de julio- y en la que hace un repaso por la historia de una región que describe como "un precioso país de los Monty Pyton”.
"(Bélgica) es surrealista, somos un país muy pequeño con una parte flamenca con muchos ministros; una valonia con ministros que hablan francés; una parte alemana con 75,000 personas, un presidente, cuatro ministros y una radiotelevisión nacional alemana, luego la región de Bruselas, es kafkiano, pero (...) me siento orgulloso de sus tradiciones artísticas", concluyó.