Los 6 grandes mitos de la alimentación intuitiva

Vida
/ 13 julio 2020

Hay mucha confusión respecto a qué es y qué no es la alimentación intuitiva. Veamos los obstáculos más grandes para los que quieren animarse a ese tipo de alimentación.

Si usted alguna vez sintió el efecto búmeran emotivo y psicológico de las dietas, puede que haya pensado en una idea llamada alimentación intuitiva. Hay un libro, una página web, cursos para profesionales de la salud y muchas comunidades online, todo sobre este enfoque para la nutrición y la salud. El corazón de esta filosofía es hacer las paces con la comida dejando de lado las dietas y respetando la capacidad innata del cuerpo para regular el hambre y la saciedad.

La alimentación intuitiva puede cambiar vidas: trae paz y disminuye la ansiedad con la comida en quienes puedan incorporar sus prácticas a sus vidas de manera correcta y honesta. Quizás usted ya haya intentado aplicarla y haya mejorado su relación con la comida. O quién sabe nunca haya oído hablar de eso y esté curioso por saber más.

Desafortunadamente, hay algunos errores comunes sobre la alimentación intuitiva. Discutamos y demolamos los seis mitos más populares sobre la alimentación intuitiva, para que si opta por el camino de la alimentación intuitiva, usted pueda quedarse tranquilo de que lo que está haciendo es lo mejor para usted.

Es una dieta

En sus fundamentos, la alimentación intuitiva no es una dieta. El primer principio es aprender a rechazar la mentalidad dietética y abandonar toda esperanza de que una dieta de moda resuelva sus problemas nutricionales o psicológicos.

Mucha gente muy acostumbrada a las dietas de moda y sus reglas rígidas y extremistas tiene problemas con la alimentación intuitiva. Esta es flexible por naturaleza y permite la imperfección. Los que han hecho dietas suelen tener que lidiar con la naturaleza abstracta de la alimentación intuitiva y puede que incluso luchen contra las ganas de transformarla en una dieta aplicando normas rígidas y una mentalidad extremista. Pero quienes comen de forma intuitiva no hacen dieta (o por lo menos se esfuerzan lo más posible por rechazar esa mentalidad).

No hay estructura

Es cierto que la alimentación intuitiva es menos estructurada que una dieta de moda con normas en blanco y negro. Pero tratar de comer por intuición no necesariamente significa que no haya ninguna clase de estructura para la rutina y la hora de comer. De hecho, adoptar la idea de una estructura flexible puede permitirle a usted generar un marco para empezar a comer por intuición.

Hay que obedecer instantáneamente todo antojo

Al comer por intuición, uno puede llegar a sentir que se lo alienta a comer lo que tenga ganas en cualquier momento que desee. Sin embargo, el principio básico de la alimentación intuitiva es respetar lo que el cuerpo desea y necesita, y con el tiempo y experiencia, la mayoría se da cuenta de que realmente no quiere comerse un paquete entero de Oreo o toda una barra de pan, por ejemplo. Hay quienes sufren antojos muy intensos de comer carbohidratos cuando recién comienzan a comer intuitivamente, pero con el tiempo, la cosa se equilibra. Si usted logra mantener la mente fría durante la montaña rusa de emociones que puede ser la relación con los alimentos durante las etapas iniciales de esta forma de comer, obtendrá muchos resultados maravillosos.

Respetar el hambre y la saciedad y hacer las paces con la comida no tiene por qué significar que uno nunca resista la tentación de comer algo en particular. A veces, cuando uno intenta entender de dónde viene el deseo por comer cierto alimento, puede resultar fácil ver que es llevado a hacerlo por razones emotivas más que por hambre fisiológica.

Uno se deja llevar

En las palabras de una de mis expertas favoritas en dietética: “No es dejarse llevar, es dejarse ser”. Para comer por intuición no hace falta desentenderse de la vida. Buscar orientaciones en nuestro interior para saber qué, cuánto y cuándo comer deja espacio para las cosas más importantes de la vida. Todo en su justa medida, claro, con una preocupación moderada por la nutrición y la salud.

No se ocupa de la nutrición

Hablando de esa preocupación, hay un mito común que engaña a mucha gente. La alimentación intuitiva no ignora los principios básicos de la salud y la nutrición. Con ese enfoque, usted puede —y no debería dejar de hacerlo— pensar cómo equilibrar su plato para tener variedad y alimentos nutritivos en sus colaciones. Comer por intuición simplemente no es un plan para adelgazar, sino una filosofía para poner la salud en primer lugar y dejar que el peso del cuerpo refleje los atributos genéticos y el estilo de vida, en tanto se adopta e implementa uno sano y equilibrado.

Un estudio realizado en 2014 demostró que intervenir sobre la alimentación de forma atenta e intuitiva resultaba más eficaz que los programas de adelgazamiento tradicionales para mejorar la imagen que las personas tenían de sus cuerpos y reducir las conductas alimenticias problemáticas. Muchos descubren que pueden tomar mejores decisiones sobre nutrición como resultado de la alimentación intuitiva, en vez de la idea popular de que esta lleva a la anarquía y a una mala nutrición.

Usted va a engordar

Algunas personas suben de peso cuando comienzan a comer por intuición. Otras adelgazan. Otras se quedan exactamente donde están. Así que sí, es verdad, puede que usted engorde con la alimentación intuitiva. Pero quizás usted no tuviera el peso correcto antes de empezar a comer así, ¿y por qué? Cuando uno respeta su hambre y su saciedad, se ejercita tan adecuadamente como puede, duerme lo suficiente, toma suficiente agua, administra el estrés lo mejor que puede e interviene en otras áreas del cuidado de sí mismo de la mejor forma posible, el cuerpo termina alcanzando el peso correcto.

A veces eso puede resultar difícil de aceptar para algunas personas, pero también puede traer mucha paz en el mundo muy tumultuoso del peso, la comida y la imagen corporal.

A fin de cuentas, deberíamos buscar en nuestro interior los indicios para saber cuándo y cuánto comer. Hay quienes prefieren seguir dietas, y está bien: todos debemos hacer lo que se sienta bien para cada uno de nosotros. A otros no les gusta la etiqueta de otra filosofía nutricional más y prefieren hacer la suya sin encasillarlo. Por mi parte, alentaría a todo aquel que haya tenido dificultades en su relación con la comida a por lo menos probar con la alimentación intuitiva. ¿Quién sabe? Tal vez sea exactamente lo que usted estaba buscando para hacer las paces con la comida de una buena vez.

Además, si le gustaría tener una guía gratuita sobre la alimentación intuitiva (en inglés), haga clic en este link.

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