Los CDC ahora dicen que los niños sanos no necesitan vacunarse contra el COVID, ¿eso es cierto?

Vida
/ 28 mayo 2025

Los datos muestran que más de 1 millón de niños estadounidenses han desarrollado COVID prolongado.

Por: Dani Blum

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) ya no aconsejarán que los niños sanos se vacunen sistemáticamente contra el COVID-19, lo que supone un cambio significativo respecto a su planteamiento anterior de sugerir vacunas anuales para todos los mayores de 6 meses.

El secretario de Sanidad, Robert F. Kennedy Jr., anunció el cambio el martes en la plataforma social X, citando la falta de datos que respalden las vacunas para los niños sanos. La medida hace eco de su prolongado escepticismo sobre la necesidad de vacunar a los niños contra el virus. Kennedy, que como secretario de Sanidad supervisa los CDC, ha dicho en repetidas ocasiones que los niños casi no corren ningún riesgo con el COVID.

Es cierto que para muchos niños, un caso de COVID será intrascendente. Quizá tengan mocos, tos u otros síntomas leves, si es que llegan a tener alguno, y se recuperan en unos días. Pero algunos niños enferman de gravedad y, en ocasiones raras, mueren a causa de sus infecciones. Además, los datos muestran que más de 1 millón de niños estadounidenses han desarrollado COVID prolongado.

Esta discrepancia está en el origen de un debate continuo entre los investigadores médicos sobre exactamente cuánto riesgo supone el COVID para los niños, y si deben recibir vacunas anuales contra esta enfermedad.

Los niños podrían no beneficiarse tanto como los adultos de una vacuna anual porque sus sistemas inmunitarios pueden recordar las vacunas durante mucho más tiempo, afirmó Michael Mina, antiguo profesor de epidemiología de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, que ha estudiado ampliamente el COVID. Otro argumento contra las vacunas anuales es que la mayoría de los niños en Estados Unidos ya tienen cierto grado de protección gracias a infecciones o vacunas anteriores.

Quienes están a favor de las vacunas anuales para los niños subrayan que la protección de las vacunas o las infecciones disminuye con el tiempo, sobre todo a medida que surgen variantes nuevas, por lo que podrían beneficiarse de otra dosis. Y las pruebas emergentes muestran que la vacunación puede proteger contra el COVID prolongado, aunque esto dista mucho de ser ciencia establecida.

“Sabemos que el COVID sigue ahí. Podemos prevenirlo, y la vacuna no tiene efectos secundarios apreciables”, dijo Chris Forrest, profesor de pediatría del Hospital Infantil de Filadelfia. “Así que creo que es una propuesta de un valor totalmente positivo”.

Esta protección añadida quizá sea especialmente importante para los niños con enfermedades subyacentes y para los que viven con familiares mayores o tienen un riesgo alto de enfermedad grave.

En última instancia, según los médicos, la cuestión se reduce a cómo entienden las familias el riesgo que corren sus hijos. Esto es lo que muestran los datos.

¿Qué tan leve suele ser el COVID para los niños?

Es difícil obtener buenos datos sobre qué proporción de casos pediátricos son leves, pero los médicos dicen que la mayoría de los niños desarrollan pocos síntomas.

Algunos de los mejores datos que tenemos sobre los niños es de 2020, antes de que los niños hubieran adquirido una inmunidad generalizada por la vacunación o las infecciones. Una revisión de estudios de ese año descubrió que alrededor del 4 por ciento de los niños con COVID en todo el mundo desarrollaron síntomas graves, que pueden incluir dificultad para respirar, fiebre alta y dolor torácico.

¿Qué probabilidad hay de que los niños sean hospitalizados o mueran de COVID?

Los niños que tienen COVID generalmente tienen un riesgo bajo de hospitalización. Alrededor de 234.000 niños de Estados Unidos fueron hospitalizados por infecciones entre septiembre de 2020 y abril de 2024. Aunque el virus ha dado lugar a una enfermedad más leve con el paso del tiempo, los niños y adolescentes siguieron representando alrededor del 4 por ciento de las hospitalizaciones relacionadas con el COVID entre octubre de 2024 y marzo de 2025.

El riesgo es mayor para los bebés menores de 6 meses. De octubre de 2022 a abril de 2024, los bebés tenían más probabilidades de ser hospitalizados que cualquier otro grupo de edad, aparte de los adultos de 75 años o más.

Las muertes pediátricas por COVID son muy raras.

¿Solo los niños con enfermedades subyacentes enferman de gravedad?

En abril Kennedy se presentó en Fox News y dijo que algunos niños con “morbilidades muy profundas pueden tener un ligero riesgo” de COVID, pero que “la mayoría de los niños no lo tienen”.

Pero los datos de los CDC de julio de 2023 a marzo de 2024 revelaron que la mitad de los niños hospitalizados por COVID no tenían afecciones médicas subyacentes.

Es cierto que las enfermedades subyacentes como la obesidad, la diabetes, las cardiopatías y las enfermedades pulmonares crónicas aumentan el riesgo de hospitalización. Los niños con estas y otras afecciones podrán seguir siendo vacunados.

Pero el aumento del riesgo no es pequeño. Las investigaciones han demostrado que los jóvenes con al menos una enfermedad subyacente tienen un 28 por ciento más de probabilidades de acabar en cuidados intensivos con COVID que los que no tienen ninguna enfermedad subyacente, y un 125 por ciento más de probabilidades de morir por esta causa. Cuantas más enfermedades subyacentes tenga un niño, mayor será el riesgo.

Una revisión de los datos de 183 muertes pediátricas por COVID entre 2020 y 2022 reveló que el 32 por ciento de los niños fallecidos no padecían otra enfermedad.

¿La vacunación de las embarazadas protege a los lactantes?

Kennedy también anunció el martes que los CDC dejarán de recomendar que las mujeres embarazadas sanas se vacunen contra el COVID. Las mujeres embarazadas corren un riesgo mucho mayor de contraer una enfermedad grave por COVID.

Vacunar a las mujeres embarazadas también reduce el riesgo de que sus hijos sean hospitalizados por COVID. Los bebés menores de 6 meses tienen mayor riesgo de hospitalización por la enfermedad, en parte porque su sistema inmunitario es muy frágil y no pueden vacunarse.

¿Y el riesgo de miocarditis?

Kennedy ha afirmado que las vacunas del COVID tienen “asociaciones enormes” con ciertos tipos de inflamación cardiaca, llamada miocarditis o pericarditis. Las vacunas se han relacionado con este problema en casos poco frecuentes, sobre todo entre varones adolescentes. La mayoría de los casos de miocarditis asociados a las vacunas han sido leves. Un análisis de casi 4 millones de personas que recibieron vacunas de refuerzo halló 28 casos de miocarditis probable o confirmada, todos los cuales se resolvieron rápidamente.

Las vacunas del COVID-19 señalan en sus etiquetas de advertencia el riesgo menor de inflamación cardiaca para los hombres jóvenes. El mes pasado, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) dijo a Pfizer y Moderna que ampliaran esa advertencia para incluir a los varones de entre 16 y 25 años, citando datos que mostraban unos 38 casos de inflamación cardiaca por millón de dosis entre este grupo etario.

La investigación ha demostrado sistemáticamente que es mucho más probable que el virus mismo cause esta inflamación. Una revisión descubrió que el riesgo de miocarditis tras la infección era más de siete veces mayor que el riesgo tras la vacunación.

¿Cuál es el riesgo del COVID largo?

Las estimaciones del COVID prolongado entre los menores varían mucho. Pero incluso en el extremo inferior, los estudios muestran que alrededor del 1 por ciento de los niños de Estados Unidos, o aproximadamente 1 millón de niños, han tenido alguna vez COVID prolongado, definido en sentido amplio como síntomas que persisten o surgen al menos tres meses después de una infección. Entre ellos hay muchos niños que tuvieron infecciones leves o asintomáticas.

Esta enfermedad suele provocar en los niños fatiga, mareos, dificultad para respirar y problemas para concentrarse y dormir.

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM

COMENTARIOS