Muere el escritor de ciencia ficción Brian Aldiss a los 92 años
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Aldiss firmó en 1969 "Supertoys Last All Summer Long", una narración sobre un robot con apariencia de niño que sirvió de base en 2001 para la película del director estadounidense Steven Spielberg "AI Artificial Intelligence”.
El escritor británico Brian Aldiss, conocido por sus relatos de ciencia ficción, que marcaron el género a partir de la década de 1960, murió con 92 años el sábado por la mañana en su domicilio de Oxford (norte de Inglaterra), informó hoy su agente literario.
Aldiss firmó en 1969 "Supertoys Last All Summer Long", una narración sobre un robot con apariencia de niño que sirvió de base en 2001 para la película del director estadounidense Steven Spielberg "AI Artificial Intelligence”.
El autor británico publicó asimismo clásicos de la ciencia ficción en el Reino Unido como "Non-Stop", "Hothouse", y la triología “Helliconia".
Aldiss fue además un "entretenido escritor de memorias" -describió el agente literario Curtis Brown- que se inspiró en sus propios recuerdos de viajes por Extremo Oriente y Birmania para escribir la saga novelística "Horatio Stubbs”.
Fue "amigo y compañero de bebidas" del novelista y poeta Kingstley Amis, y mantuvo correspondencia con C.S. Lewis y J.R.R. Tolkien, dijo su representante en un comunicado.
Aldiss ganó en 1962 el prestigioso premio Hugo de ciencia ficción por la serie de relatos cortos "Hothouse" y en 1965 el premio Nebula por la novela corta "The Saliva Tree”.
En los últimos años, su "rica visión del mundo y su incesante curiosidad" encontraron expresión en las novelas "Harm" (2008) y "The Finches of Mars" (2013), en las que "hace frente a las contradicciones de la guerra contra el terror y las dificultades logísticas de acomodar creencias terrestres en el espacio", según su agente.
El autor inglés de ciencia ficción Neil Gaiman lamentó hoy en Twitter la muerte de Aldiss, que le golpeó "como un meteorito en el corazón”.
En una entrevista concedida en 2015 al diario The Telegraph, Aldiss explicó que comenzó a escribir relatos como un modo de afrontar los abusos que soportaba en el colegio.
"Para que los otros chicos dejaran de burlarse de mí, explicaba historias de terror. Si alguno de ellos lloraba horrorizado y me pedía que parara, entonces había triunfado", describió.
"En algún momento comencé escribir en papel esas historias. Quería cobrar un penique por cada lectura, porque tenía demanda. Por desgracia, todos querían leerlas, pero no estaban tan dispuestos a pagar", agregó.
En 2007, el autor indicó en otra entrevista, en la BBC, que en su opinión la ciencia ficción "no es una especie de predicción del futuro", sino una "metáfora de la condición humana".