¿No encuentras el amor? Esta es la oración de San Antonio para atraerlo
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Esta oración es parte del ritual para hacer la petición de un amor
El Día del Amor y la Amistad está cada vez más cerca y si no tienes con quién pasar esta fecha tan romántica, no te preocupes, San Antonio de Padua será tu mejor aliado y el santo que te ayudará a atraer el amor a tu vida con esta oración.
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La fe es la última que muere y si quieres que llegué a tu vida un amor bonito, sólido, estable y que cumpla con todas las expectativas que tienes, existe una oración que te puede ayudar a atraerlo, se trata de una dedicada a San Antonio de Padua.
Oración para atraer el amor:
“San Antonio de Padua, te pido que me ayudes a encontrar el amor, a que me unas con la persona indicada para mí, sé que me vas a conceder la dicha de amar y ser amado/a”.
Es importante mencionar que esta oración es parte del ritual para hacer la petición de un amor, lo que debes hacer es pedir 13 monedas a 13 amigos o seres queridos, cada uno deberá darte una moneda de la misma denominación, debe darla sin pesar, con sinceridad y de corazón.
Una vez que tengas las 13 monedas, deberás guardarlas en un costal de terciopelo de color rojo y hacer la oración antes mencionada, debes hacerla enfrente de la figura del santo. Ya que hayas dicho la oración, deberás cargar con el costal de las 13 monedas todos los días a todos lados para que San Antonio te cumpla el milagro.
Finalmente, cuando hayas encontrado una pareja sana y estable, debes ir con el santo y dejarle las 13 monedas que cargaste todo este tiempo como una pequeña ofrenda de gratitud por haber escuchado tu oración y ponerte en tu camino a esa persona especial que tanto esperabas.
¿Quién fue San Antonio de Padua?
San Antonio de Padua, reconocido como sacerdote de la Orden Franciscana, se distinguió en la Iglesia Católica por su destacada labor como predicador y teólogo. Originario de Lisboa, Portugal, nació en 1195 bajo el nombre de Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo, antes de adoptar su nombre religioso, Antonio de Padua.
Su compromiso con la fe católica lo llevó a abrazar la vida franciscana y a dedicarse a la predicación. La rapidez de su canonización durante el pontificado de Gregorio IX, el 1 de junio de 1232, fue testimonio de los numerosos milagros que se le atribuyeron, consolidando así su posición como santo venerado en la tradición católica.