Una vida llena de pelitos

Vida
/ 28 diciembre 2021

No sé muy bien por dónde empezar, cerrar el año con mi columna número 100 para Brigada Rescate me pone a pensar en la historia que tengo con los animales y en todo lo que he aprendido de ellos...

No sé muy bien por dónde empezar, cerrar el año con mi columna número 100 para Brigada Rescate me pone a pensar en la historia que tengo con los animales y en todo lo que he aprendido de ellos, así que me gustaría compartir un poquito de eso con ustedes.

He tenido la fortuna de estar rodeada de animales desde que tengo memoria, aunque de niña no podía tener mascotas, la vida fue poniéndome animalitos en el camino hasta sumar al día de hoy siete perros y dos gatitas en casa, una perrita y una gatita del otro lado del puente del arcoíris, más todos los perritos que he podido conocer y querer como si fueran míos en Brigada Rescate a lo largo de estos 5 años de mi voluntariado.

Hoy me es imposible concebir la vida sin ellos a mi alrededor, son parte de mi familia y de mi rutina. Han sido parte de los momentos más felices y también de los más difíciles, y las lecciones que me han dado son interminables e invaluables. Es difícil explicarlo, sé que las personas que no han tenido experiencia con animalitos no lo entienden tan fácilmente, pero el amor que me han dado los animales ha sido incondicional, permanece y trasciende porque sé que quiero seguir compartiéndolo con más peluditos hasta el último día de mi vida.

Desde chiquita me preocupaba por los animalitos en situación vulnerable. La primera vez que adoptamos a una gatita yo tenía 7 años y para convencer a mis papás redacté una carta llena de dramatismo y un toque de chantaje emocional en donde intentaba hacerlos empatizar con la gatita callejera. Funcionó. Bombo vivió 16 años con nosotros. Crecimos juntas y murió meses antes de mi graduación de universidad. También recuerdo haber hecho un ‘Hospital para Mariposas’ en una caja de cartón para rehabilitar a una mariposa lesionada en el patio de mi abuela, y salvé a un hámster de morir en manos de los niños de mi salón en un viaje de la escuela. Años después fui cómplice en el secuestro de un conejo que estaba destinado a morir en la feria de ciencias de la secundaria... y sí, el conejito se salvó y desde ese día prohibieron el uso de animales en los experimentos.

Hace algunos años mi mamá y yo comenzamos a apoyar asociaciones de rescate animal, hasta que encontramos a Brigada Rescate. Aunque ser voluntaria en un albergue no ha sido siempre fácil, es una experiencia que me ha llenado de felicidad y satisfacción. He dedicado más o menos una quinta parte de los últimos 5 años de mi vida a esta labor y lo haré por lo que me quede de vida. Es un trabajo de 365 días al año, demanda mucho tiempo, esfuerzo físico y hasta emocional. Aún siendo Navidad, Año Nuevo, bajo la lluvia o entre la nieve, he lavado cientos de platitos, he servido tal vez una tonelada de croquetas, y por lo tanto he recogido más o menos una tonelada de popó, he visto más de cien perritos entrar y salir del albergue, los he visto nacer y también los he visto morir. Los he visto crecer, cambiar de color, engordar, enfermarse, recuperarse, y en la mayoría de las ocasiones he tenido la fortuna de verlos irse con familias que los querrán y los cuidarán por siempre. Esos momentos son los que han hecho que todo valga la pena. Con cada perrito que se va, recuerdo por qué hacemos esto y me motivo a seguir apoyando esta causa. Ver su sonrisa y la de sus familias al encontrarse, no tiene precio.

Muchas personas nos han dicho cosas como “deberían ayudar personas en lugar de ayudar animales”. Primero que nada, el apoyar una causa no impide que apoyes otra. Creo que nuestro mundo tiene suficientes causas para que todos podamos apoyar de alguna manera. Si todos apoyamos al menos una de ellas, tendríamos un lugar mejor para todos y todas ¿no creen? Estoy convencida que en gran medida, el problema de la sobrepoblación de animales en las calles y la tasa tan alta de abandono y maltrato animal en nuestro país se debe a eso; que para empezar no sabemos reconocerlo como un problema. Además, la manera en la que tratamos a los animales es un reflejo de nosotros como personas y como sociedad, de nuestra capacidad de empatizar y nuestro nivel de sensibilidad y responsabilidad como los seres ‘pensantes’ que somos, así que ¿qué estamos esperando para cambiarlo?

Ya sea apoyando un albergue o adoptando una mascota, la vida es mucho mejor si la compartimos con un animalito. Las mascotas nos enseñan mucho a chicos y grandes, unen a las familias y se convierten en parte de ellas. A veces los subestimamos así como la capacidad que tienen de sentir, entender y transmitir, pero solo quien se da esta oportunidad no terminará de sorprenderse nunca.

Bianca junto con los casi 40 perritos de Brigada Rescate que ya están listos para sorprenderte y darte mucho amor, esperan muy pronto encontrar un hogar. Esperamos que sigas leyéndonos y que nos sigas en nuestras redes sociales como Brigada Rescate Saltillo en Facebook e Instagram. #JuntosDejamosHuella

$!Bianca junto con los casi 40 perritos de Brigada Rescate que ya están listos para sorprenderte y darte mucho amor, esperan muy pronto encontrar un hogar.

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