39 inmigrantes son rescatados de un ‘camión de la muerte’ en Texas
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La policía del condado de Frío, graba la dramática liberación de inmigrantes latinoamericanos que viajaban hacinados
Frío, Texas.- Hacinados, uno encima del otro, sin apenas poder respirar: al borde de la muerte. La policía del Condado de Frio, en Texas, ha hecho público un dramático vídeo en el que dos de sus agentes rescatan de un camión de carga a 39 inmigrantes indocumentados que viajaban con síntomas de asfixia en su intento por internarse en Estados Unidos desde Laredo, en la frontera con México.
Los policías Aarón Ramírez y Jerry Reyna, que como se comprueba en el vídeo hablan español, inspeccionaron el vehículo y comprobaron horrorizados cómo, en la parte trasera, la de la mercancía, permanecían amontonados 28 hombres, siete mujeres y cuatro niños de nacionalidad guatemalteca, salvadoreña y mexicana. Al abrir las puertas, deshidratados, los inmigrantes bajaron como pudieron y necesitaron atención médica inmediata. Aún así, se ve cómo los policías los esposan al bajar hasta que se quedan sin grilletes.
El conductor, según ABC, se llama Drew Christopher Potter y tiene 33 años. Potter ha declarado a las autoridades que recibió dinero por llevar el tráiler desde Laredo hasta San Antonio pero que nunca supo que transportaba personas. Un tribunal federal lo ha procesado por cuatro cargos y se enfrenta a una pena de hasta 10 años de cárcel y una multa de 210.000 dólares.
Los agentes de la patrulla fronteriza respondieron a una llamada al 911, el servicio de emergencia, en el que les alertaban que de un camión estacionado salía un grupo de personas. "Estaban sudados, deshidratados. Horrible. Estaban asustados. Creyeron que estaban a punto de morir", dijo el agente Reyna. Los inmigrantes que padecieron este calvario en su sueño por alcanzar una mejor vida fueron trasladados de nuevo a Laredo, donde permanecerán para participar como testigos en el juicio contra el camionero. El agente Reyna declaró que, irónicamente, él se encargó de darle de beber agua a Potter mientras estuvo detenido.
Por Priscila Navarrete / El País