70% de la producción agropecuaria se va a la industria
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Uno de los temas pendientes es la revisión del etiquetado de alimentos y bebidas, el cual, de acuerdo con la Encuesta de Salud y Nutrición 2016, es incomprensible para la mayoría de las personas
Ciudad de México. La industria compra 70 por ciento de la producción agropecuaria para la elaboración de alimentos procesados y, aunque están sujetos a reglas para garantizar su calidad e inocuidad, éstas se deben actualizar de manera permanente.
México no lo hace tan rápido como debiera, advirtió Jorge Manuel Vázquez Ramos, director de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Conforme avanza la tecnología y los métodos analíticos, que cada vez son más refinados, se han encontrado datos nuevos, como sustancias que se desprenden de algunos envases plásticos y podrían generar algún daño a la salud. También se ha visto que en los productos congelados se pierden algunas vitaminas.
El académico participó ayer en la inauguración de la Cuarta Reunión Nacional de Alimentos organizada por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
Resaltó la importancia de que en el trabajo de análisis y revisión de la normatividad se tome en cuenta la participación de instituciones como la Facultad de Química, donde se pueden obtener las evidencias científicas para sustentar los cambios y dar mayor certeza sobre los resultados.
El titular de Cofepris, Julio Sánchez, explicó, que la reunión que durará tres días y donde participan representantes de la industria, tiene entre otros objetivos, dar continuidad al trabajo de vinculación entre la industria y el sector público para evaluar las áreas donde se deben impulsar cambios a fin de simplificar la carga regulatoria con garantía de la calidad de los alimentos, mecanismos de seguimiento desde el origen de los insumos hasta el producto final y la revisión de las mejores prácticas regulatorias internacionales.
Uno de los temas pendientes es la revisión del etiquetado de alimentos y bebidas, el cual, de acuerdo con la Encuesta de Salud y Nutrición 2016, es incomprensible para la mayoría de las personas.
En entrevista posterior, el director de la Facultad de Química explicó que aunque las normas se diseñan con estándares rigurosos, conforme pasa el tiempo surgen condiciones no previstas y “eso no es culpa de nadie”. Lo que se tiene que hacer es actualizar las reglas continuamente para que mantengan criterios estrictos.
En los productos enlatados que anteriormente no tenían fecha de caducidad, también se empezaron a observar cambios que llevaron a las empresas a revisar los procesos de fabricación y establecer fechas límite para su consumo. Este es un tema de gran relevancia porque con el cambio en el estilo de vida, el hecho de que las personas trabajan todo el día, cada vez menos de ellas van al mercado o se meten a la cocina a preparar sus alimentos.