El 80 % de enfermos de hepatitis no tiene acceso a tratamiento, advierte la OMS

Bienestar
/ 30 julio 2019

    La hepatitis en México es una enfermedad de alta prevalencia y aunque su virus es muy frecuente, pasa desapercibido por ser asintomático, expuso el investigador de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, Roberto Vázquez Campuzano.

    La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 80 % de las personas infectadas de hepatitis no pueden acceder a los servicios que necesitan, por lo que hoy pidió que los gobiernos inviertan "urgentemente" en tratamientos para prevenir y curar la enfermedad.

    En vísperas del Día Mundial contra la Hepatitis, que se celebró el 28 de julio, la OMS publicó un nuevo estudio donde revela que una inversión de unos 6,000 millones de dólares cada año en 67 países de rentas medias y bajas hasta el año 2030 evitaría más de 30 millones de muertes causadas por esta enfermedad.

    "Pedimos que los países integren en su sistema de salud universal servicios para tratar la hepatitis y luchar contra esta enfermedad", señaló en un comunicado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

    Actualmente unas 325 millones de personas viven con hepatitis de tipo B o C, infecciones crónicas que causan cirrosis y cáncer de hígado y suponen el 96 % de las muertes causadas por la enfermedad.

    Además, cada año estos dos tipos de hepatitis provocan directamente 1.4 millones de muertes, lo que hace que sea la enfermedad infecciosa más mortífera después de la tuberculosis.

    Las personas con hepatitis B y C pueden no presentar síntomas en años, pero el hígado se "va dañando de forma lenta y silenciosa, lo que eventualmente suele resultar en cáncer. Esto convierte a esta enfermedad en un asesino silencioso", según señaló el director general de la OMS.

    De hecho, el 60 % de los casos de cáncer de hígado se deben a un diagnóstico tardío de infecciones de hepatitis B y C y a un acceso tardío a tratamientos.

    Según apunta la organización, a lo largo de las últimas dos décadas las muertes por hepatitis se han incrementado, "lo cual apunta a una falta de conciencia y acción globales".

    "Sin embargo, afrontar esta enfermedad es posible y asequible si los gobiernos invirtieran lo suficiente en tratar esta enfermedad y conduciría, además, a un ahorro importante del sistema sanitario de salud", añadió Tedros.

    La organización señala que de los 194 países que se comprometieron en el 2016 a implementar el objetivo de la OMS de eliminar la hepatitis en 2030, solo 124 están implementando planes concretos para luchar contra esta enfermedad.

    "Esto supone que un 40 % de los planes nacionales carecen de líneas presupuestarias dedicadas a apoyar los esfuerzos de eliminación de la hepatitis", señaló Tedros.

    La forma más común de contraer hepatitis B es a través de la transmisión de la madre al hijo en el parto o de un miembro de la familia al niño, por contacto con sangre infectada y fluidos corporales.

    Por su parte, la hepatitis C se adquiere normalmente por consumir drogas inyectables, por transfusiones de sangre, estar expuesto a productos sanguíneos contaminados, por prácticas médicas en las que se usan equipos infectados y también por contacto sexual.

    La hepatitis B se puede prevenir en un 98 % con vacunas, mientras que si una persona da positivo en hepatitis C el tratamiento con agentes antivirales directos permite curar la enfermedad en dos o tres meses.

    Por ello la OMS señala que "se puede hacer mucho para diagnosticar, curar y manejar esta enfermedad correctamente".

    Otros tipos de hepatitis (A y E) son más leves y no se consideran potencialmente mortales, mientas que la D es una infección adicional común entre los pacientes de hepatitis B.

    * Hepatitis, enfermedad silenciosa pero de alta prevalencia en México

     

    La hepatitis en México es una enfermedad de alta prevalencia y aunque su virus es muy frecuente, pasa desapercibido por ser asintomático, expuso el investigador de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, Roberto Vázquez Campuzano, quien resaltó la importancia del lavado de manos y de la higiene en los alimentos.

    El especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) refirió que en el país 70 de cada 100 personas se ha contagiado con este padecimiento alguna vez en su vida, mientras que en el mundo existen 350 millones de infectados y 70 por ciento no sabe que porta el virus.

    Explicó que se trata de una enfermedad inflamatoria causada por una infección viral, ataca al hígado y se transmite por vía sanguínea o por contaminación fecal de alimentos.

    Tras detallar que se conocen cinco tipos y al menos 20 variantes de este padecimiento, señaló que la mayoría de las personas se infectan entre los cinco y nueve años de edad, pero los indicios se presentan después de 20 años, cuando merma la capacidad funcional del hígado y es muy tarde para una cura.

    El también director del Departamento de Enfermedades Emergentes y Urgencias del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE) de la Secretaría de Salud subrayó que durante los años que las personas viven asintomáticas y pueden contagiar a cualquiera.

    Si el virus entra vía sanguínea es más eficiente porque va directamente al hígado, donde tiene receptores que le permiten infectar a los hepatocitos (células de ese órgano), entonces el funcionamiento del hígado comienza a alterarse y sus células mueren”, apuntó.

    Aseveró que pese a que hace 10 años en México la prevalencia era de 98 y ha disminuido gracias a un sistema de vigilancia que se activó hace cuatro años, las hepatitis virales aún son un problema de salud pública en el mundo.

    Indicó que luego del contagio, el paciente comienza a presentar síntomas como fatiga y anorexia, ictericia (tono amarillento del globo ocular y de la piel), además de materia fecal blanquecina y orina oscura, aunado a que si el virus es crónico, se desarrolla cirrosis o cáncer.

    Cuando el contagio es vía fecal-oral, el virus se replica en el intestino, pasa al torrente circulatorio, llega al hígado y sólo produce inflamación, abundó Vázquez Campuzano, quien precisó que los virus tipo B y C se transmiten por sangre contaminada mediante el uso de objetos punzocortantes, piercings, instrumental mal esterilizado y drogas inyectables.

    En tanto, añadió, las de tipo A y E se relacionan con la mala higiene, se transmiten vía fecal-oral porque los virus excretados en las heces de los infectados llegan al agua o a los alimentos.

    Ante ello, el especialista destacó la importancia de comer en lugares limpios, lavarse las manos y evitar los mariscos crudos, que en su mayoría se alimentan de materia fecal libre en los esteros donde viven.

    * Con información de la Agencia Notimex

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