Acuerdo Sykes-Picot sentó las bases para las actuales guerras en Siria e Irak
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Las raíces de los actuales conflictos en Siria e Irak se remontan al Acuerdo Sykes-Picot. La milicia terrorista Estado Islámico (EI) ha declarado expresamente la guerra a las fronteras creadas por Occidente.
Hoy se cumplen 100 años del Acuerdo Sykes-Picot, según el cual las potencias coloniales Reino Unido y Francia se repartieron Medio Oriente y sentaron las bases para las actuales guerras en Siria e Irak.
Poco antes de las Navidades de 1915, el joven diputado británico Mark Sykes se dirigió a toda prisa al número 10 de Downing Street, donde confiaba en una gran puesta en escena. Sykes, de 36 años, debía exponer ante el gabinete de Su Majestad ideas para el futuro de Oriente Próximo, donde el Imperio Otomano luchaba por su supervivencia. Sykes se había hecho un nombre como conocedor de la región gracias a los numerosos libros que había escrito sobre sus viajes en el mundo árabe. En aquel momento impresionó tanto al gabinete que su papel tuvo consecuencias trascendentales: Sir Mark fue decisivo en la conformación del moderno Medio Oriente y sentó las bases de los actuales cruentos conflictos en Siria e Irak.
Poco después y por orden del Gobierno británico, el barón negoció con el diplomático francés François Georges-Picot cómo querían repartirse el mundo árabe las potencias europeas tras la derrota del Imperio Otomano. Los mediadores llegaron finalmente al tristemente célebre Acuerdo Sykes-Picot, que Londres y París firmaron hace ahora 100 años. Para muchos, no solo para los árabes, sigue siendo un ejemplo de política colonial despiadada guiada únicamente por los propios intereses.
"Mister Sykes" y "Monsieur Picot" definieron de varios plumazos las esferas de interés. Para ello Sykes trazó una "línea en la arena", como escribe el historiador James Barr: desde la actual ciudad israelí de Acre en el Mediterráneo hasta Kirkuk, en el norte del actual Irak. El territorio más al norte pasó a ser controlado por Francia, el del sur acabó en manos británicas. Palestina fue la única región sobre la que no lograron ponerse de acuerdo. El Imperio ruso zarista también formó parte del acuerdo y obtuvo igualmente una zona de influencia.
Londres y París trazaron fronteras según sus intereses con las que crearon hechos consumados. Si bien estaba previsto que las verdaderas fronteras de los Estados que se conformaron más tarde debían establecerse con el paso de los años, Líbano y Siria nacieron como países en territorio francés, mientras que Jordania e Irak hicieron lo mismo en la zona británica.
Al día de hoy, estos estados siguen sufriendo por el modo en el que se originaron y luchando por una identidad nacional. Siria e Irak están en peligro de desintegrarse. En ambos países, los kurdos, a los que entonces no se tuvo en cuenta, aspiran a su independencia o al menos a tener más autonomía.
Las raíces de los actuales conflictos en Siria e Irak se remontan al Acuerdo Sykes-Picot. La milicia terrorista Estado Islámico (EI) ha declarado expresamente la guerra a las fronteras creadas por Occidente. En 2014 apareció en Internet un vídeo de 15 minutos de los extremistas que llevaba por título "El fin de Sykes-Picot" y en el que un barbudo combatiente del EI se jacta: "Nunca reconoceremos la frontera (entre Siria e Irak)." Lo que de hecho pusieron en práctica los yihadistas con el califato proclamado en 2014.
Con esta propaganda también han tenido eco debido a que el Acuerdo Sykes-Picot se considera hasta hoy una traición del reino británico a los árabes y a su afán de independencia. El convenio con París estaba en contradicción con promesas que Londres había hecho al jerife Hussein, que gobernaba en La Meca.
Para movilizarle contra los otomanos, el alto comisario británico en Egipto, Sir Henry McMahon, le prometió en una carta un Estado árabe independiente. De esta manera, el enviado británico intentaba mantener las fronteras sin definir. Sin embargo, según la versión árabe, a este reino también debían pertenecer territorios que correspondían a Francia, según establecía el acuerdo entre Londres y París. Cuando George-Picot se enteró de las promesas hechas a Hussein, reaccionó de manera totalmente incrédulo, tal y como describe el historiador Barr. Para el diplomático estaba claro: "Lo único que quieren los británicos es engañar a los árabes."
El gran reino árabe independiente nunca se haría realidad. Faisal, hijo de Hussein, viajó a la Conferencia de Paz de París tras la Primera Guerra Mundial acompañado por el aventurero británico T.E. Lawrence, también conocido como "Lawrence de Arabia", pero no logró obtener atención alguna. Los británicos se encontraban ahora en una posición tan fuerte que podían ignorar las exigencias del jerife.
Como consuelo, Faisal recibió el trono del recién creado Irak, mientras que a su hermano Abdullah le dejaron gobernar en el reino de Jordania. El Acuerdo Sykes-Picot ya era muy conocido en aquel momento. En noviembre de 1917, la dirección bolchevique en Moscú lo publicó en los periódicos "Isvestiya" y "Pravda", algo que tanto británicos como franceses hubieran preferido mantener en secreto en vista de su contenido explosivo.