AMLO pide perdón a comunidad china por exterminio en 1911, en Torreón
El embajador chino, Zhu Qingqiao, destacó que con la llegada del Covid-19, la cooperación entre ambos países para enfrentar esta pandemia se ha fortalecido, lo que ha dejado, señaló, una profunda huella en las relaciones bilaterales
Torreón, Coahuila. - Al ofrecer perdón a nombre del Estado Mexicano por el exterminio cometido en contra de ciudadanos chinos en 1911, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, agradeció al gobierno de China su apoyo durante la pandemia, al enviar equipo de protección para el personal médico y vacunas contra Covid-19.
El presidente mexicano, encabezó la ceremonia oficial Petición de perdón por agravios a la comunidad china en México, al pie del monumento El Hortelano, ubicado en el interior del Bosque Venustiano Carranza de esta ciudad.
El mandatario aseguró que “nunca más” el gobierno mexicano permitirá el racismo y la xenofobia.
La discriminación se sustentaba en lo más vil y ofensivo. Se repetía que los chinos eran sucios, incultos, arrogantes, individualistas y que carecían hasta de sentido del humor.
Estas sandeces se trasladaron a México, donde a la exclusión y al maltrato se le añadió el exterminio. Da tristeza que incluso en el mejor plan que se ha escrito en México, el Plan liberal de 1906 de los magonistas, existe un párrafo vergonzoso que mancha la memoria, la congruencia y la honestidad de estos dirigentes.
En ese texto se lee: ‘La prohibición a la inmigración china es, ante todo, una medida de protección a los trabajadores de otras nacionalidades, principalmente a los mexicanos.
Aquí en Torreón el odio y las atrocidades, por ejemplo, de ‘los amarillos’, como se conocía a los defensores de Porfirio Díaz, no distaba mucho de las barbaridades de los revolucionarios maderistas, carrancistas o villistas.
La lección que nos dejan estas historias es que la violencia y la guerra deben evitarse por todos los medios, por sus terribles locuras y por ocasionar las mayores desgracias a los seres humanos.
En los días fatales del 13, 14 y 15 de mayo de 1911, se vivió en Torreón una gran tragedia, los campesinos asiáticos fueron masacrados.
Antes, una cuadrilla revolucionaria de Lerdo y les quitaba legumbres y herramientas; luego, otra de Gómez Palacio y los despojaba de ropas y centavos; y al final venía una tercera columna procedente de Matamoros o Viesca o Mapimí, y los encueraba, azotaba o apuñalaba porque ya no tenían nada que dar, porque se habían convertido, en pocas horas, en las personas más frágiles del país, de La Laguna, las más sencillas de matar.
El genocidio costó la vida, como ya lo hemos dicho, a 303 personas de origen chino y a cinco de ascendencia japonesa. El resultado de la investigación limitó el castigo básicamente al fusilamiento de Benjamín Argumedo, relató el primer mandatario.
Aclaro que en esta deleznable masacre no participó, como algunos siguen pensando, Francisco Villa.
También dijo con pesar que luego del llamado pequeño genocidio, para robarles, por racismo se continuó persiguiendo y asesinando impunemente a miembros de la comunidad china en México.
Después de la matanza de Torreón de 1911, lo que emergió no fue arrepentimiento, ni siquiera autocrítica, sino un permiso simbólico de trasgresión, cualquier vejación contra los cantoneses tenía un antecedente histórico, que no sólo justificaba, sino que exculpaba la nueva atrocidad.
Es comprobable que en Sonora a partir de 1916 se constituyeron clubes antichinos. Las autoridades locales primero los confinaron en barrios, en guetos, luego los apresaban y los deportaban hasta llegar, en 1931, a expulsarlos del estado.
Algo parecido se padecía en Sinaloa, por lo cual muchos orientales terminaron refugiados y viviendo en pueblos apartados de Durango o de Zacatecas. La campaña propagandística antichina consistía en acusarlos de haberse apropiado de las fuentes de trabajo y de tener comercios, lavanderías, panaderías antihigiénicas, que propiciaban enfermedades y epidemias.
López Obrador reconoció que a través del puente aéreo México-China hemos recibido 38 aviones, 25 con insumos médicos como equipo de protección para trabajadores de la salud, ventiladores y pruebas diagnósticas, y 13 aviones con seis millones de dosis de vacunas Sinovac y sustancia activa para envasar en México, como lo estamos haciendo, otras seis millones de dosis de la vacuna de CanSino en la planta farmacéutica de Drugmex.
Nunca vamos a olvidar la fraternidad de China en los meses amargos y angustiosos de la pandemia por el apoyo solidario que recibimos. Más valioso resulta este apoyo si se considera que China tiene actualmente ingentes necesidades de vacunación, así como en su momento también necesitaba sus equipos de ventilación y siempre decidieron respaldarnos.
AGRADECIMIENTO
Por su parte, Zhu Qingqiao, embajador de China en México, agradeció al Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y al Estado mexicano, la petición de perdón por la masacre ocurrida en 1911 en contra de esta comunidad en Torreón y aseguró que con este acto se curan las cicatrices que dejó esta tragedia.
En la ceremonia, el embajador chino destacó que con la llegada del Covid-19, la cooperación entre ambos países para enfrentar esta pandemia se ha fortalecido, lo que ha dejado, señaló, una profunda huella en las relaciones bilaterales.
"A principios del siglo XX algunos (integrantes de la comunidad china) vivieron injusticias en algunos lugares como Torreón, pero a través del evento de hoy se consuela a las vidas perdidas y se curan las cicatrices que ha dejado la historia. La parte china aprecia al Presidente Andrés Manuel López Obrador y al gobierno mexicano por su sentir de responsabilidad histórica y su compromiso".
"Ante el COVID-19, bajo la dirección del presidente Xi Jinping y del Presidente Andrés Manuel López Obrador, ambos países han logrado resultados destacados en la cooperación en contra del virus. Nunca olvidaremos el apoyo y la solidaridad de México a China en los momentos más cruciales en contra del virus. En la aparición del COVID en México, los aviones cargados de material sanitario y las vacunas chinas que llevan esperanza a México ha dejado una fuerte huella en las relaciones entre los dos países", dijo.
El embajador chino aseguró que este agravio en contra de la comunidad oriental en Torreón pasó hace más de 100 años, pero el México de hoy se ha convertido en un hogar para la conveniencia de personas de diferentes colores, creencias y culturas.
"La sombra de lo que pasó en Torreón se ha disparado y la amistad entre China y México se ha vuelto cada más fuerte a la luz del tiempo".
Sin embargo, Zhu Qingqiao alertó que en algunos lugares del mundo existe el racismo, la xenofobia, el odio y la violencia en contra de las minorías debido a la discriminación el prejuicio.
Antes, en un emotivo mensaje, Sergio Ley López, ex embajador de México en China, en nombre del Estado mexicano pidió perdón a esta comunidad por esta masacre, y aseguró que este acto enaltece al Presidente López Obrador pues les da sentido a sus acciones de gobierno.
Recordó que China es hoy una gran potencia y es el segundo socio comercial de México en el mundo "un indicador estratégico a la hora de imaginar un nuevo y diversificado horizontes de oportunidades para nuestro país".
"Señor Presidente, de conformidad a los lineamientos de su gobierno, con el gran honor que usted me ha conferido, hoy en nombre del Estado Mexicanos le pedimos perdón a la comunidad china en México por lo agravios cometidos en su contra a lo largo de nuestra historia.
"Señor Presidente, le agradezco profundamente este acto que lo enaltece y le da sentido a sus acciones de gobierno", agregó.