Analizan ADN para ubicar genes de la depresión
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Los análisis de ADN son muy utilizados para localizar genes relacionados con riesgos de enfermedades, pero no ha ocurrido así con la depresión.
En un avance crucial en el estudio de la depresión, un análisis completo del ADN humano permitió encontrar lo que parecen ser los escondites de más de 12 genes vinculados con ese trastorno.
"Este es un punto de partida" para futuros trabajos tendentes a develar los fundamentos biológicos de la depresión, lo que a su vez podría derivar en el desarrollo de nuevos medicamentos, dijo Ashley Winslow, una autora de un documento sobre la investigación.
Los expertos dijeron que el resultado es importante no sólo por sus hallazgos específicos, sino también por su demostración de que el enfoque del estudio puede contribuir a descubrir las claves de la biología de la depresión, que es en gran medida un misterio.
Los análisis de ADN son muy utilizados para localizar genes relacionados con riesgos de enfermedades, pero no ha ocurrido así con la depresión.
En un avance extraordinario y modesto del que se informó el año pasado, investigadores encontraron dos lugares en el ADN humano en los que al parecer se encuentran los genes que afectan el riesgo en una población de etnia han en China.
Sin embargo, no apareció evidencia alguna en personas de origen europeo, que es el grupo estudiado en los resultados anunciados el lunes.
"Lo que nos muestran es que estamos en camino" de encontrar muchas más vinculaciones genéticas, dijo el doctor Douglas Levinson, de la Universidad de Stanford, que no participó en la investigación. "Los resultados han mostrado que la depresión es manejable".
Levinson describió los nuevos resultados como la prueba más convincente a la fecha de que los análisis de genes pueden dar frutos frente a la depresión.
Winslow y otros expertos identificaron en su investigación 15 zonas en el ADN humano —el "genoma"— que muestran indicios de albergar variaciones genéticas que afectan el riesgo de que una persona sufra depresión.
Eso indica los lugares a los que pueden abocarse los científicos a fin de identificar y estudiar los genes afectados, lo que a su vez podría revelar los procesos de alteración que aumentan el riesgo de la enfermedad.
Winslow trabajaba con la gigante farmacéutica Pfizer Inc. cuando efectuó el trabajo con investigadores del Hospital General de Massachusetts y la compañía de pruebas genéticas 23andMe, Inc.
La experta está ahora en la Universidad de Pennsylvania. Los resultados fueron difundidos por la publicación Nature Genetics.
Unos 350 millones de personas en el mundo sufren depresión, según cálculos de la Organización Mundial de la Salud.