¿Árbitros sin VAR en la Liguilla?

Politicón
/ 19 mayo 2021

A pesar de las buenas calificaciones que semana a semana les da el presidente de la Comisión de Árbitros, Arturo Brizio, en un ejercicio que —más que ayudar a entender el trabajo de los silbantes— parece una tapadera de errores, estos personajes siguen dando de qué hablar por la incapacidad de dar para lo que se les paga: justicia deportiva.

Tampoco brindan certeza al aficionado, y hasta a los mismos clubes, ya que —a pesar de contar con una gran herramienta, como es el VAR— se han encargado de encontrar la manera de fallar.

Ahora, con Enrique Osses como director de instrucción, pareciera que se quiere hacer un arbitraje muy al estilo de la Copa Libertadores. ¿Cómo? Sencillo. Todas las jugadas dudosas en los partidos, incluso aquellas para las que se necesite el VAR, irán en favor de los locales. Además, utilizar lo menos posible el videoarbitraje, como si fuera una orden y no un instrumento para evitar injusticias. Este nuevo personaje del arbitraje mexicano, envuelto en escándalos en Sudamérica, es el instructor. En los cuartos de final tuvimos cinco ejemplos muy claros de eso.

En el estadio Jalisco, el gol de Jairo Torres fue en claro fuera de lugar, pero el árbitro ni se inmutó. Luis Enrique Santander no quiso o nadie le avisó del VAR para que revisara la jugada. Una acción muy polémica se dio en Toluca, cuando marcaron un penalti sobre Rubens Sambueza y la seguridad del silbante lo llevó a no revisarla, o a no querer ir al VAR. El árbitro fue Marco Antonio Ortiz.

El penalti del “Gallo” Vázquez sobre Luis Romo, señalado por el árbitro Fernando Hernández, también resaltó. No hubo revisión y, aunque se marcó la infracción, también hay que decir que no todos los contactos son falta.

César Ramos, simple y sencillamente no quiso marcar una mano de Jesús Gallardo en el Monterrey vs Santos. Éste sí la fue a revisar, pero decidió que no había infracción. Siempre aparece el árbitro de cabecera de Rayados cuando hay jugadas dudosas de los norteños.

Finalmente, Fernando Guerrero marcó penalti en contra de Pachuca, luego de que un disparo del América pegó claramente en el hombro de Jorge Hernández. Todas esas jugadas dudosas, que fueron o podían ir al marcador, se señalaron en favor de los locales y, lo peor de todo, es que aunque hay tomas evidentes de los errores, la Comisión o gente cercana a su presidente siguen con la defensa a ultranza.

Aquí la cuestión no es crucificar, sino que vean los errores y no se cometan más. Y no es por los aficionados, muchos menos por los medios de comunicación, sino por los equipos, que —al final de cuentas— son quienes pagan sus servicios y quienes tienen que tragarse sus terribles fallas; incluso, en algunas ocasiones, hasta su prepotencia.


Gerardo Velázquez De León
El Fondo del Meollo

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