Armando Guadiana pierde Saltillo, se queda sin vidas
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Ni Mario Bros. ni la Sonora Dinamita lograron que el candidato de Morena ganara la alcaldía, y ahora regresará a su curul en el Senado
Santana Armando Guadiana Tijerina fue un candidato que siempre se mostró seguro de recibir el apoyo de los saltillenses, y no escatimó en transformar su imagen de empresario a político, y de político a Mario Bros, para muchos un acierto en colocación de la imagen, pero un derrumbe en la confianza de la gente.
A su decisión de contender por la candidatura de Saltillo en su partido: Morena, pocos se opusieron, por el contrario, logró unir perfiles y aunque los resultados oficiales de las encuestas nunca fueron públicos, alcanzó la postulación sin oposición fuerte.
Armando Guadiana es Senador de la República y venía de ganar una elección en la cual el arrastre del presidente Andrés Manuel López Obrador era otro, porque su aprobación llegaba a máximos que otros mandatarios nacionales no habían alcanzado jamás.
Pero Guadiana también fue candidato a la gubernatura de Coahuila, y sin embargo, ahí no fue protagonista en los resultados, aunque sí en el debate por su personalidad y por sus reflexiones dicharacheras.
De una elección estatal en la que los números le favorecieron, pasó a un territorio más acotado para competir por la alcaldía de Saltillo, pero el esfuerzo no le alcanzó, y la confianza de la gente para emitir su voto a favor, tampoco fue suficiente.
Su campaña fue vertiginosa y supo salir rápido de los escollos como una denuncia por violencia en razón de género que le interpuso su propia correligionaria, Miroslava Sánchez, y también salió al paso pronto en las críticas de su cercanía con el Presidente de México y los beneficios como empresario.
Pero en la campaña, si bien conectó con la gente en un principio, como una opción real de oposición al partido oficial en Coahuila, también generó la desconfianza cuando realizó el video en el cual aparece vestido como Mario Bros, la estrella de los videojuegos.
DESPLOME EN LAS ENCUESTAS
Las críticas en redes sociales fueron que además de las botargas con sombrero, Guadiana se había atrevido a dejar la seriedad de la contienda de lado para llegar al gusto del público, a como diera lugar, y eso le costó un desplome, de acuerdo con las encuestas posteriores.
Pero no todo fueron desaciertos del candidato, también supo jugar sus cartas, pero muy al viejo estilo: ganar adeptos como lideresas del partido oficial y hasta candidatos de otros partidos que declinaron a su favor.
Sumó a un grupo de líderes de colonias del PRI a su campaña y a los candidatos Cristian Cabello y Vanessa Villarreal, de la UDC y el PES, respectivamente, que poco o nada le aportaron a su campaña política en razón de voto.
La maquinaria del partido de enfrente estaba demasiado aceitada, y ni Morena, ni Guadiana, tienen maquinaria en Saltillo, apenas la van construyendo.
Otro factor que jugó en contra del candidato, aunque en menor medida, fueron los desaciertos del Presidente López Obrador, la animadversión que crece hacia el partido Morena, y las traiciones dentro del mismo partido al tratar de ganarse candidaturas.
La combinación de Guadiana -es originario de la Región Carbonífera- y Saltillo fueron un ejercicio que puso al PRI a trabajar al doble. Guadiana tiene ahora la posibilidad de regresar a su curul en el Senado de la República, para el próximo período ordinario de sesiones y retomar su vida legislativa.