Aseguran que AMLO utiliza Pegasus de Peña Nieto para espiar y la Marina ya no investiga el narco

Nacional
/ 12 octubre 2020

El manejo de la información de inteligencia como arma política es una distorsión ominosa en un Estado

De acuerdo con una columna de Raymundo Riva Palacio, publicada por VANGUARDIA, Andrés Manuel López Obrador que el espionaje político ya no existe, que hay muchos que se la creen. Pero el fin y al cabo ese es un discurso político que ha mantenido mientras que ha ido reacomodando lo que antes veía como una amenaza y ahora lo ve como un activo.

López Obrador confunde información de inteligencia, que es un proceso de recolección de información que permite determinar si hay amenazas a un país a fin de tomar decisiones, y espionaje, que si bien se nutre de la inteligencia, cambia su finalidad al usarse políticamente para chantajear, lastimar o desacreditar a quienes representen una molestia para algún funcionario de un gobierno. En el primero se vigila la seguridad nacional; en el segundo, se emplea en ajustes de cuentas.

Añade que 

López Obrador ordenó al gabinete de seguridad investigar de dónde salía el financiamiento para la movilización de agricultores en la presa de La Boquilla en Chihuahua, y la Secretaría de Seguridad Pública le proporcionó una red de vínculos con políticos, que el mismo Presidente reveló en una mañanera. Esa red de vínculos no demostraba ilegalidad alguna, pero fue utilizada políticamente, no en el marco de la seguridad nacional –cuyas acciones defensivas no se ventilan públicamente–, sino para un ajuste de cuentas porque estaba indignado por la protesta.

La Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda es la cabeza de playa del Presidente en este nuevo gusto por el espionaje político. Dos ejemplos: el primero es que algunos miembros del área de inteligencia de la Marina recibieron órdenes de suspender el trabajo contra cárteles de la droga, y enfocarse a investigar las finanzas de los empresarios, para que esa información sea utilizada por el SAT y eventualmente por Nieto. El segundo es que el software Pegasus se sigue utilizando. Pegasus alcanzó notoriedad durante el gobierno de Peña Nieto, al ampliar su función original para combatir el crimen y los secuestros, a recolectar información de activistas y periodistas.

El manejo de la información de inteligencia como arma política es una distorsión ominosa en un Estado. Pero hablar de ello es inútil si dentro de un gobierno, como el de López Obrador, no existe la conciencia de lo que se está haciendo, y en lugar de frenar los abusos del poder, son cómplices. Frente a eso, no hay defensa ni derecho alguno.

 

 

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