A balazos y golpes se llevan 50 mil pesos de bodega en Torreón

Torreón, Coahuila.- A balazos y golpes contra dos mujeres, dos sujetos  asaltaron la tarde de este martes la bodega de ventas de la Farmacia Losa, de donde se llevaron 50 mil pesos, aunque la gerente alcanzó a guardar 20 mil  en la caja fuerte.

La mujer  pagó caro el tratar de evitar el hurto, pues puso el seguro en la puerta de su oficina, pero uno de los asaltantes después de tirar un balazo la abrió a patadas, luego la golpeó y se apoderó de los 50 mil pesos que estaban en el escritorio.

Los hechos ocurrieron aproximadamente a las 15:15 horas de este martes en la bodega de ventas de la Farmacia Losa, ubicada en la avenida Hidalgo número 1066 oriente.

En cuestión de minutos llegaron policías municipales y estatales quienes fueron informados que los delincuentes fueron dos sujetos de alrededor de 35 años; ambos con pantalón de mezclilla, uno de complexión regular con camisa de manga larga color claro y el otro robusto  con una playera roja.

De inmediato se implementó un operativo de búsqueda,  aunque los afectados indicaron que desconocían si huyeron en algún vehículo ya que  por temor no salieron del edificio.

La encargada,  identificada como Luz Elena manifestó que estaba en su oficina contando el dinero de las ventas cuando escuchó que  en el área de recibo gritaron “es un asalto”, por lo que guardó en  la caja fuerte los 20 mil pesos que traía en la mano y luego cerró con seguro la puerta.

Casi al instante escuchó que le gritaban que abriera y luego escuchó un balazo, hasta que patearon la puerta y entró un sujeto que la golpeó e insultó exigiéndole el dinero al tiempo que la amenazaba con una pistola tipo escuadra.

Dijo que uno de los asaltantes se apoderó de 50 mil pesos que estaban encima del escritorio y salió de la oficina,  y que pensó en seguirlo pero en eso observó que  los empleados de recibo estaban tirados en el piso amenazados por otro delincuente.

Una de las trabajadoras  indicó que los malhechores entraron en el momento en que se cerraba la cortina metálica y que les gritaron que era un asalto que ya sabían que las camionetas blancas recogen el dinero de las farmacias.

Uno de ellos  la pateó y luego se fue hacia el fondo del local, en tanto que el otro les ordenó que se tiraran al piso y las mantuvo amenazadas hasta consumar la fechoría.