'China ya es tecnológicamente imparable y rebasó a Trump por la derecha': Javier Murillo

Internacional
/ 26 septiembre 2018

En una columna, Javier Murillo advierte que China ya despertó y en su pronóstico, en 2020 dejará atrás a EU

Javier Murillo menciona que la china del ensamblado manual quedó muy atrás. Ciertamente arrancó como una máquina fotocopiadora de productos y tecnologías, pero fue su ruta de arranque, el principio de su curva de aprendizaje y ahora ha superado al maestro.

Agrega que siguió un camino tecnológico muy parecido al de Japón en los años 60 del siglo pasado, o a las Coreas de los 80. En ambos casos EU se acercó a esos países, para compensar sus botines de guerra, con inversiones relativamente modestas en autopartes o aparatos eléctricos. Pronto, esas economías se convirtieron en líneas manufactureras de ensamblaje que exportaban al mercado estadounidense productos promedio, a bajo precio.

En la geopolítica tecnológica, China se detenta como el gran gigante productor. Mientras que Japón y Corea del Sur dejaron de ser economías emergentes y, por lo tanto, se volvió caro invertir en ellas, China tiene los brazos abiertos a las inversiones, si bien su postura es, más bien, salir a buscar territorios para extender sus propios capitales en nuevos negocios.

 

China supo aprovechar su momento. Para ser justos, no fue culpa de Trump –aunque a él será a quien le explote el pastel en la cara–. Tampoco de Obama. Fue mucho antes que China ganó la guerra tecnológica, ocurrió cuando Estados Unidos optó por sacar sus líneas de producción e irse a los prometedores tigres asiáticos para producir, por sus bajísimos costos y mano de obra.

Treinta años más tarde esa decisión cambió la geopolítica de la producción tecnológica, que es justo la columna vertebral de la Era Digital y todas sus disrupciones, el distintivo de estas generaciones y del Siglo 21.

Concluye diciendo que caballo que alcanza, gana. Estamos viendo la carrera entre China y EU, intensificada por la guerra comercial. Veremos, también, cómo el caballo chino se convierte en dragón y gana por mucho más que una cabeza.

Con información de Sin Embargo

COMENTARIOS

TEMAS
Selección de los editores