Citroën C3 Aircross, un SUV agresivamente atrevido
COMPARTIR
TEMAS
La alta demanda que están teniendo los todocaminos (SUV) ha llevado al fabricante francés Citroën a lanzarse a una ofensiva internacional en este segmento, cuyo último y reciente exponente es el C3 Aircross, al que se puede definir como atrevido.
Este SUV de 4.15 metros de largo es la apuesta de la marca del doble chevron para hacerse con el segmento de los todocaminos compactos (B-SUV), que no para de crecer y en el que la inmensa mayoría de los fabricantes se ha posicionado -o lo va a hacer antes de final de año- para no perder su porción de tan codiciado y jugoso pastel.
El Aircross, que se deriva del utilitario C3, se diferencia de éste por unas proporciones más musculosas y agresivas, en línea con lo que se estila en los SUV.
Es un poco más largo (154 milímetros) que el C3, también algo más ancho (11 milímetros) y más alto (le supera en 166 milímetros).
Esto se traduce en un mayor peso (unos 100 kilogramos más), que le hace consumir un poco más de gasolina en comparación con su "hermano" (5 l/100 km de consumo mixto frente a 4.6 l/100 km) y tener una velocidad punta más baja (3 km/h menos, hasta los 185 km/h), así como una menor aceleración de 0 a 100 km/h (el C3 para el crono en 9.3 segundos y el Aircross en 10.2 segundos).
Atendiendo fríamente a estos datos podría parecer que ambos modelos están llamados a quitarse ventas dentro de la amplia gama Citroën.
Pero por el momento no es así, ya que, según el fabricante, en el escaso mes que el Aircross lleva en los concesionarios ha acumulado 9.000 pedidos en Europa, de los que más del 50 % son con el acabado más alto (Shine), el 55 % equipa uno de los cuatro ambientes interiores opcionales , el 20 % lleva techo bitono y el 15 % el "Pack Color".
Por tanto, se sitúa como el segundo modelo más vendido de Citroën, tras el C3. Habrá que ver cómo sigue esto en los próximos meses, porque como demuestran los datos de matriculaciones mensuales, los SUV no paran de crecer a costa de sus "hermanos" compactos o berlinas, que están padeciendo lo que se denomina "canibalización" por parte de los primeros.
Con este paso por el gimnasio, el Aircross ofrece más espacio y modularidad que el C3 y las alternativas de otros competidores.
Nada más entrar en el vehículo, llama la atención la altura para la cabeza de la que dispone todo el pasaje, incluso con la opción del techo panorámico, que resta centímetros.
Esto se debe al programa Citroën Advanced Comfort, que busca cuidar del bienestar físico y mental a bordo.
Así el espacio que hay para los hombros y la espalda es destacable. Esto es apreciable cuando se toma asiento o cuando, desde el exterior, se contempla el vehículo, más aún si, como sucede en la unidad probada, la tapicería es de color clarito y el exterior está pintado en negro, con el techo en blanco y con toques naranjas en las barras del techo, el pilar C, las coquillas de los retrovisores, el logotipo en las ruedas o los protectores de los faros.
Ese contraste de colores le hace visualmente parecer más amplio y más acogedor que otros vehículos.
El asiento del conductor, con una clara inspiración en los monovolumen, es mullido, lo que le resta sujeción en curva. Está en una posición elevada -una de las características más valoradas por los compradores de un SUV- lo que permite ver lo que sucede alrededor del vehículo con nitidez.
También destaca porque la posición al volante es ergonómica, con todo al alcance de la mano y con facilidad de acceso a la pantalla central multifunción de 7 pulgadas (semiflotante, no está encastrada), desde la que se maneja la climatización, además de la radio, el teléfono, el navegador y la conectividad del coche.
El salpicadero cuenta con pocos botones, lo que da una imagen despejada y horizontal, en la que es fácil consultar la información del coche de un rápido vistazo, eso sí después de haberse familiarizado con su ubicación.
Los plásticos son blancos y mullidos en el centro (están rematados con la tela de los asientos, lo que le da un toque original) y duros en la zonas altas y bajas.
El freno de mano no es eléctrico, si no que es de accionamiento manual y de tipo avión, lo que resta espacio a posibles huecos para depositar objetos cotidianos y choca con la posibilidad de que el coche pueda montar pantalla de información head-up display, cargador sin cables para el teléfono móvil o con hasta 12 sistemas de ayuda a la conducción (frenado de emergencia en ciudad, faros inteligentes Smartbeam o reconocimiento de las señales de velocidad y recomendación...). Todos ellos reservados hasta ahora para vehículos de segmentos superiores.
La sensación que transmite el interior es cálida y juvenil por los remates en color que se pueden equipar en la parte baja del volante o en los aireadores de la ventilación.
Detrás hay espacio para tres adultos, aunque el del centro irá más apretado y más incómodo que los de los laterales, porque el respaldo central acoge el reposabrazos, que además tiene la función de ser una trampilla para introducir objetos largos como skies.
Para las maletas hay 410 litros (110 más que en el C3), un volumen que es muy fácil de ampliar hasta 520, ya que los asientos traseros (en proporción 60:40) se desplazan longitudinalmente hasta 15 centímetros.
En la unidad probada no hay rueda de repuesto, ha sido sustituida por un kit reparapinchazos, que no es lo más indicado para un vehículo con vocación aventurera, pero es lo que están haciendo todas las marcas.
Exteriormente cuenta con los atributos habituales en un SUV: distancia al suelo sobre elevada (20 milímetros más que el C3), protecciones específicas delante y detrás, ruedas grandes y aletas ensanchadas.
Citroën le ha dado mucha importancia a la personalización, por lo que el C3 Aircross dispone de hasta 90 combinaciones para el exterior, con 4 colores de techo para las versiones bitono y 4 Packs Color, así como 5 ambientes interiores claramente diferenciados.
La unidad analizada por Efe es la que equipa el nuevo motor de gasolina PureTech de tres cilindros con 110 CV de potencia y caja manual de cinco velocidades (opcionalmente hay automática, EAT6, de seis relaciones).
La gama de gasolina se completa con una motorización de 82 CV y otra de 130 CV, mientras que la diésel está formada por los BlueHDi de 100 y 120 CV.
Con el propulsor de 110 CV de gasolina, el C3 Aircross puede salir a carretera con todas las garantías. Es un motor que para aprovecharlo hay que llevarlo en la parte alta del cuenta revoluciones, lo que penaliza el consumo, algo habitual en los tres cilindros.
Dispone de parada y arranque automático del motor, lo que contribuye a retrasar el paso por la gasolinera: el consumo mixto homologado por la marca es de 5,2 l/100 km.
Es algo ruidoso, pero a cambio no transmite vibraciones en los pedales o en la palanca de cambios. La transmisión tiene desarrollos cortos al carecer de una sexta marcha.
El coche es fácil de conducir tanto en ciudad (sus medidas lo hacen muy maniobrable) como en carretera. Su altura le hace mejor rutero en rectas que en curvas, donde también muestra un comportamiento noble.
Frente a la competencia, dispone de una mayor posibilidad de conducirle fuera del asfalto gracias al sistema Grip Control con control de descenso (Hill Assist Descent) y neumáticos para tierra y nieve Mud+Snow en llanta de 16 pulgadas (la unidad probada monta de 17 pulgadas en medida 215 50R)
Mediante una rueda que hay en la parte baja del centro del salpicadero, se puede elegir la tracción deseada para distintos tipos de firme (Arena, Todocamino, Nieve o ESP OFF) o bien que lo gestione el coche automáticamente a través del modo estándar (que es el quinto del Grip Control).
En definitiva, este SUV producido en España -en Zaragoza, en la fábrica que Opel tiene en Figueruelas y que ahora ha pasado a formar parte del Grupo PSA- es una apuesta atrevida por diseño y por funcionalidad, ya que puede equiparse con Grip Control y salir así fuera del asfalto.
Es un vehículo que no deja indiferente por sus formas musculosas en un tamaño compacto y en un segmento que se ha multiplicado por cinco entre 2012 y 2016 en Europa y en el mundo.
DESTACADOS:
++ El Aircross, que se deriva del utilitario C3, se diferencia de éste por unas proporciones más musculosas y agresivas, en línea con lo que se estila en los SUV.
++ La posición al volante es ergonómica, con todo al alcance de la mano y con facilidad de acceso a la pantalla central multifunción de 7 pulgadas, desde la que se maneja la climatización, además de la radio, el teléfono, el navegador y la conectividad del coche.
++ En la unidad probada no hay rueda de repuesto, ha sido sustituida por un kit reparapinchazos, que no es lo más indicado para un vehículo con vocación aventurera, pero es lo que están haciendo todas las marcas.