¿Cómo saber si su pareja está abusando emocionalmente de usted? ¡También les pasa a los hombres!

Pregunta:

Llevo casado más de 20 años. Durante ese tiempo, he tratado en vano de hacer feliz a mi esposa. Comencé sesiones de terapia varias veces, pero las cosas no hicieron más que empeorar. Recientemente un amigo me dijo que, en su opinión, soy víctima de abuso emocional por parte de mi mujer. He tratado de ver las cosas desde su perspectiva y entender de dónde viene mi esposa y hasta trabajar en mí mismo. Pero, ¿estoy usándolo como excusa? ¿Hay muchos hombres maltratados emocionalmente? ¿Cuándo hay que trabajar en uno mismo y cuándo el comportamiento de una esposa no es bueno?

Respuesta:

Si usted quiere una relación saludable, debe trabajar en sí mismo constantemente, y debe insistir en que su pareja también lo haga. Si su pareja es abusiva (algo que determinaremos a continuación) y no está dispuesta a admitir que su conducta es errada, no cambia las actitudes que impulsan ese comportamiento y no busca ayuda profesional, quizás haya motivos para que usted se vaya.

Decimos esto porque enseñamos a los demás cómo tratarnos a través de lo que permitimos. Si usted está dispuesto a seguir viviendo con alguien que es emocionalmente abusivo, ¿por qué habría de cambiar?

Si sabe que usted tiene mucho miedo como para irse o es alguien fácil de convencer, no tiene ningún motivo para cambiar, y que un abusador cambie sus modales y ceda el poder que obtiene del maltrato requiere una gran motivación.

También queremos darle la tranquilidad de que el abuso de mujeres hacia hombres no es algo inusual. Ambos géneros son en realidad maltratados por igual. Un informe demostró que 40 por ciento de las víctimas de “violencia física severa son hombres, que son victimizados por sus parejas íntimas, y los hombres también son con mayor frecuencia víctimas de agresión psicológica”. Puede leer (en inglés) más al respecto en www.batteredmen.com.

Asimismo, recuerde que estamos en el aula de la vida para aprender sobre el amor. Por lo tanto, permitir que alguien lo maltrate es negarle una lección importante que le llega a esa persona. No está bien faltar el respeto, insultar o ser cruel con ningún ser humano. Alguien debe enseñarle eso a su esposa, y el universo lo eligió a usted.

Queremos aclarar, no obstante, qué comportamientos constituyen maltrato, porque algunas personas están tan habituadas al comportamiento abusivo, que en realidad consideran que es normal y por ende está bien. Todos tenemos desacuerdos con nuestra pareja, pero algunos tipos de conducta peleadora no son aceptables, nunca. Consideramos que hay tres tipos de mal comportamiento que surgen en las relaciones, y queremos que usted los reconozca para poder saber qué está bien y qué no.

A continuación, las tres categorías de mala actitud en la relación:

1. La mala conducta generada por el miedo y el estrés. Cuando las personas están estresadas, hambrientas, cansadas o abrumadas, se vuelven malhumoradas y egoístas. Si cada tanto, su esposa tiene algunos de estos momentos de mal comportamiento (y si no ocurre con frecuencia), usted simplemente la perdona, comprende que no tenía que ver con usted (son sus miedos respecto de sí misma) y lo deja pasar. Nadie es perfecto y todos alguna vez reaccionamos mal, estallamos y decimos algo egoísta ocasionalmente. Cuando su pareja lo ofende con este tipo de comportamiento, usted la perdona y se olvida del tema, porque quiere que sus pequeños “deslices” también sean perdonados. Pero si esto se produce con demasiada frecuencia en su casa, alguna terapia centrada en el miedo cambiaría mucho la situación.

2. La conducta ofensiva que hay que sacar a relucir, elaborar y no ignorar. Este tipo de trato incluye: ser inadvertidamente poco atenta o poco amable, criticarlo en ocasiones, hablar mal de usted o hacer algo que sea egoísta o desconsiderado. Si estas conductas se presentan a menudo (todas las semanas) usted debería sin duda mantener alguna conversación al respecto y pedir un comportamiento distinto en el futuro. También le haría bien alguna ayuda profesional o coaching y tiene que pedirle a su pareja que también participe. (Si su pareja no trabaja en estas conductas, si no ve ninguna mejora visible y/o su pareja rechaza la ayuda profesional, le conviene pasar la conducta a la categoría tres.)

3. Comportamiento abusivo que no es aceptable. Esto incluye una conducta inapropiada de la categoría dos que no está cambiando, que se ha vuelto demasiado frecuente o que se intensificó hasta llegar a alguna de las cosas mencionadas a continuación. Tenga presente además que estas conductas hacia un hijo también son inaceptables. Si su esposa trata así a sus hijos, tiene que hacer algo para protegerlos y hacer intervenir ayuda profesional.

Los siguientes tipos de conducta son inaceptables:

Insultarlo o ponerle calificativos insultantes
Gritar y vociferar
Menospreciarlo reiteradamente
Compararlo con otros para demostrarle lo poco que vale
Herir intencionalmente sus sentimientos
Aislarlo socialmente
Ningunearlo habitualmente
Ignorarlo
Miradas desaprobadoras y despreciativas
Culparlo de sus problemas
Controlarlo o castigarlo por pequeñas faltas (no lavó los platos o algo no está del todo limpio)
Amenazarlo con irse y llevarse a los chicos
Amenazar con matarse
Obtener falsamente una orden de restricción en su contra
Mentirle
Intimidarlo o amenazarlo
Romper cosas
Corregir todo lo que dice
Adoptar la opinión contraria a la suya
Apartarlo de su familia y sus amigos
Un trato silencioso durante horas o días
Obligarlo a hacerse responsable de todos los problemas
Controlarlo y ser excesivamente desconfiada
Ser quisquillosa y someterlo a largos interrogatorios o sermones
Negarse a cumplir con sus pedidos de tiempo y espacio
Retacear el afecto
Sexo exigente
Berrinches para conseguir lo que quiere
Minimizar sus percepciones y sentimientos
Negar constantemente lo que está mal
Maltrato verbal que ataca su naturaleza y sus capacidades, de modo que usted comience a creer que le pasa algo malo

Descontrol o comportamiento irracional y violencia física del tipo que sea -no se deben tolerar de ninguna manera.

Si está experimentando ese tipo de conducta en forma habitual, por favor no la acepte como normal ni la deje continuar. También puede realizar un test de abuso emocional (en inglés).

Si está viendo señales de abuso, busque ayuda profesional y haga algo ya mismo, especialmente si en su casa hay hijos. Con frecuencia, las personas que se encuentran en relaciones abusivas nos dicen que se quedan “por los chicos” y no quieren destruir la familia. Debe entender que incluso ver este tipo de maltrato puede hacer daño a sus hijos. Safe Horizons, un sitio web para víctimas de abuso, dice que, sin ayuda, los hijos que son testigos de abuso son más vulnerables a que los maltraten a ellos también en la vida adulta o la adolescencia, o que pueden convertirse en abusadores.

Sus hijos y usted merecen sentirse a salvo y respetados en su casa. También tiene que poder mantener conversaciones maduras, racionales, de reconocimiento recíproco sobre los problemas que surgen con su esposa. Si su esposa no puede hacerlo y está destrozando su autoestima en forma regular de modo que usted se siente miserable y sin ningún valor, y tiene miedo cada vez que está en su casa, probablemente sea una víctima de abuso.

El hecho de que racionalice esta conducta como normal tiene sentido, si es lo único que ha vivido, pero no es ni normal ni aceptable. Si se ama a sí mismo, a sus hijos y a su esposa, les debe a todos buscar ayuda. Es hora de que su esposa y sus hijos aprendan que todas las personas merecen ser tratadas con amabilidad y respeto.

Si no tiene un director religioso, un terapeuta o analista a quienes recurrir, comience con la Utah Domestic Violence Coalition, ellos lo orientarán en la dirección correcta.

Sabemos que cambiar y buscar ayuda asusta porque “lo conocido”, aunque sea malo, resulta más seguro que lo “desconocido”. Pero todos crecerán y aprenderán tanto que a la larga será una victoria. Habrá algunos momentos difíciles, pero usted es más fuerte de lo que cree y merece algo mejor.

Usted puede hacerlo.