Compra de carbón: los deslindes de primavera
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No terminábamos de comentar en este espacio el llamativo hecho de que en torno a la compra de carbón a pequeños productores coahuilenses, por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), existiera una auténtica “competencia” por la gestoría, cuando el director de la empresa del Estado, Manuel Bartlett Díaz, salió a desmentir públicamente al senador coahuilense Armando Guadiana respecto de la presunta reunión que habrían sostenido para pactar al respecto.
“Ante las solicitudes de información luego del boletín que emitió la oficina del senador @aguadiana, les comunico que no sostuve ninguna reunión con el también Presidente de la Comisión de Energía”, señaló anoche –cerca de las 10:30 P.M.– el titular de la CFE a través de su cuenta de Twitter.
El tuit del funcionario puso fin a una serie de especulaciones realizadas durante el día, según las cuales el morenista se encontraría en una situación de conflicto de intereses debido a su doble calidad de empresario minero y presidente de la Comisión de Energía del Senado, en la negociación de contratos para la adquisición de carbón mineral por parte de CFE.
Como se recordará, Guadiana Tijerina había “presumido” el martes anterior ser el artífice de una suerte de “acuerdo extraordinario” según el cual la CFE lanzaría un “salvavidas” a los carboneros coahuilenses para comprarles 360 mil toneladas de carbón, acuerdo que él habría gestionado en una reunión personal con Manuel Bartlett.
El director de la empresa del Estado, sin embargo, fue absolutamente claro en su desmentido en torno al tema: la pretendida reunión –de la cual Guadiana publicó incluso una fotografía– nunca habría tenido lugar.
Tras el desmentido tuitero, el coahuilense subió la apuesta ante Bartlett publicando el siguiente tuit: “Respecto a la información que generó el mensaje del Licenciado @ManuelBartlett y el Boletín de Prensa emitido el día de ayer por mi Equipo de Comunicación, mañana daré una Conferencia de Prensa en el Patio del Federalismo del @senadomexicano a las 11:00 am”.
Alguien miente, desde luego… y no lo hace por nobles motivos, sino por intereses estrictamente políticos.
Para decirlo en términos absolutamente claros: lo que estamos presenciando no es una guerra de declaraciones que tenga como propósito buscar el beneficio de los ciudadanos, sino solamente la ganancia política personal. Quien gane –o quien pierda– habrá sumado a sus haberes personales algo, pero eso no redundará en beneficio colectivo.
El dato llamativo, desde luego, es que estamos hablando de una disputa entre dos integrantes del mismo establo: el de la autodenominada “cuarta transformación”, que le ha ofrecido a los ciudadanos modificar radicalmente la forma de ejercer el poder público en el País.
Habrá que seguir con detenimiento el desarrollo de esta historia, desde luego, pero al menos por el momento los hechos no sirven para documentar el optimismo respecto de que la vida pública efectivamente haya sido “limpiada” de los vicios que la han caracterizado y en contra de los cuales votaron millones de mexicanos el pasado 1 de julio.