Corrido de Nestora Salgado
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Corrido de Nestora Salgado
Cajita de Olinalá,
quién se mete con Nestora
y mucho menos ahora,
que rumbo al Senado va.
Pepe Meade, no metas miedo
a la señora Salgado,
pues tú nunca has trabajado
como agente de la SIEDO:
Vaya a venir Macedonio
montado en motocicleta
como agente de la Zeta,
a rendir su testimonio.
Amapola guerrillera
de los Altos de Guerrero,
deposita más dinero
de Obrador en la cartera.
Vengan los 44,
si es que acaso Aurelio Nuño
les alza de nuevo el puño
o les pusiera otro cuatro,
y échenle su maldición,
una maldición gitana,
que la amapola desgrana
más balas desde prisión.
Diga Meade o no verdad,
lo repite Nuño el grillo:
si canta bien el abad,
no va en zaga el monaguillo.
¿Su condición de mujer
es un chantaje sexual?
Bien sabe Nestora a cuál
candidato acometer.
Cajita de Olinalá,
una cajita villista,
comunitaria, agrarista,
Nestora al Senado va.
Corrido de la omnipotente impotencia
Margarita, pues, se aleja:
queda Anaya de testículo
de cómo hacen el ridículo
los panistas en pareja.
Ella es una labradora,
no garrida palaciega:
así es como el poder ciega
a quien le toma una hora.
No es una Corregidora
ni fue una Leona Vicario:
la Historia fue su sicario
y la liquidó a su hora.
Regresa el ocio y avanza:
la huevona de Consuelo
–Sáizar y azar– no hizo duelo,
porque mentir mucho cansa.
Decía López Obrador,
cuidándose la cartera:
“Pues la derecha no espera,
yo haré a Carstens mi fiador”.
No creo que Anaya llame
en alianza a Margarita,
pues ella ni da ni quita
y el buey suelto bien se lame.
Metamorfosis del PAN:
antaño fueron pragmáticos,
hoy marxistas programáticos.
Así de lástima dan.
Es la flor, nata y espuma
de políticos andantes
y similares tunantes:
que el infierno lo consuma.
La antigua primera dama
se desintegra apostando:
quema, de pane lucrando,
cartas en la albiazul llama.
A punto la panidad
la ropa y los pasamaques
ponga de Anaya y sus claques:
no tendrán posteridad.
Sin experiencia del mundo,
si halla algo dificultoso
lo reputa de imposible;
sobre Margarita, abundo
que su intento desastroso
no fue: era sólo risible.