Cuatro fallas que probablemente sufrirás con tu coche (y cómo prevenirlas)
La estadística revela que la falta de mantenimiento y la edad media de los automóviles son las causas de los principales problemas
La antigüedad de los automóviles y su mal mantenimiento se traducen en problemas evidentes para la circulación. Los más claros e importantes se refieren a la seguridad pero también afectan de forma significativa a las averías que sufren los vehículos. Así se desprende del balance que al respecto realiza cada año el Real Automóvil Club de España (RACE), en el que destaca un incremento del 18% de sus asistencias en 2017 respecto al ejercicio anterior, con cerca de 900.000 intervenciones en carretera.
Un análisis que también permite conocer las averías más frecuentes que sufren los automovilistas, teniendo en cuenta las intervenciones del RACE más allá de los provocadas por los propios accidentes de tráfico (45.014 en 2017 con un descenso del 6,1%). Al margen de estas incidencias, el club concluye que la primera causa de asistencias son las deficiencias de mantenimiento que los usuarios dispensan a sus vehículos, especialmente en lo referente a las revisiones periódicas y a comprobar el buen estado de determinados componentes antes de iniciar un desplazamiento. Una circunstancia que se agrava en el caso de los automóviles con más edad, así como por el pésimo estado de muchas carreteras.
Las siguientes son las cuatro averías más frecuentes en España durante el pasado año y la forma en la que se podrían prevenir.
BATERÍA
Muy por delante de cualquier otra avería, las relacionadas con la batería duplican prácticamente a la siguiente más frecuente. Es la fuente de energía eléctrica del coche, por lo que si falla su funcionamiento general se ve, obviamente, afectado. Un taller nos puede informar fácilmente sobre su estado en caso de duda, hay que considerar que tienen una vida útil que se agota y que las temperaturas bajas afectan a su rendimiento. Si el coche va a estar parado un periodo largo conviene desconectarla y es aconsejable comprobar que las condiciones de los bornes es el adecuado, procediendo a su limpieza en caso de presentar óxido u otro tipo de suciedad. Si se agota se pueden recargar, aunque considerando que si demasiado antigua posiblemente no sea efectivo y la incidencia se repita.
NEUMÁTICOS
Otro clásico entre las averías. Y además, con todas las connotaciones de seguridad que acarrean las deficiencias en este elemento tan importante. Un neumático en mal estado no sólo puede complicar un viaje, también causar un accidente por un reventón o por un comportamiento incorrecto en condiciones de baja adherencia. Para prevenirlo, dos son los factores fundamentales que el conductor debe vigilar: el estado general de la cubierta (profundidad del dibujo, desgaste irregular, desperfectos en el compuesto, goma endurecida por el tiempo…) y su presión correcta, que debe ser la indicada por el fabricante en función de la carga del vehículo.
MOTOR
Epígrafe muy amplio éste que señalar el RACE como tercera causa de averías durante 2017, ya que se refiere a las incidencias provocadas por cualquier componente del motor, desde al cambio a la correa de distribución, pasando por el embrague o la electrónica que gestiona el funcionamiento de numerosos sistemas y elementos. Por tanto, el consejo general más valioso para prevenir estos problemas se refiere a un buen mantenimiento, siempre cumpliendo con las indicaciones del fabricante en cuanto a plazos, complementado con un control periódico del lubricante y del refrigerante. También minimizará los riesgos una conducción inteligente, evitando hábitos perniciosos como el abuso del embrague, subir el régimen del motor más allá de lo necesario, hacer rascar las marchas al cambiar…
BOMBA E INYECCIÓN
Los elementos encargados de alimentar el propulsor cierran esta relación de los más propensos a estropearse según la experiencia recogida por el RACE. La bomba de combustible y los sistemas que lo inyectan en los cilindros son propensos a las averías. Al margen del deterioro por el uso a lo largo del tiempo, la principal causa de los fallos en ambos componentes está relacionada con un combustible de baja calidad, que puede presentar restos que obstruyan los inyectores o agua que afecte a la bomba. En el mismo sentido, es eficaz para su protección no apurar al límite el depósito antes de repostar: la bomba tendrá que trabajar más para absorber el combustible y en el fondo se pueden formar sedimentos que se trasladarán al sistema de inyección.