Elena Asins fue pionera en introducir la computación en el arte
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Durante la década de los 80 trabajó con la música, poniendo en relación el arte con el lenguaje musical y sus estructuras.
“Mientras vivimos tenemos una obligación de vivir. Y vivir implica reciclarse, ir aprendiendo...”, solía decir la artista y escritora española Elena Asins Rodríguez, quien a un año de su fallecimiento es recordada como la pionera en la introducción de la computación en el arte.
De acuerdo con información del sitio electrónico “Art price”, la también conferencista y crítica de arte basó su lenguaje plástico en el cálculo sistemático a base de ordenadores, lo que la convirtió en una de las primeras artistas que utilizaron en España la tecnología como aliada del arte.
Asins, citan sus biógrafos, nació en Madrid en 1940, estudió en la Escuela de Bellas Artes de París, en la Universidad de Stuttgart (Semiótica), en la Complutense (Centro de Cálculo), en The New School for Social Research y en la Columbia University (Computer Art).
En 1963 se integró al grupo “Castilla 63”, y en 1967, en “Nueva Generación”.
Durante la década de los 80 trabajó con la música, poniendo en relación el arte con el lenguaje musical y sus estructuras.
Se trasladó a Nueva York y ahí se acercó al campo conceptual, y se interesó en la aplicación del arte por computadora, por lo que desarrolló una importante labor teórica en ese campo.
Además, cultivó la poesía experimental e impartió diversas conferencias en distintas universidades y centros culturales.
Poco más de 40 exposiciones individuales con su obra se han llevado a cabo en distintos países.
Elena Asins trabajó durante muchos años en una vieja casa rehabilitada por ella misma en la localidad navarra de Azpíroz, donde creó la mayoría de sus obras que pueden verse ahora en los museos.
Se sabe que escribió y publicó ensayos y poemas de Poesía experimental en España, Francia, Alemania y Estados Unidos.
Críticos de arte del Museo Reina Sofía la ubican como una artista que reunió la tradición constructiva de la vanguardia del siglo XX con la computación y la teoría de la información de la década de los 60.
Ligada a algunos de los proyectos más renovadores de la historia reciente del arte español, como la Cooperativa de Producción Artística y Artesana o el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid.
Asins recurrió en sus trabajos a un amplio abanico de formatos y medios (desde la poesía concreta al vídeo, pasando por el dibujo, la escultura o la instalación), caracterizados siempre el rigor compositivo y la depuración formal.
Su obra se encuentra en museos y colecciones privadas y públicas, como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo de Arte Abstracto de Cuenca, el Museo de Bellas Artes de Álava, el Instituto Valenciano de Arte Moderno, Fundación Banesto, la colección Unión FENOSA y el Museo de Bellas Artes de Bilbao, entre otras.
Por su labor, en 2006, el Consejo de Ministros de España la galardonó con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Arte y en 2011 con el Premio Nacional de Artes Plásticas.
La artista, quien murió en Azpiroz (Pamplona), el 14 de diciembre de 2015, proponía crear un mundo perfecto como el de los números, sin sentimientos.
“Mi ideal es que mi trabajo, aunque está en el mundo, no esté en este mundo, sino en un mundo creado por mí, en el cual la perfección, la lógica y la matemática, y la proposición matemática esté presente. No sé si lo he conseguido”, señaló en alguna ocasión al Diario de Navarra.